Aficionados del Maccabi al Aston Villa en un partido de su equipo como locales en Serbia

Aficionados del Maccabi al Aston Villa en un partido de su equipo como locales en Serbia Reuters

Fútbol

La visita del Maccabi al Aston Villa hace saltar las alarmas en Birmingham pese al veto de entradas a los fans israelíes

El duelo de Europa League desata un enorme dispositivo policial y un debate político sobre seguridad, antisemitismo y libertades en el fútbol británico.

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El partido entre el Aston Villa y el Maccabi Tel Aviv, correspondiente a la fase liga de la Europa League y previsto para el 6 de noviembre de 2025 en Villa Park, se ha convertido en uno de los eventos deportivos más delicados y vigilados de los últimos años en Reino Unido.

Lo que debía ser un encuentro europeo ordinario se ha transformado en una prueba de fuego para las autoridades británicas, que han desplegado un operativo de más de 700 agentes y decretado medidas excepcionales ante el temor de disturbios, protestas y ataques antisemitas.

El cuerpo policial de West Midlands ha confirmado la movilización de un dispositivo sin precedentes: patrullas montadas, unidades caninas, control aéreo mediante drones y equipos especializados en desórdenes públicos.

Se trata de una de las operaciones más grandes organizadas en Inglaterra para un partido de clubes.

El plan incluye una zona de exclusión aérea de una milla náutica alrededor del estadio desde las 14:00 hasta las 23:59 del día del encuentro, lo que prohíbe cualquier vuelo o dron no autorizado.

Además, los agentes patrullarán estaciones y accesos a la ciudad para impedir la llegada de aficionados israelíes, tras la decisión de bloquear la venta de entradas en Israel.

El superintendente jefe Tom Joyce, responsable del operativo, explicó que la misión "busca equilibrar el derecho a la protesta con el deber de proteger a todas las comunidades de Birmingham".

También advirtió que "cualquier acto de incitación al odio o desobediencia será tratado con la máxima firmeza".

Simpatizantes del Maccabi Tel Aviv se manifiestan en Ámsterdam

Simpatizantes del Maccabi Tel Aviv se manifiestan en Ámsterdam Reuters

Sin afición visitante

La prohibición de asistencia a los seguidores del Maccabi Tel Aviv fue recomendada por el Safety Advisory Group (SAG), organismo que agrupa a la policía local, el ayuntamiento, los bomberos, los servicios médicos y el propio Aston Villa.

Su evaluación calificó el encuentro como de "alto riesgo", argumentando que el contexto geopolítico y los antecedentes violentos hacían imposible garantizar la seguridad.

El precedente más preocupante fue el choque entre el Ajax y el Maccabi en Ámsterdam, en noviembre de 2024, cuando 62 personas fueron detenidas tras enfrentamientos que incluyeron ataques a aficionados israelíes y la quema de banderas palestinas.

Birmingham, una ciudad con una población musulmana cercana al 30%, fue considerada especialmente vulnerable a protestas masivas y tensiones comunitarias.

La policía advirtió además de la existencia de coordinaciones de grupos a través de redes sociales que podrían incitar a disturbios en los alrededores del estadio.

Rrepercusión política

La decisión de excluir a los aficionados israelíes desató una tormenta política en Reino Unido.

El primer ministro Keir Starmer fue uno de los primeros en reaccionar: "No toleraremos el antisemitismo en nuestras calles. La misión de la policía no es excluir, sino proteger para que todos los seguidores disfruten del fútbol sin miedo".

El Gobierno británico anunció la apertura de conversaciones urgentes entre los ministerios del Interior, Cultura y Justicia para revisar la prohibición y ofrecer recursos adicionales a la policía de Birmingham.

La ministra de Cultura, Lisa Nandy, se reunió con representantes de Aston Villa y de la UEFA con el objetivo de encontrar una salida que permitiese el acceso en condiciones de seguridad.

Desde Israel, el presidente ejecutivo del Maccabi Tel Aviv, Jack Angelides, mostró su indignación.

"Esta decisión demuestra que las autoridades no son capaces de proteger adecuadamente a nuestros aficionados. Es una señal peligrosa de antisemitismo institucional".

El Consejo de Liderazgo Judío en Londres fue más tajante: "Es inaceptable que se prohíba la presencia de hinchas por incapacidad policial. Si no pueden garantizar la seguridad, el partido debería jugarse a puerta cerrada".

Tommy Robinson

La polémica alcanzó otro nivel cuando Tommy Robinson, conocido activista de extrema derecha británico, publicó una fotografía en redes sociales vistiendo la camiseta del Maccabi Tel Aviv con el mensaje: "¿Quién viene a apoyar al Maccabi en Villa Park el 6 de noviembre?".

La imagen desató alarma tanto en Reino Unido como en Israel. Según fuentes del club citadas por Jewish News, esa publicación fue "la gota que colmó el vaso".

La directiva temía que simpatizantes de extrema derecha se infiltraran entre los seguidores israelíes o fingieran serlo, exponiéndolos a represalias o enfrentamientos con grupos pro-palestinos.

El activista antiinmigración Stephen Yaxley-Lennon, conocido como Tommy Robinson

El activista antiinmigración Stephen Yaxley-Lennon, conocido como Tommy Robinson Reuters

"Con la posibilidad de que partidarios de Robinson se hicieran pasar por aficionados del Maccabi, el riesgo se volvió inaceptable", señaló el club.

Finalmente, el 21 de octubre, el Maccabi Tel Aviv anunció que rechazaba todas las entradas visitantes incluso si la prohibición oficial era levantada.

"El ambiente se ha vuelto tóxico. La seguridad y el bienestar de nuestros seguidores están por encima de todo".

Temor agravado

El clima de tensión en torno al partido se agravó tras el atentado del 2 de octubre en Manchester.

Un hombre identificado como Jihad Al-Shamie, de 35 años y origen sirio, atacó una sinagoga durante la festividad de Yom Kipur, matando a tres personas antes de ser abatido por la policía.

El agresor gritó su lealtad al ISIS antes de ser neutralizado, y las autoridades confirmaron que el ataque tenía motivación islamista.

El suceso reavivó el miedo a un repunte de ataques antisemitas y llevó a reforzar las medidas de seguridad en todos los eventos con presencia israelí. En Birmingham, la tensión se palpaba días antes del encuentro.

Vigilancia extrema

El Aston Villa, siguiendo la normativa de la UEFA, recordó a su afición que están prohibidos los mensajes políticos o banderas con connotaciones ideológicas.

Cualquier espectador que incumpla esta norma será expulsado del estadio y vetado de futuros encuentros.

Las autoridades locales también advirtieron sobre cortes de tráfico y alteraciones graves en la movilidad urbana, pidiendo a los vecinos evitar la zona del estadio desde primeras horas de la tarde.

Se prevé la presencia de manifestaciones de distintos grupos: colectivos pro-Palestina, asociaciones judías y organizaciones nacionalistas británicas.

El operativo de seguridad se prolongará durante toda la noche y contará con refuerzos procedentes de otras regiones.

Los agentes vigilarán no solo Villa Park, sino también los bares y las áreas públicas cercanas donde puedan producirse concentraciones espontáneas.

Tensión en Europa

El caso de Birmingham no es aislado. En los últimos meses, el Maccabi Tel Aviv ha sido foco de protestas en varios países europeos.

En Tesalónica, Grecia, unos 120 aficionados israelíes fueron retenidos por la policía antes de ingresar al estadio del PAOK ante manifestaciones pro-palestinas.

En Italia, durante un Israel-Italia en Udine, las autoridades desplegaron francotiradores en los tejados del estadio para prevenir ataques.

Estos antecedentes confirman que los partidos del Maccabi se han convertido en una fuente constante de tensión diplomática y social en el continente, reflejo de un conflicto que trasciende lo deportivo.

Muchas preguntas

El duelo entre Aston Villa y Maccabi Tel Aviv se disputará finalmente sin presencia de aficionados israelíes, pero con un dispositivo de seguridad que marcará un precedente en la gestión de eventos internacionales.

El encuentro no solo decidirá puntos en la Europa League, sino que simboliza el choque entre la seguridad y las libertades, entre el deber de proteger y el derecho a participar.

A medida que el fútbol europeo se ve cada vez más afectado por las tensiones geopolíticas globales, Birmingham se convierte esta semana en el epicentro de un debate que va más allá del deporte: cómo garantizar la seguridad sin ceder ante el miedo, y cómo proteger la pasión sin que la política invada el campo de juego.