Aleksander Ceferin, presidente de UEFA

Aleksander Ceferin, presidente de UEFA REUTERS

Fútbol SUPERLIGA EUROPEA

La falsa victoria de la UEFA ante la Superliga: su gestión de la crisis y sus propuestas, criticadas

El organismo que lidera Ceferin ha celebrado el triunfo frente a la nueva competición. Sin embargo, la UEFA no ha hecho más que empezar su crisis.

24 abril, 2021 00:53

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La Superliga Europea nació con el objetivo de marcar un antes y un después en el mundo del fútbol. Y, aunque no de la manera que buscaba, todo apunta a que tendrá ese efecto en el deporte por excelencia del continente europeo. La competición está en punto muerto tras la campaña de acoso y derribo impulsada desde UEFA o FIFA, y aupada por gobiernos como el británico. Sin embargo, la idea de impulsar esa nueva competición está muy lejos de haberse acabado. Además de seguir con vida, ha despertado la voz de otros actores protagonistas del fútbol como son los jugadores.

La semana no ha sido nada sencilla para ninguno de los elementos que conforman el deporte. Desde la noche del domingo, donde organizadores de la Superliga emitieron, por medio de sus 12 clubes fundadores, comunicados conjuntos donde explicaban el funcionamiento y los objetivos del proyecto. Con datos claves como el recibo de 3.500 millones de euros aportados por un gigante como JP Morgan, hasta la intención de comenzar este mismo verano con su funcionamiento, la dirección de la Superliga buscaba convencer al máximo número posible de aficionados.

Vista la reacción en diferentes países, se cometieron errores comunicativos y se dio mayor fuerza a la UEFA. El organismo liderado por Ceferin se echó a la calle -a su manera- y recogió apoyos por toda Europa en contra de la Superliga. Primero de los aficionados, que en casos como Inglaterra llegaron a acosar a los directivos. También con las ligas nacionales, a las que alertaron de que podían morir si el proyecto salía con vida. Y, muy importante, a gobiernos como el británico, donde Boris Johnson llegó a estudiar reformas legislativas para poder devaluar la venta de derechos de televisión de la Superliga, lo que condenaría a la competición a su fracaso.

Superliga

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En los últimos días, además, Ceferin ha reforzado su liderazgo y hasta se ha ganado el apoyo fiel de la ECA, institución que hasta hace unos días presidía Agnelli y que, tras el nacimiento de la Superliga, se ha quedado en manos de Al-Khelaifi (PSG) y varios cargos del Bayern Múnich. Justo las dos entidades que, aunque se esperaba se unieran a la Superliga, mostraron su firme oposición desde el primer día. Un cúmulo de circunstancias que han dado a la UEFA una semana repleta de alegrías y exhibición de fuerza, pero que lejos de la realidad, no ha hecho más que abrir una crisis en el fútbol europeo que tiene mucho camino por delante hasta llegar a su fin.

El fútbol se rebela

La Superliga no prosperará, al menos por el momento, tras la salida de clubes fundamentales como los de la Premier League. Punto, por tanto, para la UEFA. Sin embargo, la organización aprobó el nuevo formato para la Champions League a partir de 2024. Un cambio importante, que aumentará el número de equipos participantes y de partidos en el calendario. Y es que, principalmente, esa modificación se acometió para intentar rebajar el interés de los grandes en esta Superliga.

La UEFA, envuelta en esa atmósfera de triunfalismo por haber frenado en seco la nueva competición, se tendrá que enfrentar ahora a las críticas del resto de pesos pesados del fútbol. Uno de los más duros fue Ronald Koeman, entrenador del FC Barcelona y hombre con cierto respeto por su bagaje tanto como jugador como ahora en los banquillos. El holandés fue claro en referencia a la UEFA: "Los organismos del fútbol tienen que escuchar más a los futbolistas y escucharlos. Lo más importante para los organizadores es el dinero, y esto no puede ser".

Pep Guardiola se saluda con Marcelo Bielsa

Pep Guardiola se saluda con Marcelo Bielsa EFE

Pep Guardiola, que fue uno de los líderes del City que mostró su negativa a la Superliga antes incluso que lo hiciera el club, también ha cargado contra FIFA y UEFA en las últimas horas. "Vamos a tener que pedir que extiendan el año a 400 días en lugar de 365 para jugar más partidos", ha criticado el catalán a la vista del aumento de partidos y del riesgo de lesiones.

"Con todo el tema de la Superliga... ¿podemos hablar también del nuevo formato de la Champions League? Cada vez más y más partidos, ¿nadie piensa en nosotros los jugadores? El nuevo formato de la UCL es sólo el menor de los males en comparación con la Superliga...", denunció Gündogan en redes sociales en las últimas horas. Con varios años aún por delante hasta que empiece el nuevo formato de la Champions League, ya han comenzado las críticas a la intención de la UEFA: aumentar partidos, apretar calendario y buscar mayores ingresos financieros.

El conflicto con Bilbao

A la crisis por la necesaria revolución en el fútbol, y donde hay varios clubes fundadores de la Superliga que han reafirmado su intención de abordar antes o después el proyecto, se suman otras polémicas protagonizadas por la UEFA. Y justo en la semana más tensa en mucho tiempo en el organismo europeo. Todo derivado de la organización de la Eurocopa, que ya ha confirmado sus sedes tras alguna que otra baja,

La más dura, pero menos sorprendente, ha sido la de Bilbao. La ciudad vasca aspiraba a acoger en San Mamés varios encuentros de la competición de selecciones, con especial atención al equipo entrenado por Luis Enrique. Sin embargo, la UEFA ha rechazado esa opción y ha acabado traslandado la sede a La Cartuja de Sevilla. Movimiento que ya se venía barajando en las últimas semanas y que estos días fue confirmado a la organización vasca.

Estadio de San Mamés

Estadio de San Mamés Reuters

La decisión no gustó. Tanto que desde Bilbao ya se ha puesto el asunto en manos de los servicios jurídicos. No quieren que quede en el olvido el trabajo realizado durante los últimos años, e incluso en las últimas semanas, para poder acoger con todas las garantías los partidos de la Eurocopa. Un nuevo conflicto a sofocar en la misma semana, con algunos frentes abiertos en el futuro como el de la reforma del Fair Play Financiero o la lucha contra la crisis económica que quedará constatada a final de temporada, cuando los ejercicios se cierren y los balances reflejen el impacto de una campaña entera marcada por la pandemia.

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