Pablo Carbonell. Ilustración: Ulises

Pablo Carbonell. Ilustración: Ulises

El Cultural

Pablo Carbonell: "Intento molestar poco pero no siempre lo consigo"

Durante las últimas décadas ha estado en todas las salsas, de las musicales a las televisivas. Pablo Carbonell publica 'El mundo de la tarántula', unas memorias con versión teatral

23 junio, 2017 00:00

¿Qué libro tiene entre manos?
¡Prohibida la ducha! de Juan Soto Ivars. Es un libro infantil que le he regalado a mi hija pero me lo estoy leyendo antes. Para animarla.

¿Ha abandonado algún libro por imposible?
Sí, a pesar de adorar a Edgar Allan Poe no he podido acabar su Eureka. No sé si después de haber leído a Timothy Ferris y a Bill Bryson podré hacerlo pero creo que hace falta estar puesto de láudano o saber muchas matemáticas para entender qué explicación da al universo.

¿Con qué personaje le gustaría tomarse un café mañana?
Me gustaría conocer a Arquímedes y explicarle que la tierra es una esfera, que gira alrededor del Sol, hablarle de la fuerza de la gravedad, de la evolución de las especies, etc. Sería maravilloso ver su cara.

¿Recuerda el primer libro que leyó?
Fue Bien por los Siete Secretos de Enid Blyton.

¿Cómo le gusta leer, cuáles son sus hábitos de lectura?
Leo siempre en la cama o en los trenes. Leo en papel. Me regalaron un libro electrónico y lo regalé.

Cuéntenos alguna experiencia cultural que cambió su manera de ver la vida.
La primera vez que vi a Silvio, el roquero sevillano, en un escenario, bailando como un anormal, comprendí que el escenario era un sitio donde uno se podía liberar.

¿Ha saldado alguna deuda con El mundo de la tarántula?
No era esa la intención primordial. Aunque hay algunos personajes que salen mal parados, la culpa no es mía...

Eche una vista atrás. ¿Se arrepiente de algo?
Ahora que estoy recuperándome de una operación de rodilla me arrepiento de aquel día, hace cuarenta años, que me subí a una moto robada sin saber dónde estaba el freno.

Defínase para los que no le tengan muy ubicado.
Intento molestar poco pero no siempre lo consigo.

¿Es consciente de que ha estado en todas las salsas de las últimas décadas?
Sí, y siempre me ha quedado la sensación de que he sido un intruso.

¿De qué acontecimiento se ha reído más?
No sé si es para reírse pero desde luego es un bochorno que el barco réplica del que usó Magallanes se hundiera en el puerto el día de su botadura.

¿En qué momento de su vida se puso serio?
Yo siempre he sido serio. Lo que pasa es que el cachondeo me da de comer.

¿Entiende, le emociona, el arte contemporáneo?
Por supuesto, desde la Revolución Francesa hasta ahora las cosas que se hacen son mucho más divertidas.

¿De qué artista le gustaría tener una obra en casa?
De Gauguin. Es el pintor del hedonismo. Mi artista favorito es Picasso pero su obra está impregnada de un tinte político por la maldita época que le tocó vivir que me impide disfrutarlo con comodidad.

Ejerza de crítico de la última exposición que ha visitado.
Lo último que vi fue el museo de Wolf Vostell en Malpartida, Cáceres. No soy muy entendido en ese tipo de arte simbolista con elementos reciclados y mucho churrete pero me pareció una mierda pinchada en un palo. Menos mal que el sitio es bonito.

¿Le importa la crítica? ¿Le sirve para algo?
Que te destaquen los errores te ahorra trabajo.

¿Qué música escucha en casa?
Ninguna. Solo en trenes o en el coche. A veces para escribir determinadas cosas utilizo música sugerente que oscila entre Dylan, Zappa, Talking Heads, Eels o Beatles.

¿Qué película ha visto más veces?
Me sé Cantando bajo la lluvia.

¿Qué libro debe leer el presidente del Gobierno?
El mundo de la tarántula, a ver si nos coge más cariño a los cómicos.

¿Le gusta España? Denos sus razones.
Me gusta España, la he recorrido entera.

Regálenos una idea para mejorar la situación cultural de nuestro país.
Menos fútbol en la tele pública.