Image: Perú, inaudita lingüística

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Arte

Perú, inaudita lingüística

Lengua madre / lengua bárbara

15 febrero, 2019 01:00

Gabriel Acevedo Velarde: Parlamento II, 2019, con la exposición de fondo

Galería Casado Santapau. Piamonte, 10. Madrir. Hasta el 3 de marzo. De 2.500 a 10.000 euros

Si hay una galería española que ha apostado por Perú esa es Casado Santapau. No solo porque tenga entre sus artistas representados a tres de ese origen, Ximena Garrido-Lecca, José Vera Matos y Aldo Chaparro, sino también porque suele asistir no a una de las ferias de arte limeñas, ArtLima y PArC, sino a las dos y, sobre todo, porque desde hace cinco años mantiene allí una oficina desde la que gestiona producciones o ventas y presenta obras. Participará en ARCO con dos stands, uno en la sección general y otro en la del país invitado, pero se han adelantado ya al programa expositivo peruano en la ciudad, que es oficial y extra-oficial -pronto les daré detalles de todo el desembarco-, con esta colectiva que obligadamente habrán de incluir en su itinerario para-ferial.

Los comisarios son dos de los artistas citados, Garrido-Lecca y Vera Matos, que han convertido lo que en principio iba a ser un diálogo entre ellos en un "simposio". El término conviene al argumento de la muestra, Lengua madre / lengua bárbara, que celebra el habla y la escritura. Es una excusa para reunirse pero también un asunto con cierta trascendencia en el arte peruano actual, que presta gran atención a cuestiones históricas y antropológicas. En el Perú prehispánico, cuya diversidad lingüística aún pervive -disminuida y amenazada-, no había escritura alfabética pero sí diversos sistemas de registro y de comunicación, entre ellos los anudados quipu. Los colonizadores consideraron el quechua una "lengua bárbara" en contraposición al "civilizador" español, instrumento de dominación, y los artistas se rebelan retrospectivamente contra esa uniformización reivindicando el barbarismo y la cacofonía, la capacidad parlante de las imágenes, de las formas, y la simiente icónica en las palabras. Y reviven su pasado, remoto o reciente, con voces enmudecidas, silencios elocuentes, códigos enigmáticos o atípicos poemas visuales.

Una muestra que celebra el habla y la escritura, un asunto con cierta trascendencia en el arte peruano actual

No hay altibajos entre los artistas convocados, que merecen ulterior detenimiento en sus trabajos (a algunos los veremos también en la feria o en otras muestras). Pero sí hay obras más periféricas que otras en cuanto al núcleo argumental, como las de la veterana Teresa Burga o la de Chaparro, mientras que dos ejes articuladores parecen los más sólidos. Uno es el que reinterpreta los sistemas de comunicación prehispánicos: las lenguas perdidas, que Pablo Hare ausculta bajo el mal inglés en el que Atahualpa (interpretado por Christopher Plummer) habla a los conquistadores españoles en la película The Royal Hunt of the Sun; las feroces figuras de la iconografía sechín y chavín que Vera Matos se "tatúa" en el cuerpo para conversar orgánicamente con ellas, y la supuesta escritura moche (comestible) con la que Garrido-Lecca transcribe fragmentos de Extirpación de la idolatría del Perú, escrito en 1621 por el padre Arriaga.

El otro eje lo integran obras que exacerban la materialidad de la literatura y el libro moderno: Ishmael Randall, deletreando Los heraldos negros de César Vallejo con groseros recortes de logos de neumáticos robados; Elena Damiani, dibujando un quimérico paisaje montañoso con los lomos ilustrados de viejos libros; y Andrés Marroquín "maquetando" abstracciones geométricas con materiales recuperados de la imprenta del mítico José Carlos Mariategui. Todos releyendo y reescribiendo la identidad peruana.

@ElenaVozmediano