Enfrentamiento entre Eva Carneiro y Mourinho.

Enfrentamiento entre Eva Carneiro y Mourinho. Reuters

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Arranca el juicio contra Mourinho, acusado de acoso a la exdoctora del Chelsea

Eva Carneiro, antigua médico del club inglés, interpuso una demanda contra el entrenador portugués por llamarla "hiija de puta"

6 junio, 2016 18:56

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Este lunes ha comenzado en Londres el juicio contra José Mourinho y el Chelsea por las demandas interpuestas por Eva Carneiro, exmédico del equipo inglés.

La británica denunció al Chelsea por despido improcedente y al técnico portugués por acoso y discriminación, después de que Mourinho se enfrentara a ella tras un partido de Premier League, recriminándola que saliera al campo sin su permiso.

Carneiro comparecerá ante el juez este martes. Su defensa alega que Mourinho la llamó "hija de puta" ("filha da puta"), un término "machista" y dirigido a ella por ser la única mujer en el equipo londinense.

Eva Carneiro en el momento de su llegada al juicio.

Eva Carneiro en el momento de su llegada al juicio. REUTERS

Por otro lado, la defensa de José Mourinho, que tendrá que declarar en este juicio el próximo lunes, alega que "hijo de puta" es una expresión que utiliza a menudo, que no tenía connotaciones sexistas y que en el mundo del fútbol se utilizan expresiones desagradables.  

Además, según informaron medios ingleses, Carneiro rechazó una propuesta de 1,2 millones de libras como acuerdo amistoso.

Un enfrentamiento polémico que se remonta a agosto

El detonante se remonta a la primera jornada de la pasada temporada de la Premier League, en agosto de 2015. Carneiro salió del banquillo en los últimos minutos de partido para atender a Eden Hazard, sin que tuviera el permiso de Mourinho. El entrenador portugués abroncó a la médico y lanzó diversos improperios contra ella.

Mourinho apartó a Carneiro del equipo, prohibiéndola viajar con el Chelsea y estar en el banquillo. Dos meses después, abandonaría el club inglés, equipo en el que llevaba seis años.  

La FA (Federación de Fútbol en Inglaterra) dictaminó en septiembre de ese año que "las palabras usadas no constituyen un lenguaje discriminatorio" después de consultar a un experto en lingüística académica portuguesa.