Image: El éxito de la marca Picasso

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Arte

El éxito de la marca Picasso

Las subastas del año han devuelto al artista malagueño a la cúspide de los artistas más cotizados

17 agosto, 2010 02:00

Desnudo, hojas verdes y busto

Los siete meses transcurridos del año 2010 han servido para entronizar como rey de las cotizaciones a Pablo Picasso al situarse en la cúspide del ranking de los más vendidos la pintura titulada Desnudo, hojas verdes y busto, un cuadro de 1932 que tiene unas dimensiones de 162 x 130 centímetros y que se adjudicó el 4 de mayo en Christie's de Nueva York por la escalofriante cifra de 106,5 millones de dólares, lo que no era más que el reconocimiento crematístico a una obra maravillosa, sin duda una pieza magistral.

Esa emblemática pintura fue adquirida por un coleccionista anónimo que pujó por teléfono disputándose la propiedad del cuadro con otros ocho pujadores que también aspiraban a colocar la extraordinaria composición en sus colecciones.

Cuando Desnudo, hojas verdes y busto cambió de manos finalizaba el reinado, que únicamente había durado cien días, de Alberto Giacometti que en febrero de 2010 colocó en cabeza de los más caros El hombre que camina I, un ejemplar de bronce de los seis que existen en colecciones privadas y museos y que cuando se produjo la venta nos pareció un precio exagerado (104,3 millones de dólares) para una obra a la que, en el ámbito técnico, deberíamos epigrafiar como un original, sin entender que una pieza de estas características superase a Muchacho con pipa, una obra de la época azul picassiana que en el año 2004 se había instalado en lo más alto de los remates del mercado secundario además de convertirse en el primer lote que superaba los cien millones de dólares en subasta pública ( se pagaron 104,1 millones de dólares).

La estimación de los subastadores para Desnudo, hojas verdes y busto estaba situada entre 70 y 90 millones de dólares aunque algunos estudiosos de la obra del genio malagueño y del mercado calculaban que su precio podría alcanzar los 150 millones de dólares. La que consiguió una plusvalía multimillonaria fue la viuda de Sydney Brody ya que su marido había comprado esta obra en 1951 por 30.000 dólares.

Para justificar la elevada cotización de las obras del artista malagueño hay que entender que los coleccionistas no compran una determinada pintura, escultura, cerámica o grabado, sino que adquieren un objeto que pertenece a la "marca Picasso", lo que significa, además de su indudable valor estético, que el adquirente se hace con el trabajo de un creador que lleva adherido a los genes la proyección del canon artístico del siglo XX, lo que quiere decir la universalidad del valor económico pues un Picasso es moneda de pleno contenido en cualquier lugar de la Tierra, desde la Antártida a la culta Europa o a la economicista América, y no existe colección en el mundo que se precie que no coloque en lo mejor de su sitial alguna creación del universal andaluz.

Si buscamos más adjetivos para ilustrar el por qué de la búsqueda de Picassos para dar carta de naturaleza de notabilidad a una colección particular o a un museo hay que añadir que Picasso era un genio polifacético, además de poseer una capacidad especial para llamar la atención de los coleccionistas de todo el mundo ya que con el paso del tiempo su prestigio no disminuye sino que se acrecienta más y más. Asimismo hay que reconocer que Picasso poseía una imaginación artística excepcional y gran poder y fascinación sobre el público a la que no es ajena su ajetreada vida sentimental, lo que le convierte en el indiscutible número uno y por tanto en una industria del arte porque todo lo que ha salido de sus manos se transforma en oro.

Otro dato a tener en cuenta del último año del mercado artístico es la práctica desaparición de los coleccionistas japoneses de las subastas internacionales, que fueron copadas por ellos en la década de los ochenta del pasado siglo, y dar fe de que los coleccionistas rusos, hindúes y chinos han ocupado su espacio, debiéndose tener en cuenta que en las próximas décadas los chinos - se van a crear más de quince mil museos en China el próximo lustro - se harán con las mejores piezas del mercado ya que en la actualidad hay casi cuarenta millones de ricos en el gigante asiático que son asiduos de las subastas de arte, aparte de saber que la deuda de Estados Unidos ha sido suscrita mayoritariamente por China, lo que quiere decir que el imperio yanqui y el capitalismo y sus esencias son conservados en uno de los últimos bastiones del comunismo.