Moreno,-Lara-5-bw-(c)-Jairo-Vargas

Moreno,-Lara-5-bw-(c)-Jairo-Vargas

El Cultural

Lara Moreno: "La poesía es el dardo más afilado que tenemos"

La escritora reúne en la antología ‘Tempestad en víspera de viernes’ doce años de producción poética y reflexiona sobre su relación con “la más pura de las formas literarias”

30 octubre, 2020 17:57

“Durante muchos años me resistí a llamarme poeta”, explica la escritora Lara Moreno (Sevilla, 1978) en el prólogo de la antología Tempestad en víspera de viernes (Lumen), donde reúne 12 años de aventura poética condensada en tres libros —La herida costumbre, Después de la apnea, Tuve una jaula—, así como varias piezas inéditas, algunas compuestas durante la pandemia de 2020. “Nunca pensé en publicar mi poesía reunida, pues me sentía en el género como una impostora a la que le quedaba grande la máscara. Siempre le he tenido mucho respeto, pero con los años supongo que se pierde la vergüenza”, explica quien se reconoce deudora de Piedad Bonett, Anne Carson, Idea Vilariño, Anne Sexton y también “más de Miguel Hernández que de Neruda y más de Lorca que de muchos otros”.

Las razones de esta barrera las encuentra la también novelista —tras debutar con Por si se va la luz (2013) y alcanzar gran éxito con Piel de lobo (2017) está inmersa en la escritura de La ciudad, que publicará en 2021— en que considera la poesía como “la más pura de las formas literarias, el género que siempre me ha acompañado y el primigenio, el que contiene todo en ella. Dentro de la poesía están todas las artes, es pensamiento, puede ser ficción, es política, intimidad… La poesía no es otra cosa que la palabra con la que mirar, un lugar en el mundo”, defiende Moreno, que razona que lo que la echaba para atrás de ahondar en ella fue, quizá, la intimidad que supone la creación poética.

"La literatura no debe ser real, sino que debe ser verdad, y a esta verdad se puede llegar desde muchos lugares"

“Componer versos exige un grado de intimidad que, al menos yo, no he desarrollado nunca en la ficción o la crónica. La poesía es la máxima expresión del yo, no es una huida, como puede serlo la ficción, es un encontronazo. En ella te despojas de todo, te desnudas, y cuando ya llevas un tiempo escribiendo y quieres tener una relación directa con la escritura, es la única forma de llegar ahí, al núcleo”, ahonda la escritora, que sostiene que “la poesía es el dardo más afilado que tenemos, incluso para nosotros mismos”.

Verdad vs. Realidad

Y es que al igual que en sus novelas, donde la realidad de la vida se presenta en toda su crudeza como en un espejo, los temas que articulan los versos de Moreno, por demás viscerales y líricos, descarnados y bellos; desvelan con una mezcla de ironía y ternura una intimidad a ratos sensual a ratos perturbadora. Una realidad cotidiana plasmada con elegante y natural sencillez que habla de lo que son todas las vidas: dudas, contradicciones, maternidad, dolor, amor, ser mujer.

En este sentido, apunta que, como escritora, cada vez le parece más irrelevante el pudor. “En una novela lo que hacemos es rellenar a los personajes con nuestros deseos, miedos y porquerías, pero la poesía está fuera de todo ese artefacto, se da por hecho que lo que estás contando es tu yo, es verdad”. Y, sin embargo, a pesar de esa intimidad y ese trato tan personal de los sentimientos de uno mismo, confiesa que le quita hierro porque ha descubierto que “mi historia personal es una más entre millones”.

Lara Moreno recita poemas de 'Tempestad en víspera de viernes'

“Intento plasmar mi verdad sin que eso sea lo relevante. Desde hace unos años, con este auge de la autoficción parece que se le da un valor añadido a todo lo que sea testimonial, pero yo creo que la literatura no debe ser real, sino que debe ser verdad, y a esta verdad se puede llegar desde muchos lugares”, defiende. “Entiendo que ciertos poemas pueden llevar al lector, por ejemplo, al llanto, pero intento darle a eso el valor justo. Que no se emocione solo porque eso que lee es algo que considera actual y real hoy, porque, como ocurre con muchos poemas antiguos, quizá alguien lo lee dentro de 40 años y llora igual, pero esa vida no importa ya, ya es pasado y sólo queda la emoción”.

Literatura en voz alta

Una emoción que es el motor del que nacen sus versos, sobre los que confiesa no tener ninguna explicación a cómo los compone. “Trabajo mínimamente en los poemas, los versos llegan y los cazo al vuelo, nacen del poso de las lecturas y los años. La poesía es para mí una especie de compuerta, de verborrea, la vomito y apenas la pulo”, explica la autora, afirmando que es algo completamente independiente de la escritura de narrativa. “En las épocas de no poder escribir novela por tener mucho trabajo lo que queda es la poesía, lo único que escribo a mano. Se puede llevar en el bolso o tener en la encimera de la cocina”.

"Por mucho que la literatura sea la cosa más importante de mi vida, en realidad vivimos al otro lado, fuera de los libros"

Y asegura, como demuestra en recitales como el que acompaña a este texto, que lo que más le gusta es leerla en voz alta, “eso para lo que está hecha la literatura”, porque le permite aportarle al oyente “mi propio ritmo, mi personal textura e intensidad” y explicar ciertos detalles. Por ejemplo, que entre los inéditos de este libro dedica algunos poemas a su hija, a quien pide perdón porque “son los "más tristes. No sé si me lo perdonará algún día, pero espero que sepa entenderlo", bromea. O apuntar, en el caso de uno que escribió durante el confinamiento, que “pobre Madrid, en lo que se ha quedado. Cuando escribí ese poema tenía esperanzas de que a estas alturas los versos no tuvieran sentido, pero así estamos".

Para terminar, Moreno no elude la temática social que tiñe sus versos y reconoce que “por mucho que la literatura sea la cosa más importante de mi vida, en realidad vivimos al otro lado, fuera de los libros. Y esto es un reflejo de ello, el campo de batalla es el otro, la vida”. Una vida a la que la poeta le pide “libertad real, igualdad real, feminismo real y mucha justicia para todos nosotros, que nuestros hijos e hijas no se encuentren con este mundo en unos años”, y cuyo dolor logra transmutarse en cierto sentido en felicidad a través de la poesía, “la expresión más pura de la literatura”.