El penalti a Marcos Llorente en el Atlético de Madrid - Alavés, a Messi en el Barça - Leganés, el de Santi Mina a Dani Rodríguez en el Mallorca - Celta y el de Le Normand a Hugo Duro en el Getafe - Real Sociedad

El penalti a Marcos Llorente en el Atlético de Madrid - Alavés, a Messi en el Barça - Leganés, el de Santi Mina a Dani Rodríguez en el Mallorca - Celta y el de Le Normand a Hugo Duro en el Getafe - Real Sociedad

Fútbol LA LIGA

El informe del 'bajón' de los árbitros de La Liga tras el Covid-19: más errores y quejas de los clubes

Los errores están provocando que no haya equipo en Primera División que no se haya quejado de los colegiados y el videoarbitraje.

3 julio, 2020 00:35

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Desde el "Va a ser muy difícil ganar esta Liga" de Piqué, las quejas sobre los árbitros y el VAR por parte de los equipos se han hecho una constante. Prácticamente no queda equipo de Primera División que no se haya visto perjudicado o beneficiado en el regreso del fútbol español tras la pandemia y los clubes han utilizado como excusa estos errores para justificar malos resultados deportivos.

La realidad es que se lo han puesto muy fácil. Se parte de la base de que el error humando es habitual, pero el hecho de que intervenga un segundo árbitro con la posibilidad de ver la misma realización televisiva que el aficionado agrava el fallo y hace cuestionar si la innovación que supuso el videoarbitraje compensa en los parones de juego y en que ahora mismo se cuestiona cualquier contacto en el área sin medir la fuerza y la intensidad del mismo.

El Barça - Atlético de Madrid fue una muestra de esta cuestión. Leves contactos se convirtieron en, como mínimo, dos penaltis que decidieron el empate final en el partido. Quizá el de Vidal fue el más claro de los tres, pero la cantidad de acciones que unos meses atrás no se indicaban ha aumentado de forma llamativa en el fútbol post Covid-19.

Los contactos en el área

Esto es un indicativo de que el nivel de los arbitrajes ha bajado, para los que no creen en confabulaciones ni premeditación. Hay algunas decisiones incomprensibles. Si los penaltis que decidieron el Barça - Atlético ya fueron dudosos, otros como el que pitaron a favor del Getafe ante la Real Sociedad sobre Hugo Duro y el de Santi Mina sobre Dani Rodríguez, que terminó con Iago Aspas diciendo que no se lo pitaría "ni a mi hijo en casa", han terminado por hacer esta sensación una realidad.

En el caso de los azulones, es el jugador azulón el que pisa a Robin Le Normand y, aún pudiendo verlo, señaló el penalti. Menos llamativo, pero igualmente leve, fue el toque del celeste sobre el jugador del Mallorca, que hizo todo lo posible por entrar en contacto y que convenció al colegiado de este modo. La excusa de que si existe contacto es el árbitro del campo el que tiene que determinar si es suficiente o no y el miedo a corregir las jugadas del prójimo o a admitir el error está alimentando la polémica.

Pero lo mismo sucede con el penalti que supuso el segundo gol del Barça ante el Leganés sobre Leo Messi. Con contactos así el conjunto pepinero esgrima una lista de diez errores y 14 puntos menos en un equipo al que no le sobraban si quiere permanecer una temporada más en Primera División. Lo mismo sucedió con los dos penaltis que se señalaron en el Atlético de Madrid - Alavés tanto a Marcos Llorente como a Joselu.

"Llevamos catorce penaltis en contra, los números están ahí. Si llevamos tantos, seguro que algo estamos haciendo mal y tendrás que corregir. Si son claros, como si te pitan veinte; pero cuando ves estos, te hace más daño. Recibir este penalti es muy duro. He visto la imagen y creo que no merece la pena ni comentarlo, se ve bastante claro", esgrimía Asier Garitano, que tendrá que luchar hasta el final para evitar el descenso.

Quejas llamativas

Se ha hecho recurrente entre los clubes titular las crónicas de la web de manera polémica quejándose del trato arbitral o, incluso, sacar listas de errores en contra para demostrar que esta temporada el viento de los colegiados no sopla del lado de determinados equipos. El hecho de que lo hagan todos evidencia dos cosas: que el VAR solo ha hecho que dar una forma más de enmascarar malos resultados y que el uso de esta tecnología no está dando los resultados esperados.

No solo los grandes a través de los comentarios de Quique Setién se han quejado. La Real Sociedad, tras el partido ante el Real Madrid, exponía en su crónica su queja a través del titular: "Así es imposible". También utilizaba su página web el Valencia, precísamente tras su respectivo encuentro contra los blancos para enumerar los errores arbitrales en su contra durante toda la temporada; no solo en La Liga, también en la Champions y en la Copa.

Dejando a un lado estas quejas, no se explica este bajón de nivel arbitral injustificable de cara al público. Los colegiados españoles siempre han destacado por un notable rendimiento, aunque en este país no se pueda evitar nunca la polémica. El CTA, que siempre presume de valorar las acciones en privado con los árbitros, debe de estar teniendo trabajo extra estas semanas.

Nadie duda que el VAR ha venido para quedarse y mejorar el fútbol. Ya no habrá manos que echen a un país de un Mundial o que un balón que no ha entrado del todo en la portería sea concedido como gol. Pero debe replantear estas situaciones de contactos, porque una herramienta que parecía prevenir los piscinazos y las exageraciones parece premiar estas acciones más que acabar con ellas.

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