Lance Armstrong y Tadej Pogacar, en un fotomontaje

Lance Armstrong y Tadej Pogacar, en un fotomontaje

Ciclismo

Lance Armstrong, alto y claro sobre el dominio de Pogacar en el Tour: "Estuve en su lugar y cuando quería, los atropellaba"

La leyenda caída del ciclismo recuerda sus años de gloria al ver la actuación del esloveno en el Tour de Francia, que destroza rivales como él lo hizo.

Más información: Tadej Pogacar da la puntilla al Tour de Francia con otro mordisco a Vingegaard en la cronoescalada de Peyragudes

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Tadej Pogacar ha desatado el caos en las montañas del Tour de Francia 2025. Su ataque demoledor en Hautacam, respaldado por el esfuerzo titánico de su compañero Jonathan Narváez, dejó sin respuesta al vigente campeón Jonas Vingegaard y allanó su camino hacia un nuevo maillot amarillo.

Una jornada después, el esloveno ha sellado su 20ª victoria en la ronda gala y da un buen mordisco a su gran rival en la lucha por el amarillo en París en una cronoescalada señalada en rojo en el calendario de todos los favoritos.

La paliza infligida a sus rivales no ha pasado desapercibida para nadie. Tampoco para Lance Armstrong, el hombre que dominó el Tour como nadie antes de ser despojado de sus títulos por dopaje.

El estadounidense, ahora reconvertido en analista desde su podcast The Move, se identificó por completo con la imagen de Pogacar en Hautacam: "He estado en el mismo sitio que Pogacar... Cuando quería, los atropellaba".

Comparaciones

Armstrong dominó el Tour entre 1999 y 2005 como ahora lo hace Pogacar, aunque su legado quedó manchado por el escándalo del dopaje sistemático.

Sin embargo, sus recuerdos del control absoluto de la carrera siguen vivos, y lo que ve en el UAE del esloveno le resulta familiar: "Muchas gracias por vuestra ayuda; os voy a atropellar".

El texano no realizó ninguna acusación directa de dopaje a Pogacar ni a su equipo. Su reflexión fue más táctica: ve en el Visma Lease a Bike el mismo error que cometían antes ONCE, Kelme o T-Mobile.

Según Armstrong, la escuadra neerlandesa trabaja con una agresividad que desgasta a sus propios ciclistas, mientras deja a los gregarios del UAE descansados y listos para lanzar a su líder.

Lance Armstrong (2000)

Lance Armstrong (2000)

"Le han hecho todo el trabajo al UAE mientras que ellos iban relajados", sentenció Armstrong. Una lectura demoledora que critica tanto la estrategia como el planteamiento del Visma, incapaz de frenar el poderío de un Pogacar que está en estado de gracia.

Lance Armstrong se mostró especialmente entusiasmado tras la etapa de Hautacam. Lejos de su tono habitual más moderado, el texano se deshizo en elogios al esloveno y revivió sus años de dominio con cierta nostalgia: "Yo estuve ahí... ya fuera la ONCE, Kelme o T-Mobile. Chicos, voy a atropellaros".

La imagen de Pogacar dejando atrás a todos, con una facilidad pasmosa, le trasladó directamente a sus propias batallas ganadas en la montaña, aunque entonces contara con ayudas prohibidas.

La autoridad de Pogacar, al menos hasta la fecha, no ha sido cuestionada por dopaje, aunque como en toda gran figura del ciclismo, las suspicacias existen.

Lo cierto es que, con 21 victorias en el Tour y 102 en su carrera profesional, Pogacar ya está muy por delante de sus contemporáneos. Es el jefe de pelotón, el líder indiscutible de su generación y el heredero natural de los grandes nombres de este deporte.

Tadej Pogačar recupera el maillot amarillo con su victoria en la 12ª etapa del Tour de Francia.

Tadej Pogačar recupera el maillot amarillo con su victoria en la 12ª etapa del Tour de Francia. Reuters Reuters

Golpe al Tour 2025

Lo ocurrido en Hautacam fue solo el principio del derrumbe del Visma. En la etapa 13, Pogacar amplió su ventaja con otra victoria imponente, la tercera en esta edición.

La diferencia con Vingegaard ya es de 4 minutos y 7 segundos, y con Evenepoel se estira más allá de los cinco minutos. El belga, además, ha mostrado claras señales de debilidad, terminando 12.º y aferrándose por poco al tercer puesto en la general.

La cronoescalada en Peyragudes confirmó lo inevitable. Pogacar, sin necesidad de arriesgar, calcó los 23 minutos en los 10,9 kilómetros de subida, mientras que Vingegaard solo pudo minimizar daños con un 23:36. La diferencia de potencia y control se hace cada vez más evidente.