Michael Schumacher, recibiendo en 2007 el Premio Príncipe de Asturias de los deportes

Michael Schumacher, recibiendo en 2007 el Premio Príncipe de Asturias de los deportes

Motor FÓRMULA 1

Michael Schumacher y la historia de un final cada vez más trágico: así es el calvario del 'Káiser'

El rey de la Fórmula 1 podría estar ante el final de su viaje, ya que muchas informaciones médicas apuntan a que su situación es irreversible y ya no mejorará.

19 septiembre, 2020 23:11

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La historia de Michael Schumacher es una historia de éxito, de victorias, de triunfos. Es la historia que cuenta el mayor legado de la Fórmula 1, el campeonato de automovilismo más prestigioso, más inalcanzable y más glamuroso. Y Michael lo conoce y lo dominó como nadie. Fue capaz de marcar una era, de crear una marca, de que todos asociaran todo un deporte con un solo nombre. Que nadie más existiera.

Michael ha librado grandes batallas a lo largo de su carrera deportiva. Ha ganado muchas de ellas, el que más de toda la historia hasta que Lewis Hamilton le arrebate todos sus récords. Pero también ha perdido algunas, quizás las más dolorosas. Sin embargo, todos esos recuerdos, esas vivencias, esas hazañas, se rompieron en una trágica mañana tras una mala decisión. Seguramente, la peor decisión de toda su vida, una vida que nunca más volvió a ser la misma.

Ahora, la historia de Michel Schumacher está ahora lejos de las victorias, del éxito, del paddock, de las carreras. La historia de Michael ha tenido, o está teniendo, un final trágico, dantesco, un final que nadie quiere y nadie merece, sobre todo para un campeón como él. La vida de Schumacher dio hace casi siete años un giro inesperado, demasiado cruel y demasiado brusco. Un giro que dejó al mayor campeón de la Fórmula 1 postrado en una vida de dependencia y en una lucha constante por la supervivencia. Una desgracia, tantas veces esquivadas en los circuitos, y encontrada en una triste mañana tras una pésima decisión.

Una trágica mañana

La mañana del 29 de diciembre de 2013, Michael Schumacher se encontraba junto a su hijo en la estación de esquí alpina de Méribel. El Káiser y toda su familia siempre han sido grandes aficionados a este deporte de montaña, por lo que se les podía considerar incluso como esquiadores expertos y sobradamente experimentados. Sin embargo, una mala decisión iba a hacer que aquella bonita mañana familiar se convirtiera en la peor de todas sus vidas.

Michael decidió abandonar la zona de las pistas señaladas para seguir esquiando en lo que se conoce como ‘fuera de pista’. Una zona sin seguridad, sin acondicionamiento de la nieve ni del terreno y con muchos peligros que pueden estar ocultos por la vegetación o por la propia nieve. El piloto alemán decidió ampliar su aventura en un recurso que suele ser muy habitual entre esquiadores expertos que buscan una mayor adrenalina y mayor dificultad para ponerse a prueba.

Michael Schumacher esquiando durante su época en Ferrari

Michael Schumacher esquiando durante su época en Ferrari REUTERS

Sin embargo, a Michael esa jugada le salió cara. En un momento de su excursión por el ‘fuera de pista’, Schumacher perdió el control de sus esquís y terminó cayendo, con tan mala suerte que se golpeó en el lado derecho de su cabeza. El impacto fue tan fuerte que incluso llegó a romperse el casco que portaba el expiloto.

No llegó a perder la consciencia, pero el golpe había sido terrible y había muchas probabilidades de que hubiera lesiones intracraneales. ‘Schumi’ fue evacuado en helicóptero al hospital de Albertville en Moutiers, pero la gravedad del accidente terminó provocando que fuera trasladado al Hospital Universitario de Grenoble, al que llegó en coma y en el que comenzó un calvario que aún hoy todavía perdura.

Un proceso de recuperación eterno

A su llegada al hospital de Grenoble, Michael fue sometido a dos peligrosas operaciones a los pocos días de haber sufrido su caída. La principal misión era estabilizar su situación en la medida de lo posible para intentar salvar la vida del campeón. Era necesario reducirle los edemas que se produjeron en su cerebro tras el fortísimo golpe con aquella roca para poder seguir manteniendo con vida al Káiser, así como reducir su presión intracraneal que amenazaba con acabar con todas las esperanzas de supervivencia.

La situación era realmente dramática, pero pasados los momentos de las operaciones y con Schumacher en coma, todo entró en una profunda fase de letargo de la que dependía la vida del alemán. Su evolución marcaría la posibilidad de salvar su vida y en qué condiciones podría salir de esta dura batalla que podía terminar en tragedia. El piloto que tantas veces había esquivado a la muerte en cada curva de los circuitos, había encontrado el final del camino en lo que parecía ser una tranquila mañana de esquí.

Michael Schumacher

Michael Schumacher

Schumacher permaneció en el hospital de Grenoble durante seis largos meses en los que se intentaron hacer pequeños avances en su recuperación, pero fue un periodo en el que todo iba lento. Con el paso de las semanas, los médicos fueron retirando la sedación del siete veces campeón del mundo para comprobar su estado de respuesta y si realmente iba a poder sobrevivir a todo lo que le había pasado. La realidad es que Michael comenzó a responder a los pequeños estímulos externos a los que le sometían, por lo que las noticias, aunque diminutas, eran buenas.

El junio del año 2014, Michael Schumacher fue finalmente retirado del coma y empezó así un largo proceso de recuperación del que poco más se ha sabido, caracterizado por el oscurantismo y el secretismo absoluto que le han dado siempre a este tema la familia y el entorno de Michael. Sus fans y todos los seguidores de la Fórmula 1 estuvieron mucho tiempo sin conocer como evolucionaba su ídolo, pero todo hacía indicar que la situación no era buena, a pesar de haber abandonado el hospital de Grenoble para continuar con la recuperación en su casa de Gland, junto al Lago Leman, entre las localidades de Lausana y Ginebra.

Michael Schumacher

Michael Schumacher Reuters

Desde su llegada a su residencia, poco más ha sido lo que se ha conocido del estado de Michael, al menos de manera oficial. Sin embargo, sí que han circulado algunas informaciones ajenas a la familia que han informado de diferentes tratamientos. Philippe Menasché, una eminencia en cardiología y que trató al campeón del mundo, aseguró que le hacen transfusiones de sangre periódicas con células madre procedentes del corazón para intentar regenerar el sistema nervioso central del Káiser. Además, otros expertos como el neurocirujano de Bolonia Nicola Acciari, aseguraban que la situación actual que atraviesa Michael, probablemente postrado en una cama durante muchas horas, le habría derivado en una atrofia muscular importante.

Lo último que se ha llegado a conocer ha sido que diversas informaciones desde Italia apuntaban en el mes de junio de este mismo año a que Schumacher podría volver a ser operado para intentar dar un empujón a su situación, sin embargo, la familia no confirmó ni desmintió la noticia, por lo que todo sigue siendo una incógnita.

El secretismo del caso Schumacher

Si algo ha llamado la atención en el caso de Michael Schumacher ha sido el secretismo con el que se ha llevado todo. Poco se ha sabido del Káiser en los últimos siete años y nunca más se le ha vuelto a ver. Y todo, por decisión de una familia que aún no ha podido asimilar lo ocurrido. Un golpe tan duro que no han sido capaces de afrontarlo con la entereza que requería, un mazazo tan terrible como repentino que aún les sigue destrozando por dentro.

Tras el accidente, su mujer Corina decidió ponerse al frente del departamento de comunicación a través del cual se comunicaba Michael con la sociedad, con sus fans y con todo el mundo. Ella decidiría qué salía y qué no, que se podía saber y qué información era reservada única y exclusivamente para aquellos que sufrían su dolor desde cerca, junto a su cama. Junto a ella ha estado trabajando la portavoz de Michael, Sabine Kehm, quien era la encargada de realizar los comunicados que la familia autorizaba a hacer públicos para dar algún detalle de cuál era el estado de Schumacher.

Michael Schumacher y su esposa Corinna

Michael Schumacher y su esposa Corinna Reuters

Pocas han sido las informaciones que han conseguido escapar de los muros de la residencia Schumacher en Gland. Por ello, el desconocimiento de la situación por la que atravesaba el heptacampeón del mundo ha sido toda una incógnita durante muchos momentos. Solo llegaba información al exterior por parte de algunas visitas. Amigos que conseguían ver a ‘Schumi’ y que a su salida no podían evitar contar cómo estaba transcurriendo todo porque hasta ellos mismos tenían la necesidad real de contar el pesar tan grande que vivían desde aquella mañana de diciembre en la que la vida de Michael cambió para siempre.

Algunas de esas visitas, como las de sus amigos Jean Todt o Felipe Massa, han venido a confirmar la dura batalla que está librando Michael, una batalla a la que le quedan ya pocos capítulos debido a una situación que es casi irreversible. Todos ellos, incluso el arzobispo Ganswein, persona muy cercana al Papa Benedicto XVI y que quiso comprobar de primera mano cómo se encontraba el ídolo alemán, aseguraban que le habían mostrado todo su apoyo y su fuerza, pero que la situación no era especialmente buena. Todt ha llegado a afirmar que incluso ha visto carreras de Fórmula 1 con él, aunque no ha revelado muchos más detalles de esos encuentros.

La incógnita del futuro

Las últimas revelaciones del caso Schumacher han llegado por parte de una eminencia en neurocirugía que ejerce en Zurich y que ha asegurado que Michael Schumacher podría encontrarse en estado vegetativo y en una situación irreversible. Esta dura afirmación guarda dentro una serie de connotaciones muy negativas que podrían sentar las bases de un mal presente y un mal futuro para Schumacher. Si verdaderamente, su situación fuera irreversible, la batalla de Michael podría haber llegado a su fin.

Schumacher y Todt

Schumacher y Todt EFE

Esa batalla podría estar muy cerca de perderse porque el Káiser habría conseguido salvar su vida, pero las condiciones en las que esta se desarrollaría no serían sin duda las esperadas. Aquella desgracia en la estación de Méribel perseguirá para siempre al heptacampeón, tal y como señalaba este médico y profesor de Suiza.

Es duro saber que podría no volver a haber una mejoría considerable y que el juego se acabó para todos, que un estado vegetativo es todo lo que le va a quedar a alguien que ha dominado la Fórmula 1 y el mundo a través de la velocidad y la adrenalina. Una verdadera catástrofe a la que solo le quedan la fe y las esperanzas de sus fans para que no rendirse y seguir esperando una recuperación que se antoja cada vez más milagrosa.

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