Image: En el origen del Futurismo

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Arte

En el origen del Futurismo

16 febrero, 2016 01:00

Ritorno dal bosco (Regreso del bosque), 1890, de Giovanni Segantini

La Fundación Mapfre acoge Del Divisionismo al Futurismo. El arte italiano hacia la modernidad, una muestra que recorre los fundamentos de los artistas divisionistas con piezas clave del movimiento y cómo sus bases sirvieron para fundar el Futurismo.

Aplicar los colores puros directamente sobre el lienzo fue uno de sus intereses más tempranos. No querían una mezcla sintética sino que se produjera en la retina del espectador ofreciendo una luminosidad nueva. Fue criticado y no obstante el Diviosionismo, movimiento vanguardista que surgió en Italia, tuvo sus años de protagonismo en la esfera artística siendo la vanguardia que precedió al tan conocido Futurismo. Con la intención de dar a conocer este movimiento y sus obras en España, la Fundación Mapfre acoge, hasta el próximo 5 de junio, Del Divisionismo al Futurismo. El arte italiano hacia la modernidad.

El Divisionismo surgió bajo las mismas premisas que el puntillismo francés aunque, el italiano, fue autónomo y se centró en la investigación de la luz y el color representando temas modernos con un estilo refinado. En la muestra se puede entender "la creación ese mundo moderno con el que aún compartimos ideas", anota Pablo Jiménez Burillo, director de la Fundación. Los paisajes de artistas como Giovanni Segantini y Gaetano Previati emplearon la descomposición de colores en sus temas predilectos: los paisajes. De modo que la manera de aplicar la paleta de forma más directa hizo que la luz, las horas del día y el estado de ánimo del pintor influyeran en el acabado final, que para ellos fue una especie de investigación científica del color.

En un momento en el que Italia se acababa de unificar, el país renacía con ímpetu de solidaridad, modernidad y con ganas de ver un mundo nuevo y abierto. Así pues, a partir de 1891 los temas que tratan estos artistas también son de temática social a través de los que denuncian hechos como el abandono de las personas mayores. Uno de los máximos representantes de esta corriente fue Langoni que en su Reflexiones de un hombre hambriento, de 1893 [en la imagen], muestra el desasosiego de la gente en la época. Incluso en Per ottanta centessimi el pintor Morbelli denuncia la situación laboral que sufrían las mujeres recolectoras de arroz. Fue Milán la "ciudad en la que se asientan los movimientos sociales", apunta Beatrice Avanzi, una de las comisarias de la muestra.

Aunque no solo eso, se fueron acercando progresivamente al simbolismo, lo que les lleva al mundo de las ideas que tanto influyó el paradigma internacional desde finales del siglo XIX. Incluso algunos de los artistas de este grupo combinaron tanto la pintura social como la simbólica representando temas universales como la vida, la muerte y el tiempo. Aquí destaca Previati que representó el mundo onírico y camina hacia una pintura cercana a las evocaciones musicales. "Los divisionistas reinventaron un lenguaje pictórico en el que podían reconocerse -comenta Fernando Mazzocca, otro de los comisarios de la muestra- algo que ya intentaron los macchiaioli".

Le marchand d'oublies [El vendedor de barquillos], 1909, de Gino Severini

Pero lo de los macchiaioli, dice Mazzoca, fue una revoluación perdida. Sin embargo, cuando en 1909 conocen a Marinetti algo cambia. La poética divisionista será la que asiente las bases para que Marinetti proclamara el reconocido Futurismo y que gracias a la labor difusionista de Giacomo Balla la pintura divisionista llegó a artistas como Boccioni, Carrá o Severini. Balla, por ejemplo, estuvo en París y allí se interesó por el puntillismo francés que emplea de manera libre pero con el interés italiano por la luz natural. En cambio Boccioni bebe de Previati y descompone la luz en aras de pinceladas libres llenas de color y pasará, con el tiempo, del paisaje de las chimeneas a las escenas nocturas de luz eléctrica. En cambio, Severini modifica su técnica puntillista para dar paso a obras de influencia cubista.

Ese 1909 es cuando Marinetti publica el Manifiesto del futurismo y un año después La pintura futurista. Manifiesto técnico en el que afirmaban que sin divisionismo no hay pintura posible. Un par de años más tarde, Boccioni estuvo en París donde conoció el cubismo de los maestros de la vanguardia Picasso y Braque. Comenzó a fragmentar los objetos y los espacios, Severini se dedica a la búsqueda de la luminosidad y Balla se circunscribe al movimiento mecánico y a la desmaterialización de los objetos a causa de la velocidad. Y estaba asentado, pues, el Futurismo.

De hecho así constaba en el Manifiesto: "Un automóvil rugiente que parece correr sobre la metralla es más bello que la Victoria de Samotracia".

@scamarzana