Image: Luis Sepúlveda en una blanca habitación a la espera

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El Cultural

Luis Sepúlveda en una blanca habitación a la espera

El escritor recuerda con ternura el nacimiento de su hijo

30 julio, 2013 02:00

Un viaje placentero de la memoria me lleva hasta una habitación blanca en la que me veo esperando junto a otros hombres nerviosos que fuman o se estrujan las manos. Veo que también tengo un libro, pero no leo, tampoco me interesan los periódicos y revistas que hay en una mesa de centro, y cuando llevo ahí casi dos horas, una mujer vestida de blanco dice mi nombre, la sigo, mi compañera yace en una cama con gesto agotado y junto a ella un pequeño ser, con rostro de monje asiático mueve las manos y deja oír su voz.

"Es nuestro hijo" susurra, y tomo en mis brazos a ese pequeño ser que ahora tiene cuarenta años y suele mirarme con la misma expresión de la primera vez.

Luis Sepúlveda (Ovalle, Chile, 1949) se convirtió, tras la publicación de 'Un viejo que leía novelas de amor' (1992) en uno de los escritores latinoamericanos más leídos en todo el mundo. Sufrió prisión durante la dictadura de Pinochet y posteriormente abandonó el país. El exilio le llevó a Europa, donde ha ido publicando la mayoría de sus novelas y relatos, entre los que destacan 'Mundo del fin del mundo' (1994); 'Nombre de torero' (1994), su primera novela negra; 'Patagonia Express' (1995), un libro de viajes; el cuento 'Historia de una gaviota y del gato que le enseñó a volar' (1996); 'Historias marginales' (2000), 'Hot line' (2002), y 'La sombra de lo que fuimos' con el que obtuvo el Premio Primavera 2009.

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