Image: Xoel López

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El Cultural

Xoel López

“Para esta guerra de guerrillas no me pude permitir no tener Facebook”

27 octubre, 2010 02:00

Xoel López. Foto: Antonio Heredia

El jueves (Bilbao) y viernes (Madrid) cierra la gira española de su Caravana Americana dentro del Heineken Music Selector.

Un día Xoel López (A Coruña, 1977) se retiró a ese "cuartel general" que ha sido siempre para él Buenos Aires con la idea de ver mundo y terminó gastando las páginas del pasaporte por medio continente. Lo decidió en una de tantas "sesiones mágicas" en el Ultra Bar porteño. "Quería viajar, conocer gente, llenar la mochila. El cuerpo me pedía perderme, no encontrarme". El resultado no es lo nuevo de Deluxe ("para eso ya habrá tiempo, y un disco que tengo en mente", advierte), sino una gira entre una veintena de nuevos y viejos amigos, la Caravana Americana, con la que celebra el Bicentenario de las Independencias Iberoamericanas y agradece el trato recibido. En sus dos últimos conciertos en Bilbao (jueves) y Madrid (viernes) lo acompañan Iván Ferreiro, Xosé Manuel Budiño, Eladio Santos, Félix Arias, Pablo Dacal, Sebastián Rubín, Víctor Víctor, Manel Cruz... para cuatro horas de concierto.

PREGUNTA.- ¿Qué ha sido de Xoel López, el cantautor solitario?
RESPUESTA.- Creo que nunca llegó a existir. Puede que la música de Deluxe fuera más íntima, y hasta melancólica, si me apura. Pero para mí componer es comunicar, es hablar, es conocer. Si fuera un solitario nunca podría haber montado la Caravana Americana.

P.- ¿Cómo se dieron las cosas?
R.- Digamos que el viaje estuvo plagado de casualidades, y de encuentros fortuitos. Hice de mi propio manager en el 99% de los conciertos, lo que te obliga a estar expuesto a todo el mundo. Funcionaba con el boca a boca, a través de gente que conocía de España y otros que me iban presentando. De repente un músico en Uruguay me habla de un tipo en Brasil que a su vez conoce a Víctor Víctor... Todo muy rocambolesco, sí.

P.- Tendrá el anecdotario a rebosar.
R.- Han pasado tantas cosas que creo que el viaje entero es una anécdota con entidad propia. No todo el mundo se va para cuatro meses y vuelve al cabo de dos años. Pero es que era el momento. Una noche, después de un concierto en San Francisco, se me acerca un hombre y me dice en inglés: "Quiero que toques en mi festival". Así de surrealista. Luego, en el concierto en cuestión, el bajista que me acompaña dice llamarse Ryan Brown. Que luego resultar ser el hijo del mítico Jackson Brown. En fin, todo muy peliculero...

P.- Documental (de National Geographic) incluido.
R.- En el camino, que es como se titula el documental, surge de una conversación con Arturo Lezcano, paisano mío, melómano como yo y que lleva toda la parte audiovisual de mis proyectos. La cosa fue tomando cuerpo y, cuando nos quisimos dar cuenta, estaba Lola García Garrido haciendo fotos, Arturo grabando todos mis pasos y yo tocando la guitarra a quien se pusiera por delante. Había que vernos. Por eso digo que nunca me he considerado un cantautor solitario.

P.- ¿Fue a perderse o a encontrarse?
R.- El viaje fue más de perderme que de encontrarme. Quiero decir que todo estaba en su sitio. Tenía la cabeza bien. Demasiado bien. Todo lo que hice tuvo que ver con el fuero externo... con la parte social.

P.- Tendrá el Facebook a tope.
R.- Le diré que no tenía, y me lo tuve que abrir para el viaje. Para esta guerra de guerrillas que ha sido mi viaje no me podía permitir no tener Facebook.

P.- Insiste en que esto no es "lo nuevo". Que ya habrá tiempo de grabar.
R.- Es que esto es algo entre amigos, un fifty-fifty. Después saldrán las canciones que ahora llevo en la maleta. Las grabaré para finales de 2011 y, si todo va bien, quiero hacer una gira sólo con la guitarra. Íntima y muy cerca de la gente.

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