El Cultural

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Elvira Lindo: "La literatura no se puede afrontar con cobardía"

'A corazón abierto', la última ¿novela? de Elvira Lindo, es uno de los grandes éxitos de esta temporada pandémica y lectora

1 junio, 2020 03:15

¿Qué libro tiene entre manos?

Leo por las noches a Galdós, El doctor Centeno y Tormento, estar en su mundo me relaja. Y después de comer, leo ahora un libro de una autora muy joven, Ana Flecha, Dos novelitas nórdicas. Tiene un estilo curioso, diferente, me está gustando. Dedico horas a leer prensa, pero la voy a dosificar porque he acabado obsesionada con el “tema”.

¿Con qué personaje le gustaría tomar un café mañana?

Con Iñaki Uriarte, que es a la vez escritor y protagonista de sus diarios, en Bilbao.

Cuéntenos alguna experiencia cultural que cambiara su manera de ver la vida.

Me cambió la vida la máquina de escribir de mi padre, una Olivetti verde preciosa. Hice un curso de mecanografía en mi adolescencia y a partir de ahí empecé a escribir todos los días. El hecho de escuchar el teclado era muy inspirador. Era en sí una experiencia literaria. Leía Las flores del mal de Baudelaire y la tipografía de mi Olivetti me hacía sentirme más cerca de la grandeza literaria.

¿Cómo ha afectado al libro (y al lector) que 'A corazón abierto' se publicara al comenzar la pandemia?

La respuesta está siendo extraordinaria. En un momento del final del libro reflexiono sobre la poca atención literaria que ha recibido la generación de mis padres, que fueron niños de la guerra y jóvenes de la posguerra. La pandemia los ha puesto, tristemente, en el epicentro dela tragedia e imagino que eso ha contribuido a crear una corriente de simpatía hacia ellos. Pero creo que hay muchas más razones por las que esta historia se está abriendo camino en el alma de los lectores.

¿Piensa que a sus padres les hubiera gustado el libro?

Estoy segura de que amis padres les gustaría ahora, en esta su otra vida, en la que no tienen que preocuparse por el qué dirán. Entiendo que es un pensamiento mágico pero así lo siento. Ellos han velado por mí en todo el proceso. Y sí, les gusta mucho. Se sienten reivindicados.

¿Cómo ha logrado combinar “la angustia a exhibirme” y “la necesidad de ser escuchada”?

Soy una persona pudorosa, pero consciente de que la literatura no se puede afrontar con cobardía. No se puede escribir algo honesto sin sentir a la vez algo de vergüenza. Por eso me arriesgo a mostrarme a pesar de la inquietud que me causa.

Y después de un libro tan desgarrado, ¿qué?

Después de esto... algo desvergonzado, humorístico. Es lo que me pide el cuerpo.

¿Le importa la crítica? ¿Le sirve para algo?

Claro que me importa la crítica. Por haber venido del humor o de la literatura popular he sentido que había prejuicios contra mí, pero he tenido el coraje de seguir mi camino aunque me doliera. Creo que ese tesón o cabezonería se ha reconocido.

¿Entiende, le emociona el arte contemporáneo?

Me gusta la pintura y lailustración ante todo, y tengo grandes amigos en esas artes que me enseñan a mirar. Los trabajos que he hecho para el Prado y el Thyssen han sido de los más gustosos de mi vida.

¿Le gusta España? Denos sus razones.

Viví en tantos sitios cuando era pequeña, recorrí España tantas veces con mis padres, que siento un amor genuino por este país diverso y complicado. Llegó un momento, cuando vivía en Nueva York, que sentía mucha nostalgia por nuestra forma abierta y desahogada de vivir. Luego, está el rencor político, la furia, que todo lo ensucia, pero siempre trato de separarlo de ese saber disfrutar de la vida tan peculiar con el que me identifico mucho.

Denos una idea para mejorar nuestra situación cultural.

Creo que todo comienza en la defensa de una buena educación pública. También de presentarnos ante el público como trabajadores. Igual que el teatro o el cine no está hecho solo de los actores famosos, en los libros además de los escritores intervienen diseñadores, editores, libreros... Todos esos oficios para que el espectador y el lector amplíen su mundo. Es así como nos tienen que ver.