Exposiciones

Cuéntame un cuento con sabor a sal

Enric Farrés Duran. Empezar por el medio / Françoise Vanneraud. Una parte del murmullo del mundo se deslizó conmigo

30 noviembre, 2018 01:00

Enric Farrés: Ida y vuelta (2018) en Nogueras Blanchard

Galería Nogueras Blanchard. Doctor Fourquet, 4. Madrid Hasta el 26 de enero. De 450 a 4500 euros / Galería Ponce + Robles. Alameda, 5. Madrid. Hasta el 11 de enero. De 1.300 a 10.000 euros

A Enric Farrés Duran (Palafrugell, 1983) le gusta contar historias y jugar con el espectador, a veces, haciéndole dudar de su veracidad. Llevado por este espíritu, emprende en el verano de 2015 un viaje en su pequeña barca por la Costa Brava para recrear, en clave contemporánea, El viaje frustrado del escritor catalán Josep Pla. Este es el primer relato que el visitante se encuentra al entrar en la galería Nogueras Blanchard, documentado en un vídeo en el que el artista hace de narrador desde una pequeña pantalla junto a la que se abren, cierran y superponen múltiples imágenes. Los guiños a este viaje se suceden en una exposición en la que reconocemos el gusto de Farrés por los materiales de archivo en piezas como el díptico Ida y Vuelta, una carta de los colores del horizonte en las distintas horas del día hecha con postales. También vemos su interés por los libros que, si ya los puso de canto en la biblioteca del Museo Reina Sofía, ahora ‘descuartiza' y prensa sus páginas en una vitrina dejando a la vista tan solo una de ellas, decolorada por el paso del tiempo. Todas las obras están teñidas por aquel viaje al que se superpone una reflexión sobre la vida del artista, la creación sin descanso o la relación con los coleccionistas. Las lecturas son múltiples, visibles e invisibles. En el techo, un hilo de pescar nos guía hacia el sótano donde un foco ilumina su fin, engarzado en la caña de pescar de Anzuelo sin título. Aunque para disfrutar del desenlace de este libro hay que viajar, salir de la galería y acudir al Retiro a escuchar el audio de la última de las piezas mientras remamos en el estanque de las barcas.

Françoise Vanneraud: Es preciso aprender a contemplar el abismo... (2018) en Ponce + Robles

La propuesta de Françoise Vanneraud (Nantes, 1984) en la galería Ponce + Robles tiene también mucho de viaje. Combina en paisajes oníricos, casi lunares, motivos de su Bretaña natal con otros de las salinas chilenas de Atacama, fuente de riqueza y también de destrucción medioambiental del país. El dibujo es su principal medio de expresión. Con él prolonga la imagen de postales antiguas imaginando otras posibles derivas de esos paisajes y desborda los límites del lienzo para expandirse por las paredes de la sala. En Es preciso aprender a contemplar el abismo sin la menor emoción, la pieza más ambiciosa del conjunto, conviven fotografía, escultura e instalación, todo en un blanco y negro que a veces amarillea, como una gran fotocopia de este paisaje imaginado de megalitos, cielos pintados y piedras de escayola. En el centro, un cactus quemado -trabajado artesanamente sobre una pieza de escayola- emerge del suelo salino. Participamos aquí también en el juego de la duda, sobre qué hay de real y qué de inventado. Vanneraud sabe conjugar en sus historias la belleza con lo inquietante, el paisaje con unas pinceladas sobre la forma de vida contemporánea, nómada y en movimiento continuo, siempre con la montaña como escenario. @LuisaEspino4