El Cultural

Clarín inédito. Teatro

En sus trece

13 junio, 2001 02:00

Centenario de la muerte de "Clarín"

Si el Clarín adolescente era poeta, el Clarín niño ya era dramaturgo. "A los ocho años ya hacía comedias", escribió. Las siguió escribiendo (y estrenándolas a veces en reuniones familiares) hasta pasados los veinte. De esa época se ha conservado un cuaderno con varias obras, la mayoría incompletas. Ana Cristina Tolivar Alas ha editado recientemente la pieza en un acto Tres en una, divertido pastiche moratiniano. Publicamos un fragmento de otra obra anterior, escrita en Guadalajara hacia 1865, y sin título, cuando su autor tenía trece años.

Comedia en tres actos y en verso
Personas
Dña. Brígida (madrastra de Isabel)
Julián
D. Patricio (su tío)
Germán
El barón de***
Ramona (doncella de Isabel)
Pepe (criado de Germán)

Acto Primero

El teatro representa un jardín en una quinta. Isabel. Al fondo una verja detrás de la cual pasa el camino real. A la derecha del actor la fachada la casa, que tendrá una entrada (ilegible] y antes de llegar a la puerta una escalinata. A la izquierda un pabellón. Escena primera. Ramona y Pepe.
Pepe. ¿Quedaste enterada?
Ramona. Sí.
Pepe. ¿Eso dirás a tu ama?
Ramona. Está bien; pero me choca
que don Germán, ni una carta
para ella te entregase...
Pepe. ¡Puf! Qué memoria, caramba.
¡Si mirando esos ojuelos
mi canto al cielo se marcha!
Ramona. No me gustan los requiebros.
Pepe. Y a mí me gusta tu gracia.
Toma la carta, pichona. (La da).
Ramona. Acabarás, tarambana. (Se torna).
¡Qué alegre se va a poner
mi señorita!
Pepe. ¿Te agrada el plan de mi amo?
Ramona. Mucho.
Pepe. Es como suyo, sultana,
que en cuanto a él por las mientes
una cosa se le pasa,
por difícil que ella sea
hasta alcanzarla no para.
Sabe que a tu señorita
doña Isabel, se trata
de casarla cuanto antes;
pero como él la ama
con todo su corazón
para impedirlo trama
un enredo que hoy mismo
quiere ponerlo en la práctica.
Ramona. Y ojalá logre su intento
porque Pepe, es una infamia,
pues sin conocer al novio,
esa maldita madrasta,
Dios me perdona el pecado,
al punto quiere casarla. (Pausa).
¡Ay querida señorita!
Si es que don Germán no os salva
vais a tener una vida,
me parece, muy amarga.
Pepe. Vamos, no te pongas mustia,
que el verte así me da ganas
de llorar a mí también.
Ramona. ¡La quiero tanto!
Pepe. ¡Caramba!
Yo también la quiero mucho
sólo porque tú la amas.
Ramona. Gracias Pepe (Muy tierna).
Pepe. No hay de qué. Con que pelillos al agua;
que si Dios quiere y la virgen
y los santos y las santas
se ha de arreglar todo como
la justicia de Dios manda.
Ramona. ¡Sabes Pepe que hablas bien!
Pepe. Ay Ramona tus miradas
tan solos son las que...
Ramona. Vuelta.
Ya sabes que eso me enfada.
No me gustan los requiebros
que son tan solo palabras
y el viento es quien se las lleva
y no me sirven de nada.
Pepe, (con pasión).
Pues bien, si es que quieres obras
mañana mismo mañana
nos casamos y Laus Deo.
Ramona. (Este muchacho me agrada)
Pepe. Y nos marchamos a Asturias,
que es mi tierra idolatrada!
Quince años hace que falto
de allí y ya tengo gana
de volver a ver a Oviedo
y sobre todo mi casa
mi familia mi... Di ¿quieres
venirte conmigo? Acaba.
Ramona. ¡Eres un ferrocarril!
Pepe. ¡Pues sí le tengo en mi alma!
¡Sé que no lo hay en mi tierra!
¿Admites la boda?
Ramona. Vaya.
Yo prepararé.
Pepe. Mas no mucho
que te vas a quedar calva.

CLARíN