Fernando Alonso abandona en China.

Fernando Alonso abandona en China.

F1

El martirio de Fernando Alonso: abandona en China cuando iba octavo... y no es culpa de Honda

Su McLaren se rompió por un fallo en el palier cuando tocaba los puntos en la segunda prueba del Mundial. Hamilton ganó el Gran Premio. Carlos Sainz, séptimo tras una inteligente carrera. 

9 abril, 2017 09:37

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No se puede hacer más con tan poco. El calvario de Fernando Alonso sigue. Y ya se puede decir que no es por su culpa. En China la crueldad fue aun mayor. Hizo todo bien, ganó cuatro posiciones en la salida, llegó a rodar sexto, evitó durante once vueltas que un Force India le adelantara, hizo con su McLaren todo lo que pudo... hasta que se rompió.

En el momento que tuvo que abandonar, en la vuelta 35, estaba octavo y conseguir algún punto no era una quimera, al contrario, era una tarea cada vez más cercana. Hubiera sido el milagro de la Fórmula 1 en muchos años. El McLaren es un coche menor, muy menor, humillado por los grandes monoplazas, como el Mercedes de Bottas, que en la recta principal adelantó a Alonso con una facilidad casi insultante.

El finlandés fue, junto con Sainz, el único que pudo adelantar a Alonso. Y eso que Bottas tardó en conseguirlo. Dos o tres vueltas, calificadas por el propio Fernando como "surrealistas" por haber aguantado. Hasta tuvo que preguntar por radio si su rival tenía algún problema. Había aguantado a un Mercedes más de unos metros.

Anteriormente había amargado la existencia a Sergio Pérez, que había rodado once vueltas por detrás de Alonso, incapaz de adelantarle. Estaba entonces Alonso séptimo, posición en la que obraba el milagro. También con la octava hacía posible lo imposible. Él mismo reconoció que le benefició las condiciones, como la de una pista húmeda que no llegaba a secarse del todo. Pero el asturiano no pudo saber hasta donde hubiera llegado con la pista seca.

Su McLaren se rompió, esta vez no por el motor Honda, sino por un fallo en el palier, en la transmisión de su monoplaza. "Más no podía hacer, cuando la pista se iba secando perdimos una posición, pero estaríamos luchando por los últimos puntos con Sergio Pérez y Magnussen", explicó Alonso nada más bajarse de su coche.  

Quizá el asturiano tenga que dar gracias de que abandonara en la vuelta 35 y no antes, por ejemplo en la 19, momento en el que acabó la carrera para su compañero Vandoorne, aparentemente por un problema con la gasolina.

"Lo de Australia pensé que seria irrepetible (luchar por los puntos), pero esto fue mejor", aseguró Alonso. "Fuimos ganando posiciones más o menos gratis, con la pista húmeda conseguimos mantenernos", analizó el de McLaren. Estaba octavo, en posiciones de puntos. Por sus aciertos y por la suerte. Todo se unió para que se obrara el milagro del año. Pero en un mundo con la F1 pocas casualidades ocurren. El McLaren, como se espera, se rompió. Y otra vez al garaje antes de tiempo. 

Victoria de Hamilton

Al margen de Fernando, hubo más vida en China, donde ganó Hamilton, que supo leer la carrera, además de acompañarle la suerte, ya que los dos coche de seguridad en las primeras vueltas (uno virtual) le ayudaron a conservar la primera plaza. Segundo fue Vettel, al que en el ecuador de la carrera le ralentizó su propio compañero Raikkonen y le quitó todas las opciones de ganar.

El último cajón del podio fue para Verstappen y eso que salió en 17º lugar. Una salida espectacular y el buen funcionamiento de su Red Bull le llevaron a la tercera posición, por delante de su compañero Ricciardo, con el que tuvo una bonita lucha en las últimas vueltas. Raikkonen y Bottas completaron las seis primeras plazas.

Jugada maestra de Carlos Sainz

El otro gran protagonista en China fue Carlos Sainz, único piloto que arriesgó en la salida, ya que puso neumáticos de seco cuando todos llevaban intermedios. En la salida y primera vuelta sufrió, pero gracias a los mencionados safety car, se reenganchó en la carrera y ya, con la pista más seca, llegó a marcar vueltas rápidas de carrera. A más no puede aspirar, ya que ganó la carrera de los mortales. Solo le superaron los inalcanzables Mercedes, Ferrari y Red Bull.