Peleas entre ultras de Rayo y Lech Poznan y el asalto al estadio de Vallecas

Peleas entre ultras de Rayo y Lech Poznan y el asalto al estadio de Vallecas

Fútbol

Noche ultra en Vallecas: pelea entre radicales del Rayo y del Lech Poznan tras un asalto vandálico al estadio

Los altercados alteraron el orden del barrio madrileño en la madrugada del miércoles al jueves y se saldaron con un detenido y, al menos, un herido.

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El barrio madrileño de Vallecas vivió una de las madrugadas más tensas de su historia futbolística reciente.

Los alrededores del estadio se convirtieron en escenario de violentos enfrentamientos entre grupos radicales del Rayo Vallecano y del Lech Poznan, en vísperas del encuentro de Conference League que mide a ambos equipos.

La Policía Nacional tuvo que intervenir con contundencia para dispersar a los ultras que protagonizaban una auténtica batalla campal en las calles del distrito madrileño.

Pelea entre radicales del Rayo y del Lech Poznan

Los disturbios no surgieron de la nada. Horas antes, un aficionado polaco había logrado infiltrarse en el estadio de Vallecas saltando un muro de seguridad para realizar un grafiti y llenar el recinto de pegatinas de su grupo ultra.

El vídeo del acto vandálico circuló rápidamente por redes sociales, mostrando la facilidad con la que el intruso accedió a las instalaciones, un hecho que evidenció fallos en los sistemas de vigilancia del campo franjirojo.

La provocación no pasó desapercibida. Durante la madrugada del miércoles al jueves, grupos radicales polacos salieron a las calles del barrio, donde se encontraron con los 'Bukaneros', el grupo ultra local.

Lo que comenzó como un desafío territorial acabó en una pelea multitudinaria, con lanzamiento de objetos, bengalas y enfrentamientos cuerpo a cuerpo que dejaron un detenido y un herido que requirió atención hospitalaria, aunque sin gravedad.

Las imágenes difundidas en redes mostraban escenas de violencia urbana poco habituales en los aledaños del estadio rayista. Cristales rotos, restos de bengalas y prendas de ropa quedaron esparcidos por las calles como testimonio de la batalla.

Los vecinos expresaron su temor ante unos sucesos que rompían la tranquilidad del barrio, tradicionalmente orgulloso de su equipo pero ajeno a este tipo de episodios extremos.

El partido había sido catalogado previamente como de alto riesgo por la Comisión Estatal contra la Violencia en el Deporte. El desplazamiento de cerca de 1.000 aficionados polacos y las diferencias ideológicas entre ambas hinchadas hacían prever posibles incidentes, por lo que se desplegó un dispositivo de seguridad con aproximadamente 400 efectivos policiales.

La medida incluyó la prohibición de venta de entradas el día del encuentro, siguiendo el protocolo establecido para partidos de máximo riesgo.

La tensión se había incrementado además por otra polémica surgida la víspera. El Lech Poznan publicó un vídeo en sus redes oficiales mostrando el estado del vestuario visitante de Vallecas, con instalaciones deterioradas y carencias evidentes.

Un miembro del equipo polaco comentaba irónicamente: "Es una reliquia del pasado. Aquí se respira el auténtico fútbol de antaño", palabras que generaron debate entre los aficionados rayistas, conscientes de las limitaciones infraestructurales de su estadio.

Los acontecimientos de aquella madrugada dejaron patente que el fútbol europeo sigue arrastrando un problema enquistado de violencia ultra, donde grupos radicales aprovechan los encuentros internacionales para exhibir su fuerza, desafiando a las autoridades y poniendo en riesgo la seguridad ciudadana, muy lejos del espíritu deportivo que debería imperar en cualquier competición.