Image: Artur Barrio, la poesía de la pobreza

Image: Artur Barrio, la poesía de la pobreza

Arte

Artur Barrio, la poesía de la pobreza

23 mayo, 2018 02:00

Des.Compressao

El artista de origen portugués inaugura Experiencias y situaciones en el Museo Reina Sofía. El artista, cuya obra se cuestiona el sistema artístico, ha intervenido de manera específica dos de las salas con café retando al museo a adaptarse a la espontaneidad.

"El arte no depende del mercado del arte para ser arte". Es una de las frases que ocupa una esquina de una sala que Artur Barrio (Oporto, 1945) ha intervenido en el Museo Reina Sofía. Su trabajo se cuestiona el sistema artístico y apela directamente al espectador con obras de carácter conceptual comprometidas política y socialmente. En ocasiones también hace referencia a eventos históricos, aunque nunca de manera literal, con acciones efímeras. Barrio, Premio Velázquez de Artes Plásticas 2011, expone Experiencias y situaciones en la pinacoteca madrileña hasta el próximo 27 de agosto.

Existe cierta "desobediencia y cuestionamiento acerca de las instituciones en la trayectoria de Barrio", comenta Manuel Borja-Villel, director del Reina Sofía. Algunos de sus trabajos "cuestionan el concepto del arte como mercancía" y denuncian la reapropiación de las obras por parte de los museos. Para evitarlo, en sus acciones el artista hace uso de materiales orgánicos y perecederos como papel higiénico, madera, huesos o basura. Lo que finalmente queda es el documento fotográfico, cinematográfico o textual del momento que Barrio ha llevado a cabo en el espacio público.

En el caso del Reina Sofía, Barrio "fuerza la visión con la intervención de dos espacios del museo creando la duda en el visitante", explica el director. "La idea era llegar a un espacio abierto y explotar mi creatividad. El desafío no era preparar un proyecto arquitectónico para la institución sino plasmar el sentimiento y proyectar la imaginación sobre él. Soy un pintor de las cavernas y me dijeron que el museo fue antes un hospital, por lo que el resultado surge de denunciar a los seres humanos como prisioneros de la sociedad", comenta el artista. Barrio llegó al museo el sábado y el domingo ya había ideado su intervención: ha convertido la sala en una experiencia sensorial a través del café, cuyo aroma le resulta estimulante.

Vista de sala con la intervención específica de Artur Barrio

El artista ha distribuido el torrefacto por dos salas: en una de ellas lo lanza contra la pared creando una pieza improvisada. Con retranca, junto al diario de sus horas de trabajo, coloca un cartel que dice que dicha exposición se abrirá tan solo cinco días antes de su clausura. A su lado otra pieza recuerda a El origen del mundo, de Courbet, realizada con un saco que emula a una vagina de la que cae dicha sustancia. "Es la poesía de la pobreza", resalta Joao Fernandes, comisario de la muestra. "En Brasil, debido al puritanismo y el ataque de la derecha y las sectas religiosas, esta obra no se podría exponer", afirma el comisario.

Para dirigir la mirada del espectador hacia la otra sala el artista presenta una partitura que se abre a un espacio repleto de café distribuido en el suelo de forma anárquica. En ocasiones por encima y en otras por debajo, se vislumbran hojas con frases como 'Su prisa no es mi prisa', haciendo alusión a la prisa con la vivimos y, por tanto, a la rapidez con la que consumimos arte. Esta poesía visual del artista que aúna texto e imagen se apagará cuando acabe la muestra.

Vuelvo en cinco minutos

Artur Barrio nació en Oporto pero creció en Brasil, lugar en el que construye su lenguaje artístico y donde "existe una conciencia crítica de una Historia del Arte eurocéntrica. En ese contexto Barrio y otros artistas como Oiticica mezclan las tradiciones indígenas anticoloniales con las prácticas occidentales", cuenta Fernandes. Así, se circunscribe en una generación de artistas que "radicalizó el arte", aunque, este "construye su contexto en solitario". Para ello hace uso, de una manera ética y política, de "materiales humildes que provienen de un mundo pobre y olvidado que evidencian la presencia misma de la pobreza", continúa Fernandes.

La represión que vive durante la dictadura militar en Brasil se evidencia en Situaçao T/T, 1, una de las obras que forma parte de esa otra mitad que es situaciones. En 1970, durante el año más sangriento de la represión, Barrio juntó bultos de basura con sangre seca que provenían de vísceras, heces, orina y saliva para emular partes del cuerpo humano. "Deja los sacos de carne y la gente cree que es una masacre", dice Fernandes. Sin embargo, lo que Barrio quiere transmitir es la presencia de la violencia política en el país. "Introducir la carne y la sangre es salirse del contexto del arte. Quería mostrar la brutalidad contra el cuerpo, el pensamiento y la libertad de expresión", explica Barrio. "Me gustó el impacto de este trabajo porque creó una expresión de horror en la gente", concluye.

Situaçao T/T, 1

Sin embargo, el artista no entra en catarsis y en Livro de carne alude no solo al hambre del país sino también a la idea y presencia de la muerte en las calles de Brasil. También el cuerpo se convierte en soporte de la acción como se puede ver en Situaciones mínimas, en la serie fotográfica Vuelvo en cinco minutos o Des.Compressao, cuyo significado en portugués hace referencia a la relajación y en la que, por ende, denuncia "vivir en una dictadura".

La escritura se puede entender como otro de los pilares de la obra de Barrio. En los años 70 escribió manifiestos, sus libros son diarios de un artista que deposita dibujos y pensamientos y en gran parte de sus exposiciones garabatea frases en las paredes. Como esa "el arte no depende del mercado del arte para ser arte" o esa 'arqueología' que se lee en unas baldosas rotas que Barrio se encontró en la basura del Reina Sofía. Dos piezas cuelgan en la pared, el resto yace en pedazos en el suelo como los restos que un arqueólogo encuentra en las excavaciones.

@scamarzana