Arte

La gran emboscada

Lo mejor de 2016: Arte

30 diciembre, 2016 01:00

Especial: Lo mejor del año

El V Centenario de El Bosco, en el Museo del Prado, encabeza el ranking de exposiciones premiadas este año por El Cultural. Aunque no es la única. La posguerra española, la idea de fake y de metapintura, el ajedrez y el arte sonoro, y artistas como George de La Tour, Andrea Fraser, Broodthaers y Antoni Miralda completan la lista.

1. El Bosco

Museo del Prado, Madrid



La expectativa era mayúscula, así como las colas que se agolparon en la puerta del Museo del Prado para ver la exposición del V Centenario de El Bosco, patrocinada por la Fundación BBVA. Hasta 589.692 visitantes, uno de sus hitos históricos. Una muestra con tanto público como enigmas, escribía el catedrático e historiador del arte Fernando Marías: "Es la mayor exposición que se ha hecho nunca sobre el pintor, la que reúne el repertorio más completo de su pintura y sus dibujos. También, algunas preguntas que siguen hoy en el aire. ¿Quién era realmente El Bosco? ¿Cómo le veían los demás? Y, ¿cómo se veía a sí mismo? ¿Por qué esa felicidad de sus personajes transmite a su vez inquietud y perturbación? ¿Tuvo un presentimiento de cómo serían los años venideros? ¿Cómo leer su pintura?" (El Cultural, 20 de mayo). Esta monográfica reunía más de medio centenar de obras, entre ellas 8 dibujos y 21 pinturas originales del Bosco, el repertorio más completo mostrado en nuestro país. Entre las obras más importantes estaba El jardín de las delicias, el Carro del Heno o la Adoración de los Magos, junto a préstamos extraordinarios como el Tríptico de las tentaciones de san Antonio Abad del Museo Nacional de Arte Antiga de Lisboa, el Cristo camino del Calvario de Patrimonio Nacional, la Coronación de espinas de la National Gallery de Londres y el dibujo del Hombre-árbol de la Albertina de Viena.


2. Campo cerrado

Museo Reina Sofía, Madrid



Invocando el espíritu crítico de la novela de Max Aub centrada en los años previos a la Guerra Civil, la exposición Campo Cerrado. Arte y poder en la posguerra española. 1939-1953 revisa ese momento a partir de un trabajo de investigación de la comisaria e historiadora María Dolores Jiménez Blanco, que combina panorámicas generales con casos de estudio, obras conocidas con otras rescatadas del olvido. "No sólo nos sitúa en un momento crucial de la historia española e internacional, sino que localiza las principales fuerzas en conflicto", contaba Mariano Navarro (El Cultural, 29 de abril). El resultado cuestiona tópicos como la escasez e irrelevancia de la actividad artística durante los años 40 y esboza una imagen de la época que se resiste a las definiciones.


3. Fake. No es verdad. No es mentira

IVAM, Valencia



El arte es una gran ficción y tal vez esa sea su principal cualidad. De eso trata Fake. No es verdad. No es mentira, "de sacarnos de la zona de confort del propio arte y situarnos en un espacio de sospechas y dudas", escribía José Luis Clemente (El Cultural, 11 de noviembre). Dentro de esa "mentira que cuenta la verdad", decía Picasso, hay reunidas 44 obras de 50 artistas, entre ellos, Joan Fontcuberta, Cildo Meireles, Carlos Pazos e Isidoro Valcárcel Medina. La exposición, abierta hasta el 29 de enero, repasa algunos de los camuflajes, infiltraciones y sabotajes emprendidos desde que Orson Welles hiciera creíble un ataque marciano para hablar del poder manipulador de los medios en una sociedad falta de veracidad.


4. Metapintura

Museo del Prado, Madrid



"Es una exposición ambiciosa en su médula, que huye de los argumentos fáciles; una muestra de ideas mayores que nos ayuda a entender por qué sentimos que hay algo vivo en el arte", escribía Elena Vozmediano (El Cultural, 18 de noviembre). Hablaba de Metapintura. Un viaje a la idea del arte, que puede verse hasta el 19 de febrero en el Museo del Prado, una exposición que trata de la autorrepresentación del arte que con maestría llevaron a cabo artistas como Tiziano, Rubens, Velázquez o Goya. Son retratos de artistas, imágenes relacionadas con el origen legendario del arte, o pinturas en las que se representan los distintos papeles que han jugado las imágenes desde el Renacimiento.


5. George de La Tour

Museo del Prado, Madrid



Es el más fascinante artista francés del siglo XVII, el que encierra más paradojas. Porque George de La Tour (1593-1652) gozó de reconocimiento en vida pero durante décadas cayó en un olvido absoluto y fue "redescubierto" al mundo a principios del siglo XX. El Museo del Prado se sumó a la investigación sobre el artista centrado "en un estudio intenso de la mirada del personaje y de aquello que se escucha. La Tour es, entre otras muchas cosas, un artista de la mirada y del sonido. La exposición permite confrontar a La Tour con los ‘pintores de la realidad' que fueron los españoles del siglo XVII", escribía Fernando Checa (El Cultural, 26 de febrero).


6. Marcel Broodthaers

Museo Reina Sofía, Madrid



Es una de las retrospectivas más completas dedicadas al artista belga Marcel Broodthaers (1924-1976), que esta vez firman en colaboración el MoMA y el Museo Reina Sofía. La muestra plantea un recorrido por las múltiples facetas de este artista mediante la selección de 300 obras más representativas, en un rotundo cuestionamiento el papel social del artista. "Una exposición que abraza la interacción sin límites y la identificación del lenguaje con la plasticidad y la visibilidad de objetos", decía Glòria Moure (El Cultural, 30 de septiembre). Crítico y teórico, poeta y cinéfilo, conceptual y subversivo, su obra cumbre fue el Musée d'Art Moderne, consagrado en la Documenta de Kassel en 1972.


7. Andrea Fraser

MACBA, Barcelona



No sólo Broodthaers arremete contra los espacios y la noción de arte. También esta exposición de Andrea Fraser (Billings, Montana, 1965), que le dedicaba el MACBA en Barcelona. "La artista denuncia las implicaciones económicas, la instrumentalización política del arte, el vacío de las instituciones, el absurdo de los rituales asociados a ciertas prácticas artísticas", relataba Jaume Vidal Oliveras (El Cultural, 10 de julio). El núcleo de la obra de Fraser constituye un penetrante análisis del tejido social del mundo del arte. Explora sus mecanismos internos de funcionamiento, así como las estructuras políticas, económicas y psicológicas que lo condicionan.


8. Escuchar con los ojos

Fundación Juan March, Madrid



El arte sonoro en España fue, desde su inicio en los años 60, una disciplina poco conocida, y por tanto, hoy algo olvidada. Tras pasar por sus sedes de Palma de Mallorca y Cuenca, Escuchar con los ojos pone en contexto esta práctica junto a obras de arte en un cruce de referencias y relaciones. Comisariada por José Iges y José Luis Maire, el arte sonoro en España en sus inicios: "no estaba ni en un lugar, el de la música, ni en otro, el del arte visual, sino que se encontraba quizás en ambos o entre ambos y por tanto resultaba muy difícil de clasificar, era complicado ponerle una etiqueta", explicaba Sergio Rubira (El Cultural, 21 de octubre).


9. Fin de partida

Fundación Joan Miró, Barcelona



El ajedrez fue el juego elegido por los principales artistas de vanguardia como motivo de reflexión y representación. En la exposición Fin de partida: Duchamp, el ajedrez y las vanguardias, patrocinada por la Fundación BBVA, y comisariada por Manuel Segade, "el ajedrez no es una anécdota ni una excusa, sino que pensar el arte de las vanguardias a través de ese juego de sobremesa, que durante la primera mitad de siglo no estaba recluido en un lugar marginal como ahora, revela claves sobre los desafíos de las vanguardias o sobre la condición política del arte", decía David G. Torres (El Cultural, 4 de noviembre). Una fantástica muestra que puede verse hasta el 22 de enero.


10. Antoni Miralda

MACBA, Barcelona



Esta revisión presenta el trabajo más importante en Estados Unidos de Antoni Miralda de la mano del comisario Vicente Todolí. La muestra recorre cuatro décadas de producción del artista más representativo del food art, desde sus trabajos sobre cuestiones como la escena poscolonial o el gasto de recursos para la producción de alimentos en una sociedad consumista, hasta sus proyectos más complejos " implicando a organismos administrativos, empresas y toda suerte de gestores e investigadores, así como entrando y saliendo del protegido ecosistema del arte, de bienales, ferias, museos y galerías a la calle: extendiendo la experiencia artística al dominio público", según Rocío de la Villa (El Cultural, 28 de octubre).