Image: Marta Rivera de la Cruz

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El Cultural

Marta Rivera de la Cruz

"Se puede vivir sin amor pero no sin amistad"

10 octubre, 2011 02:00

Marta Rivera de la Cruz

Acaba de publicar su última novela, 'La vida después'

La amistad entre un hombre y una mujer suele entrar en terrenos confusos. El instinto y el deseo son dos fuentes de desorden. Pero a veces sucede que la pureza prevalece. Pocas, pero sucede. La vida después (Planeta), de Marta Rivera de la Cruz (Lugo, 1970), intenta dar constancia de esa variante incontaminada de relación. Y también de otro tipo que es, si cabe, más excepcional: la que mantienen dos mujeres que aman a un mismo hombre. Algo casi imposible pero que puede cristalizar cuando el hombre en cuestión muere de repente.

Pregunta.- Sin destripar la trama. ¿La vida después de qué?
Respuesta.- Después de que un hombre y una mujer hayan sido amigos toda su vida sin amarse.

P.- Pero Victoria siente un profundo dolor a la muerte de Jan. ¿No hay detrás de ese dolor algo más que amistad?
R.-No, es el dolor de la pérdida de un amigo que ya no estará nunca, de casi un hermano. Y eso la paraliza.

P.- Encabeza el libro con una cita de Greta Garbo: "La vida sería maravillosa si supiéramos qué hacer con ella".
R.-Es que cuando llegamos a este mundo nadie nos entrega un manual de instrucciones, y lo que nos sucede nos desconcierta, y luego tenemos muchos problemas para comunicarnos, por lo que callamos, por lo que hablamos de más... Es difícil saber manejarse en esta vida. Y, por si fuera poco, además nos la complicamos siempre mucho más de lo que debiéramos.

P.-¿La historia de la película inédita de Greta Garbo tiene alguna conexión con la realidad o es todo fruto de su imaginación?
R.-No la tiene, aunque la idea me vino a partir de una historia real que leí en los periódicos, un hombre que compró en eBay una serie de cajas con películas antiguas y en una de ellas se encontró una de Chaplin inédita. Las compró por tres dólares y luego la subastaron por un disparate de dinero. Lo que cuento yo de Greta Garbo no es cierto pero perfectamente podría serlo. Es muy normal que las grandes estrellas del cine rodaran en sus comienzos películas precarias que luego desaparecieron y al cabo de los años salen a la luz.

P.- Revindica dos tipos de amistad que difícilmente se dan en el mundo real: la del hombre un con una mujer (sin más pretensiones), y la de dos mujeres que aman al mismo hombre.
R.-La primera está muy discutida en la realidad pero sí puede darse, claro. Y la segunda, es cierto, es muy complicado que pueda existir mientras vive el hombre en cuestión. En la novela, mientras vive Jan, la relación de las dos protagonistas es un artificio impuesto por éste. Pero cuando muere es cuando empiezan a respetarse y a tener un afecto sincero la una por la otra.

P.-¿Cree que el amor está demasiado sobrevalorado en relación a la amistad?
R.-La amistad es más interesante porque es más generosa, más desinteresada. El amor, en cambio, suele tener una gran dosis de egoísmo personal. En la amistad pedimos lo que nos pueden dar. A un amigo no intentamos cambiarle su forma de ser. A tu pareja sí. Creo que se puede vivir sin amor, pero no sin amistad. La amistad es más lineal, no tiene tantos altibajos, y soporta mucho mejor la distancia y el paso del tiempo.

P.-¿En su fijación por introducir historias dentro de historias, como si fueran muñecas rusas, hay algún autor que le ha influido en particular?
R.-No es tanto la influencia de autores concretos, que también las habrá. Es, creo, porque intento pasármelo bien cuando escribo. Me gusta tejer dos historias a la vez como mínimo, y luego también me gusta hacerlas confluir en el final. Unir personas que sin ser conscientes tienen alguna relación, como hace Robert Altman en sus películas de vidas cruzadas.

P.- En La vida después salen a relucir las claves recurrentes de su narrativa, pero ¿qué pretensiones novedosas se impuso cuando empezó a escribirla?
R.- Quería trabajar más el diálogo y que la trama fuera más contemporánea, enmarcada en el siglo XXI. También que los personajes fueran menos extravagantes que en mis anteriores novelas, gente que pudiera ser más cercana a los lectores.

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