Image: Nacho Vegas

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El Cultural

Nacho Vegas

"Si España es una marca, yo no la compro"

21 julio, 2017 02:00

Ilustración: Ulises

En Reanudación de las hostilidades (Espasa), Nacho Vegas (Gijón, 1974) mezcla relatos y poemas, decadencia y rebelión, humor negro y melancolía abisal. El cantautor asturiano sigue conciliando su alma contradictoria.

¿Qué libro tiene entre manos?
Ahora mismo estoy leyendo Cumbres borrascosas, una lectura pospuesta desde hace tiempo.

¿Ha abandonado algún libro por imposible?
Cuando era más joven me obligaba a acabar los libros por una cuestión de amor propio. Ahora prefiero pasar a otro. Hay, por ejemplo, novelas de Faulkner que me maravillan, y otras que me han resultado tediosas, como ¡Absalón, Absalón!, que sé que es considerada una de sus grandes obras para muchos pero que yo abandoné a la mitad.

¿Con qué personaje le gustaría tomarse un café mañana?
Con Chicho Sánchez Ferlosio.

¿Recuerda el primer libro que leyó?
De pequeño leí todos los de los Tres investigadores. Es mi primer recuerdo. No sabría decir cuál fue el primer libro ‘adulto' que leí, la verdad... Tal vez Otra vuelta de tuerca, que curiosamente venía en una colección juvenil.

¿Cómo le gusta leer, cuáles son sus hábitos de lectura: es de tableta, de papel, lee por la mañana, por la noche...?
En papel y sobre todo por la noche. También aprovecho viajes en avión, tren o autobús, que son el pan de cada día para mí en determinadas temporadas.

Cuéntenos alguna experiencia cultural que cambió su manera de ver la vida.
Como a tanta gente, leer El guardián entre el centeno. Lo hice a los 14, 15, 16 y 17 años y un amigo y yo hablábamos como Holden Cauldfield. Qué bobos éramos. Pero fue bonito.

Dice que vivir, para usted, es un dolor impreciso. ¿Escribir le ayuda a atemperarlo?
A intentar comprenderlo. A intentarlo, sólo.

¿Y amar?
Amar no hace que las cosas duelan menos, hace que merezca la pena que duelan.

¿Entiende, le emociona, el arte contemporáneo?
En general, no. A veces pienso que está tan emponzoñado por el mercado que no me deja ver las cosas valiosas, pero ni idea.

¿De qué artista le gustaría tener una obra en casa?
Las obras importantes no deberían estar en casas privadas, sino en museos a los que tuviera acceso toda la población de forma gratuita.

Ejerza de crítico de la última exposición que visitó.
Hace unos meses estuve en el museo de Violeta Parra, a quien admiro por sus canciones, pero la parte en la que exponía sus pinturas, sus telares, sus obras hechas con macramé... Me impactó mucho, cuando las reproducciones que había visto me habían dejado más bien indiferente. Pero en esas obras vi la historia de Chile, de su folclore, de sus penas y de sus cantares. Fue precioso.

¿Le importa la crítica? ¿Le sirve para algo?
Creo que la crítica más importante se hace con cierta perspectiva temporal, y no al mes de haber sido publicada una obra. Cuando Nick Drake publicó el Pink Moon, en 1974, la crítica del Melody Maker fue demoledora. Hoy nadie duda de su belleza y su gran influencia.

¿Qué música escucha en casa?
Mucha, aunque no tanta como me gustaría porque siempre ando con líos. Ahora pondré un disco de canciones mexicanas de Linda Ronstadt.

¿Recuerda la película que ha visto más veces?
Supongo que alguna de Mike Leigh.

¿Le gusta España? Denos sus razones.
No me gusta España, y en muchos casos me avergüenza. En un mundo hipermercantilizado como el nuestro, nos presentan España como una mercancía antes que como un lugar en el que conviven muchas personas a las que se les niegan sus derechos fundamentales. Si España es una marca, yo no la compro, gracias.

Regálenos una idea para mejorar la situación cultural de nuestro país.
Vivimos en un Estado que se empeña en reprimir libertades y es importante tomar conciencia de la fuerza de la cultura como contrapoder. De ese modo podremos hacer que la cultura ocupe el papel central en nuestras vidas que merece.