Gimeno, durante su encuentro con El Español.

Gimeno, durante su encuentro con El Español. Rafael Plaza El Español

Tenis Roland Garros

“Estaba como loco, he borrado del teléfono las aplicaciones para ver los resultados”

Daniel Gimeno, que regresó a la competición en la fase previa de Roland Garros tras pasar por el quirófano en marzo, cuenta en cinco pasos cómo ha vivido la recuperación.

23 mayo, 2017 19:06
París (enviado especial)

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En la pista número 13 de Roland Garros, la victoria fue para el japonés Uchiyama (7-6 y 6-4), pero la cara de felicidad se la llevó Daniel Gimeno, que pese a caer en la primera ronda de la fase previa del segundo Grand Slam de la temporada regresó a las pistas tras romperse el tendón del flexor común de su codo derecho y verse obligado a pasar por el quirófano el pasado mes de marzo.

Tras el encuentro, el 177 del mundo se sentó con dos periodistas en el restaurante de jugadores de la pista Suzanne Lenglen para recordar cómo se lesionó, cómo afrontó la recuperación a los 31 años y cómo las ganas de jugar le llevaron a acortar los plazos para volver a jugar en Roland Garros.

LA LESIÓN

“En Quito, en el calentamiento del partido contra Janko Tipsarevic, me pegó un pinchazo que casi me hizo llorar. Me rompí el tendón, se me desinsertó del hueso. Me retiré con 1-4, jugué cinco juegos por vergüenza torera. Me dolía en todos los golpes posibles. Volví a casa, me operé y empecé con la recuperación”.

EL MIEDO

“Cuando llevas tanto tiempo haciendo de todo, probando todo, escuchando una opinión tras otra… Llega un momento en el que quieres operarte, sabiendo que a veces es una lotería. Hay casos cercanos como el de Pablo Andújar, que lleva tres operaciones. No entras al quirófano para que te cambien el tubo de escape y salir de ahí a toda velocidad. Sabes a lo que te expones. Yo me he operado dos veces en la muñeca y puedo decirlo con conocimiento de causa, pero llega un momento en el que no ves otra salida. El mayor miedo es no quedar bien”.

LA RECUPERACIÓN

“Al principio va todo muy rápido. No te duele porque las cargas son muy bajas, pero cuando empiezas a meter cargas grandes es una historia distinta. Mentalmente es duro. No es solo lesionarse y operarse. Hago un símil con una persona a la que le sobran 40 kilos. Los primeros 20 los pierde rápido, pero cuando se acerca a su peso ideal deja de bajar dos kilos a la semana, cuesta más. Pues aquí lo mismo: cuando le exiges al cuerpo hay semanas en la que te molesta, hay que frenar el ritmo y todo eso te corta la progresión”.

LA REAPARICIÓN

“Estaba desesperado por jugar. Me preguntan en casa a lo que me dedico y ya no sé qué decir. Voy al gimnasio, hago físico… Necesitaba venir aquí, ver a la gente, tener las sensaciones del día previo a jugar. Me fijé Roland Garros porque soy más cabezón que el más cabezón. ¿Que me habían dicho tres meses los médicos? Pues tenía que jugar antes. Iba bien, demasiado bien, así que decidí intentarlo. En el partido me faltaba ritmo. Estábamos 4-4 en el primer set y creí que era 4-4 en el quinto. He disfrutado mucho de volver a jugar, de la competición, aunque no estuviera al máximo.

Echas de menos todo porque dentro del circuito tienes muchos amigos. Son tu segunda familia, la familia del tenis. El ambiente, las sensaciones de esta mañana antes de jugar, preparar la ropa… Si hubiera ganado, saco champán y pastas. Tenía esta fecha marcada y ahora quiero esperar y volver cerca de mi 100%. Me he quitado un poco el mono aquí, jugando y compitiendo en un torneo bonito. Ahora esperaré lo que toque: tres semanas o un mes, no me pongo fecha para que mi cuerpo me permita jugar al máximo”.

EL TENIS A LOS 31 AÑOS

“Me sigo planteando volver a subir, mejorar y estar más arriba de lo que estaba antes. Mientras físicamente me encuentre bien… Es que físicamente estoy mejor que cuando era más joven, me salen mejores registros en las pruebas que en el pasado. Y mentalmente no estoy cansado ni agotado de viajar. Al final, la cabeza manda. Tras este parón estaba como loco, he borrado del teléfono las aplicaciones para ver los resultados y todo. Es como si te asomas por la ventana para ver jugar a tus amigos en la calle y tú no puedes salir porque tienes deberes. Ahora mismo estoy con muchas ganas”.