Image: Ángeles de Irisarri

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El Cultural

Ángeles de Irisarri

“Los hombres siempre fueron muy generosos conmigo”

Daniel Arjona
Publicada
Actualizada

Ángeles de Irisarri. Por Gusi Bejer

Escribe, con tanta pasión como éxito, novelas históricas de pequeñas y grandes mujeres. Ahora Ángeles de Irisarri (Zaragoza, 1947) revisa y reúne en un solo volumen -Isabel, la Reina (Suma, 2012)- su estupenda trilogía sobre la soberana católica y castellana que fundó junto a su marido Fernando la España Moderna.

Pregunta: ¿Sus tres Isabeles juntas saben mejor?
Respuesta: Lo cierto es que pesan más, porque ha salido un volumen tan grueso que llevado dentro del bolso puede servir de autodefensa.

P: Al revisar la fusión de los tres tomos, ¿qué es lo que más le ha sorprendido del conjunto?
R: Lo más sorprendente ha sido, sin duda, que me siguieran gustando tanto los cuatro personajes que protagonizan la historia.

P: ¿Y cuántas páginas sobrantes ha liquidado su celo revisor?
R: ¿Sobrantes? Pues casi ninguna, la verdad.

P: Después de 800 páginas y tantos años de trabajo, ¿Isabel ha conquistado sus sueños o sus pesadillas?
R: Isabel está ya tan unida a mí que, de hecho, muchas personas me llaman Isabel. Pero no se si lo dicen por la reina, por mi hija o, tal vez, por mi tía Isa, que en paz descanse.

P: En su serie de novelas sorprende la mixtura de verosimilitud, con su dominio del castellano antiguo, y la fantasía. ¿Cocina fusión?
R: Una pizca de lo primero y un sabio manejo de lo segundo proporcionan un caldo muy nutritivo, apto para recién parida.

P: ¿Escribir en castellano antiguo la deja exhausta?
R: Desde pequeña me he sabido de memoria cantidad de poesías y romances, lo que acabó haciendo mella en mí. Y me di cuenta de que escribir de esta forma arcaica, convertía, como decíamos, en más verosímiles mis historias.

P: ¿Y no provoca rechazo en el lector?
R: ¡Al contrario! Una lectora me abroncó por que situé una novela a principios del XX, tan alejada de mis esparcimientos históricos habituales. Me exigió que no hiciera "más excursiones".

P: ¿Isabel y Fernando compartieron tareas en el poder? ¿En verdad montaban lo mismo?
R: Pues sí, así fue, reinaron completamente a la par, cada uno en el reino respectivo del otro y ambos en los reinos de los dos.

P: ¿América la descubrieron, a medias, Colón e Isabel?
R: América la descubrió Cristóbal Colón sin saber que la descubría, porque la reina Isabel le proporcionó tres naves para que navegara por la mar ignota.

P: ¿Pintar a Isabel de nazi por expulsar a los judíos es un despropósito?
R: Es un despropósito y una aberración histórica. ¿Cómo puede decirme eso?

P: ¿Pero no es ese el gran baldón de su expediente?
R: Fue producto de su época. Fíjese que, tras España, sólo quedaron dos países en Europa que aún no los habían expulsado, Portugal y Austria, y otros empezaron antes que nosotros.

P: ¿Ángeles Irisarri escribe "Literatura sobre mujeres" o "Literatura para mujeres"?
R: Sobre mujeres, que hay mucho que decir todavía sobre ellas. Y es además lo que buscan mis lectores.

P: Pero es que además hoy parece una buena idea, ¿no? Hay más lectoras que lectores. R: Sigue siendo muy buena idea. Y tiene razón, las lectoras lo son en mayor número. P: ¿Usted cree que las cuotas ayudan a las mujeres o todo lo contrario?
R: Todo lo contrario, por favor...

P: ¿Y los hombres cómo se lo pasan con sus libros?
R: Cada vez tengo más lectores masculinos. Los hombres siempre han sido muy generosos conmigo.

P: Creo que empezó a escribir novela histórica tardíamente porque no le publicaban otro tipo de obras.
R: Pues sí, después de una larga agonía opté por la novela histórica cuando todavía no estaba de moda, y mira...

P: Dicen que ama los archivos. ¿Sigue manchándose de polvo en ellos o ha abrazado ya la Red para documentarse?
R: Ambas cosas, pero me gusta mucho aún sufrir el maravilloso polvo viejo de los archivos.

P: ¿Y se lo pasa mejor documentando o imaginando?
R: Pero es que lo segundo, la imaginación, lleva implícito lo primero, parte siempre de la documentación. Primero se inventa, luego se investiga y por último se escribe. Me divierto en los tres procesos.

P: ¿Es cierto que cuando dejó de fumar tampoco podía escribir? ¿Cómo lo lleva?
R: He dejado el tabaco y ha sido uno de los errores de mi vida. Quizá vuelva.