Elias, sentado durante un momento del partido ante Perú.

Elias, sentado durante un momento del partido ante Perú. Winslow Townson Reuters

Fútbol

Brasil, hueco e impotente, eliminado por un gol con la mano

Perú, a cuartos de final (0-1). El árbitro discutió con sus asistentes durante cinco minutos acerca del tanto peruano. Esperaban usar la tecnología y analizar la repetición, que nunca llegó.

13 junio, 2016 07:22

Noticias relacionadas

La noche prometía, pero tanto como esto, no, eso nunca. El fútbol jamás olvidará el minuto 74 de este poco agraciado choque entre Brasil y Perú. Historia a raudales por todos los costados: por el batacazo sorprendente de los de Dunga y por uno de los primeros intentos de uso de la tecnología durante un partido. Y, para colmo, fallido.

Ecuador acababa de golear a Haití y se había clasificado para cuartos de final, como segunda del grupo B –su rival será Estados Unidos–. El empate le servía a Brasil para ser primero de grupo, y la victoria peruana eliminaba a la canarinha. Esperaba Colombia, una mala noticia sin miramientos.

Con Casemiro sancionado, Dunga optó por retrasar a Elías y Renato Augusto, para crear el juego, colocando a Lucas Lima de enganche, y aprovechando también para elegir a Gabriel Barbosa en lugar de Jonas Gonçalves. Giro ofensivo –tal vez obligado– del discutido seleccionador brasileño. Gareca, al mando de Perú, soñó un partido en el que Brasil, como viene siendo habitual, se metía en el hoyo por sí mismo, sin ayuda de nadie más, así que decidió esperar y esperar.

Había buenas vibraciones en el tándem Lima-Coutinho en la segunda línea del ataque brasileño. A los once minutos, El del Liverpool se inventó un pase al hueco para Gabriel Barbosa, que no llegó por poco y se lamentó, porque se está acostumbrado a jugar con los grandes y necesita aprovechar cualquier resquicio.

Brasil demostraba más potencia, aunque sin control, varias caídas en el área incluidas, y en Perú se vislumbraba tanta parsimonia que Paolo Guerrero, la gran estrella peruana, ni olió la pelota en los primeros veinte minutos. Tras robo de Elías –líder de Corinthians, actual campeón brasileño–, Gabriel insistió, con un fugaz reverso mediado el primer tiempo que terminó con un remate despejado a córner con la punta del guante de Gallese.

Willian la tuvo también en el minuto 35 cerca del punto de penalti tras centro raso por la banda derecha de Filipe Luis. Se fue por arriba por muy poco. Rozando el descanso Gabigol se plantó solo, pero escorado, frente al portero, en una jugada invalidad por discutible fuera de juego y ahí se esfumó otra opción.

Perú terminó el primer periodo llegando más cerca que nunca, incluso reclamando una pena máxima –de Renato Augusto sobre Flores–, pero no maquilló 45 minutos impropios del que se juega el pase a la segunda fase.

La segunda parte comenzó como terminó, con Perú arriba. Alisson tuvo que despejar de la mejor manera que encontró un libre directo con mala idea de Christian Cueva –recién fichado por el São Paulo de Edgardo Bauza, procedente de Toluca–. El mismo Cueva, de nuevo en otro golpe franco, propagó más nerviosismo.

Brasil, ya avanzado el segundo tiempo, jugaba con fuego con un 0-0 peligroso, incluso frente a esta versión peruana, con poca sangre. Intentó despertar con una brillante combinación iniciada por Dani Alves, enviando un globo al segundo palo desde la derecha que Renato Augusto bajó con el pecho para facilitar un remate de Philippe Coutinho que bloqueó milagrosamente el último defensa.

En el minuto 74, ese fuego con el que Brasil jugaba incendió todo lo que pilló a su paso. Polo, en una internada certera por la derecha envía la pelota al área pequeña hacia Ruidíaz –llevaba diez minutos sobre el césped–, que la mete en el arco acolchándola sin pudor con el brazo derecho. El juez uruguayo Andrés Cunha otorga el gol, los peruanos celebran con furor, pero, ante la bronca instantánea de los brasileños que lo tuvieron claro desde el primer momento, recula y se va a hablar con el linier. A partir de ahí: un expediente x del fútbol moderno.

Los jugadores de ambos equipos suplican al juez del línea, le envuelven, le atosigan como nunca se ha visto. El árbitro, junto al juez de línea, habla por línea interna, como un detective, o como usando el comodín de la llamada, buscando –se supone– la información definitiva en la maldita tecnología, esa que está de estreno en la Copa América y que empieza con muy mal pie. El juez de línea también habla con alguien. Los jugadores siguen gritándoles, a la cara, al oído, al pinganillo. El caso es que la realización no ofrecía todavía las repeticiones, y hay versiones que aseguran que, por eso mismo, el cuarto árbitro o quien sea que asesore en estos casos, jamás llegó a tener la oportunidad de analizar la jugada. Otra cosa no podría entenderse porque, como todos los telespectadores comprobarían más tarde, las repeticiones quitaban el hipo. Cuatro minutos después, Andrés Cunha da por válido el gol empujado descaradamente con la mano por Ruidíaz.

Es entonces cuando llegan las nuevas tomas del gol, vergonzosas, mortales para el fútbol. Imposible que alguien del equipo arbitral las hubiera visto. Tuvieron que decidir sin verlas. Intentaron hacer uso del vídeo, en vano. El escándalo ya era mundial. Para aquel entonces, quedaban diez minutos, Brasil ya no tenía delantero centro y estaba paralizado y eliminado de la competición. Hulk había sustituido a Gabriel, que es el delantero de la selección olímpica y que ha sido la tercera o cuarta opción de Dunga durante los últimos meses. Metía gasolina Dani Alves, con disparos desde lejos y toda la raza que podía. El hoyo, esta vez, era el abismo definitivo.

El árbitro, que ya ha saltado a la fama, añadió seis minutos pero ni con sesenta le habría servido a Brasil: hueco, impotente y farsante. Lleva meses, años, lustros, sin transmitir nada, y alguien debería dar explicaciones y/o tomar medidas. Tuvo la última Elías cuando expiraba el descuento y a metro y medio del portero, para bajar el telón de la tragedia, pero fue imposible. Adiós, con Dunga sin agotar los cambios y con un pie fuera del equipo, con surrealismo, con excusas, y con los aficionados haciendo planes sobre cómo digerir el mayor desastre de su selección en los cien años de Copa América.

FICHA TÉCNICA:

BRASIL: Alisson, Alves, Miranda, Gil, F. Luis, Elías, R. Augusto, Willian, Lima, Couthino, Gabriel (Hulk, Min.72). Entrenador: Dunga

PERÚ

Gallese, Corzo, Rodríguez, Ramos, Trauco, Vílchez, Balbín (Yotún, Min.45), Flores (Ruidíaz. Min.63), Polo, Cueva (Tapia, Min.90), Guerrero. Entrenador: Gareca.

GOLES: 1-0, Min.74, Ruidíaz.

INCIDENCIAS:

Gillette Stadium (Boston, USA). Tercera jornada del Grupo B de la Copa América Centenario. Árbitro: Andrés Cunha (Uruguay). Amonestó a Lucas Lima (BRA, Min.71) y a Yotún (PER, Min.91).