Arte
Gustave Courbet, desde el origen
La Fundación Beyeler acoge una exposición que recorre todas las etapas y estilos del precursor y máximo exponente del Realismo
5 septiembre, 2014 02:00La fuente, 1868
El origen del mundo se va de viaje. Ya no es un chaval, tiene 128 años, pero estuvo escondido durante mucho tiempo hasta que en 1981 lo recibió el Estado francés. Aun así, se mantuvo oculto al público hasta el año 1995 cuando el Museo de Orsay lo exhibió. Desde entonces ha estado allí, entre las cuatro paredes del museo parisino. Ahora, el lienzo más popular del pintor Gustave Courbet sale por primera vez de Francia para ser expuesto en un museo europeo. Y vuela hasta Suiza, a la Fundación Beyeler que acoge una exposición del artista francés, Gustave Courbet, desde este viernes y hasta el próximo 18 de enero. Courbet, hombre central de la pintura realista, se convierte así en el protagonista de la ciudad de Basel. Courbet revolucionó el mundo de la pintura no solo con el tratamiento realista al que sometía a las figuras ambiguas y su innovador uso del color, sino por la visión que tenía de sí mismo como pintor independiente e individual. La muestra que ahora reúne la Fundación Beyeler recoge entre 50 y 60 pinturas del artista de diversas colecciones privadas y museos donde se pueden ver obras no tan conocidas de todas las épocas y fases por las que transitó durante su carrera, postulándose como precursor de un Modernismo que rompió con las convenciones de la formación académica tradicional. En este punto jugaba de la mano con eruditos de su tiempo como Charles Baudelaire, Camille Corot y Honoré Daumier.Autorretrato con perro negro
El origen del mundo
La muestra, no obstante, comienza con los autorretratos del artista que le llevaron a tener un nombre en la exquisita y selecta escena parisina. Esta era su primera faceta junto con los paisajes de Fontainebleau con marcadas características románticas, de las cuales se despoja para iniciar la corriente realista, término que él mismo acuñó. Dando paso así a los salvajes bosques de la Jura y sus manantiales, se incluyen las pinturas de grutas y olas, intercalando su pasión por el cuerpo desnudo de la mujer, los seres humanos, la sexualidad y la naturaleza virgen. Todo bajo el equilibrio de la pincelada courbetiana cuando se entrelazan en las sugestivas cuevas de las montañas de Juras. Pero su verdadera capacidad de mostrar que lo invisible es visible y que el objeto toma cuerpo, forma y dimensión, es en sus paisajes nevados. El color blanco, pastoso y expresivo, se convierte en nieve real, en objeto que parece salirse del lienzo. Ahí radica su talento, en la capacidad de dar volumen a la tela. Así como en la selección de temas, ya que abogaba por la lucha de la clase proletaria y creía firmemente que el arte debía servir a la realidad que se vivía.Ciervos en el bosque