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El Espanyol compartirá dueño con el Burnley: la moda de los super propietarios con Red Bull y City como pioneros

Una nueva compra confirma el auge de los grupos multiclub, un fenómeno ya dominante en las grandes ligas del fútbol mundial.

Más información: El Espanyol cambia de dueño: compartirá propietario con el Burnley de la Premier League

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La compra del RCD Espanyol por parte de Velocity Sport Limited (VSL), propietaria también del Burnley FC, confirma que la multipropiedad ya no es una excepción en el fútbol europeo, sino una tendencia consolidada.

La operación, cerrada en julio de 2025 por 130 millones de euros, sitúa al club catalán bajo el mismo paraguas empresarial que el conjunto inglés.

Detrás de esta adquisición está Alan Pace, exbanquero de Wall Street y principal accionista de VSL, quien busca replicar en Barcelona el modelo de expansión y rentabilidad que ya aplica en Inglaterra.

Aunque la idea de que dos clubes compartan dueño genera sospechas entre aficionados, federaciones y periodistas, lo cierto es que, según las normativas vigentes, esta operación es legal.

La FIFA solo prohíbe la multipropiedad en competiciones organizadas directamente por ella, como el Mundial de Clubes, amparándose en el artículo 10 de su reglamento.

Mientras tanto, la UEFA ha optado por un enfoque más flexible, permitiendo que dos clubes del mismo propietario compitan en Europa siempre que se apliquen medidas para evitar conflictos de intereses, como la cesión de control efectivo o el uso de fideicomisos ciegos.

Red Bull y City Group

Este modelo de multipropiedad no es nuevo. Red Bull fue la pionera al adquirir el Red Bull Salzburg en 2005, al que luego se sumaron el RB Leipzig, el

Su expansión provocó tensiones regulatorias, sobre todo cuando Leipzig y Salzburg coincidieron en la Europa League. La solución: adaptar estructuras de accionariado para satisfacer las exigencias de la UEFA.

Sin embargo, el verdadero salto de escala llegó con el City Football Group (CFG), fundado en 2013 y controlado por el Abu Dhabi United Group.

Actualmente posee 12 equipos en cuatro continentes, entre ellos el Manchester City, el Girona FC, el New York City FC y el Melbourne City.

Su éxito no solo se mide en títulos -con el City como tricampeón de la Premier League-, sino en la creación de una estructura empresarial sofisticada que combina desarrollo deportivo y rentabilidad económica.

El CFG ha impuesto una filosofía global que incluye estilo de juego, formación de entrenadores y una red de captación de talentos repartida por todo el mundo.

Alan Pace, en el medio, tras la compra del Burnley FC

Alan Pace, en el medio, tras la compra del Burnley FC

El futuro del Espanyol

La entrada de VSL en el Espanyol responde a una estrategia ya probada con éxito en Burnley: digitalización, sinergias en scouting y data, y crecimiento comercial.

Además, Rastar, el grupo chino que vendió su participación, mantiene una parte minoritaria con opción de venta futura, lo que garantiza cierta estabilidad a corto plazo.

Según fuentes del mercado, la operación no busca interferir en la gestión deportiva del club, que seguirá operando con autonomía.

Sin embargo, si ambos clubes clasificaran para competiciones europeas, la UEFA exigiría medidas para evitar "influencia decisiva", como la reducción accionarial o la colocación de uno de los equipos en un blind trust.

El fenómeno multiclub

La expansión de este fenómeno no es menor: en 2012, menos de 40 clubes compartían propietarios; en 2023 ya eran más de 300, y en 2025 se contabilizan 366 clubes dentro de 134 estructuras multiclub, según datos de la UEFA.

El 62% de ellos son europeos, lo que evidencia que el fenómeno está especialmente arraigado en las ligas más rentables.

En la Premier League, por ejemplo, 11 de los 20 clubes de la temporada 2023-24 pertenecen a grupos de multipropiedad.

Esto se debe, entre otros factores, a la diversificación del riesgo financiero, la posibilidad de compartir scouting y conocimiento técnico, y el acceso a acuerdos comerciales globales.

Aunque City Football Group y Red Bull son los modelos más exitosos, hay ejemplos con resultados menos alentadores.

El caso de 777 Partners es paradigmático: en su punto álgido llegó a controlar hasta ocho clubes, entre ellos Standard de Lieja, Hertha Berlín, Vasco da Gama y, de forma muy minoritaria, el Sevilla FC, pero la falta de liquidez y una gobernanza deficiente precipitaron su caída. Hoy, todos sus activos deportivos están a la venta.

Por otro lado, grupos como Eagle Football (John Textor) o BlueCo (propietario del Chelsea) también enfrentan restricciones.

Crystal Palace, parte de Eagle Football, fue degradado a la Conference League en 2025 tras coincidir con el Lyon en competición europea.

BlueCo, por su parte, podría tener que reducir su participación en el Strasbourg si ambos equipos se clasifican a la Champions League 2026.

Los detalles regulatorios

La UEFA, tras su reforma de 2024, admite la multipropiedad, pero exige que no exista "influencia decisiva" entre los clubes implicados. Para cumplir esta norma, se han establecido herramientas como:

- Blind trusts (fideicomiso ciego): El fideicomisario (la persona o entidad que administra el fondo) toma todas las decisiones de inversión de manera independiente, sin consultar ni informar al beneficiario.

- Reducción accionarial

- Prohibición temporal de transferencias directas

- Independencia en scouting y dirección técnica

Estas condiciones fueron fundamentales para que Manchester City y Girona pudieran competir en la Champions League 2024-25, al igual que Manchester United y OGC Nice en la Europa League.

Aleksander Ceferin, presidente de la UEFA

Aleksander Ceferin, presidente de la UEFA EFE

Qué le espera al Espanyol

La llegada de Alan Pace no supone simplemente un cambio de propiedad, sino la entrada del Espanyol en una red global que busca optimizar el rendimiento deportivo y financiero mediante sinergias transfronterizas.

Burnley podría convertirse en un socio estratégico para cesiones, desarrollo de talento o intercambio de conocimiento.

No obstante, el club blanquiazul también se enfrenta a desafíos:

- Evitar sanciones regulatorias si ambos clubes coinciden en competiciones UEFA
- Mantener la autonomía operativa prometida
- Equilibrar el apalancamiento financiero con un proyecto deportivo estable

El caso Espanyol-Burnley ilustra cómo el fútbol moderno se mueve cada vez más por dinámicas empresariales globales.

La multipropiedad, lejos de ser un fenómeno anecdótico, es una transformación estructural del ecosistema futbolístico, impulsada por la globalización y la profesionalización financiera del deporte.

A futuro, el reto será garantizar que estas estructuras respeten la equidad competitiva y no comprometan la esencia del fútbol como competición abierta y meritocrática.

En ese contexto, tanto la FIFA como la UEFA tendrán que seguir afinando sus normativas para equilibrar innovación, integridad y sostenibilidad.

Porque si algo ha demostrado este modelo es que, bien ejecutado, puede ser tan rentable como exitoso… pero mal gestionado, puede llevar a la ruina deportiva y económica.f