Ronald Araújo, abatido tras su expulsión contra el Chelsea

Ronald Araújo, abatido tras su expulsión contra el Chelsea Reuters

Fútbol

El viaje espiritual de Araújo a Tierra Santa: la conexión que salvó a Cavani, igual que a Baggio abrazar el budismo

El central del Barça se aleja del ruido mediático refugiándose en la fe como hicieron otros futbolistas para superar sus propias crisis personales.

Más información: Koundé lidera la remontada del Barça con un doblete ante el Eintracht y acerca a los de Flick al top 8 de la Champions

Publicada

Ronald Araújo no viajó a una clínica de lujo ni a un balneario de moda. Esta semana, el central del Barcelona tomó un vuelo a Tel Aviv para iniciar un peregrinaje espiritual por Tierra Santa, dejando atrás el ruido mediático de Cataluña y la presión del fútbol de élite.

El defensor uruguayo, profundamente creyente, visitará Nazaret, Belén y Jerusalén durante varios días con un objetivo claro: encontrar paz mental y reconectar emocionalmente después de semanas devastadoras que lo llevaron a solicitar un permiso especial al club para desconectar.

El viaje no llega de forma casual. Araújo viene de cometer errores defensivos determinantes en Champions League que lo marcaron profundamente. El más reciente ocurrió en el Stamford Bridge ante el Chelsea, donde una expulsión por doble amarilla tras derribar a un rival lo dejó destrozado.

Pero ese episodio fue solo la gota que rebasó un vaso ya lleno de presión. Años atrás, en los cuartos de final de Champions contra el PSG, otra roja directa tras un error suyo había costado caro. Esos momentos, junto con lesiones recurrentes y críticas implacables, habían ido minando su estabilidad emocional.

El Barcelona no hizo preguntas. El club aceptó inmediatamente que su capitán tomara tiempo para su salud mental. Gerard Piqué, exjugador azulgrana, salió públicamente a respaldar la decisión de Araújo, recordando que "hay que cuidar la salud mental" y subrayando la valentía del central al reconocer que necesitaba parar: "Llega un punto en el que no es ni sano, y es la única manera de preservar tu salud mental".

Cavani en el Muro de las Lamentaciones

Lo que hace único el viaje de Araújo no es que sea un futbolista en crisis. Es que historicamente otros campeones han caminado exactamente el mismo camino espiritual en momentos similares de quiebre mental.

Edinson Cavani, compatriota de Araújo, realizó un viaje casi idéntico a principios de la década pasada cuando jugaba en el Nápoles. Como el central uruguayo, Cavani era un cristiano devoto, y eligió Tierra Santa como destino terapéutico. Acompañado por su madre, recorrió el Muro de las Lamentaciones, la Iglesia de la Natividad en Belén y la Vía Dolorosa en Jerusalén.

En una entrevista con medios uruguayos tras su regreso, Cavani fue explícito sobre lo que buscaba: conexión espiritual, no un milagro futbolístico. "No fui a Jerusalén para pedir hacer goles, sino por mi fe en Jesús", explicó.

Cavani, durante su viaje espiritual a Israel

Cavani, durante su viaje espiritual a Israel

Lo notable fue cómo describió la experiencia: "Es impresionante poder estar en el lugar en el que estuvo Jesús, que para nosotros era lo máximo. Uno se siente al principio un poco raro, pero uno está más tranquilo y empieza a pensar en todo".

Cavani no regresó como un delantero redimido. Regresó con la mente limpia, sin cargas emocionales colaterales, como debería funcionar el deporte.

Cuando el budismo salvó a Baggio

El viaje espiritual más dramático en la historia reciente del fútbol no fue a Jerusalén, sino hacia el interior. Roberto Baggio, el 'Divino Codino' italiano, se enfrentó a una lesión de rodilla devastadora a los 20 años que los médicos dijeron que lo retiraría. En lugar de rendirse, se convirtió al budismo, al movimiento Soka Gakkai.

Roberto Baggio

Roberto Baggio

Baggio no meditaba casualmente. Practicaba a diario, buscando la paz interior para soportar una carrera jugada con "una pierna y media", como él mismo confesó. Lo más extraordinario fue que esa fortaleza espiritual le permitió superar algo que la medicina deportiva no podía curar: el trauma de haber fallado el penalti decisivo en la final del Mundial de 1994.

Sin el budismo, Baggio sería recordado como una promesa truncada. Con él, se convirtió en leyenda italiana y en símbolo de superación emocional en el deporte.

Keylor, la fe como blindaje mental

No todos los retiros espirituales son viajes geográficos. Para Keylor Navas, portero en su día de Real Madrid y Costa Rica, la espiritualidad fue integrada como un entrenamiento mental diario.

Cuando Keylor llegó al Bernabéu, enfrentaba una presión titánica: competir por un puesto con Iker Casillas, el ídolo del club. Su solución fue radical: leer la Biblia diariamente, organizar grupos de estudio bíblico con sus compañeros y rezar intensamente.

No era religión de escaparate. Era religión de supervivencia competitiva. Navas atribuía su capacidad legendaria para mantener sangre fría bajo los palos directamente a esa "paz espiritual" cultivada fuera del campo.

Keylor Navas, durante su etapa en el Real Madrid

Keylor Navas, durante su etapa en el Real Madrid EFE

"Mi fe es lo más importante", decía en entrevistas. "Tener una relación personal con Dios, poder hablar con Él, rezar por cosas y sentir que responde... eso ha sido lo más hermoso que me ha pasado". Un portero sin ansiedad es un portero imbatible. Navas lo demostró ganando tres Champions seguidas.

Huir del ruido para encontrarse

Lo que une a Araújo, Cavani, Baggio y Keylor Navas no es la religión específica. Es el reconocimiento de que en la élite del fútbol, el mayor enemigo no está enfrente tuyo en el terreno, sino dentro de tu cabeza.

Y a veces, la respuesta que buscas no viene de un psicólogo deportivo, sino de un Muro milenario, de una meditación diaria o de un grupo de estudio bíblico.

Barcelona gastará millones en fisioterapia para Araújo. Tendrá acceso a los mejores científicos del deporte. Pero lo que el central necesitaba no podía comprarse en ninguna clínica. Necesitaba viajar a Tierra Santa para recordar que existe algo más grande que 90 minutos, que un error defensivo, que la crítica mediática.

Cuando Araújo regrese de Israel, cabe esperar que traiga lo que Cavani encontró en Jerusalén: paz. Lo que Baggio descubrió en la meditación: raíces profundas. Lo que Keylor halló en la fe: blindaje emocional. El fútbol puede esperar. La mente, no.