Joaquín García-Morato.

Joaquín García-Morato.

Historia MEMORIA HISTÓRICA

Este es Joaquín García-Morato, el aviador franquista más temido que el PSOE quiere exhumar

Durante la Guerra civil española, el piloto melillense derribó más de 40 aviones republicanos.

17 febrero, 2020 01:58

Noticias relacionadas

La Comisión de Memoria Histórica ha vuelto a reclamar al Obispado de Málaga que exhume los restos del aviador franquista Joaquín García Morato, que se encuentran en la iglesia de Nuestra Señora del Carmen del barrio del Perchel. Esta iniciativa del PSOE vuelve a poner el foco en la Guerra Civil española y en sus protagonistas. García Morato, máximo as de la aviación española hasta la fecha, participó en bombardeos de la aviación sublevada sobre ciudades como Jaén o Antequera.

Nació en Melilla bajo el seno de una familia militar. A los 16 años ingresó en la Academia de Infantería de Toledo y una vez ascendido al empleo de alférez de Infantería marchó destinado al Protectorado de Marruecos. Tal y como escribe la historiadora española María Rosa de Madariaga en Marruecos, ese gran desconocido (Alianza), "la estrategia de guerra total aplicada por el Ejército español llevaba aparejada el empleo masivo de la aviación".

No obstante, la importancia de los ataques aéreos eran rebajados para exaltar las operaciones del ejército de tierra y principalmente la Legión, cuyos jefes, sobre todo Francisco Franco, eran presentados como "héroes de leyenda". Desde 1925, el joven piloto participó en numerosas acciones contra la población marroquí. Los bombardeos con gases tóxicos por la aviación se habían intensificado en 1924 y no cesaron hasta que el general Sanjurjo anunciara oficialmente el final de la guerra.

Tras regresar a la Península Ibérica y realizar un curso de piloto de hidroaviones, García Morato vivió una época convulsa y nada fácil de afrontar desde el plano personal. El 24 de octubre de 1928 sufrió un grave accidente durante un vuelo y meses más tarde fallecería su hermano en otro accidente de avión. Pese a ello jamás abandonó los cielos y con la llegada de la Segunda República fue ascendido a capitán y publicó dos libros sobre aviación. Además, era experto piloto acrobático, por lo que recibía todo tipo de invitaciones a participar en concursos y festivales aeronáuticos.

De Inglaterra al bando franquista

El golpe de Estado de 1936 le sorprendió cuando se encontraba en una exhibición aérea en Gran Bretaña. Sin perder un solo segundo, regresó a Sevilla a los mandos de un Douglas DC-2. Se había unido al bando sublevado. Participó en la batalla del Jarama, en el asedio a Antequera y en el bombardeo sobre Jaén. De hecho, en el cruento Jarama avanzaron allá donde los italianos decidieron no combatir por las muchas bajas que estaban sufriendo.

Para cuando cayó Madrid Joaquín García Morato ya era el piloto con más derribos de la Guerra Civil española40 aviones enemigos derribados y comprobados, 12 probables, más de 1.000 horas de vuelo, 511 misiones de guerra y más de 140 combates aéreos. El piloto de 35 años se había convertido en un héroe del bando franquista.

Fiat C.R.32 durante la Guerra Civil Española, modelo pilotado por Joaquín García-Morato.

Fiat C.R.32 durante la Guerra Civil Española, modelo pilotado por Joaquín García-Morato.

El 1 de abril el conflicto entre españoles había llegado a su fin. Sin embargo, la euforia del piloto franquista por el nuevo régimen no duraría mucho. Apenas 3 días después, el 4 de abril de 1939, tras incontables batallas aéreas escapando de la muerte, se estrelló con su avión mientras efectuaba una exhibición en el Aeródromo de Griñón. Falleció en el acto.

"Murió como los héroes legendarios: en plena juventud, feliz y victorioso. Sus alas poderosas se quebraron un día ante el azar, más quedó su espíritu flotando en las que en una mañana han de nublar el sol", escribió Franco sobre el "paladín" de "los cielos de España". En 1950, de manera póstuma, le fue concedido el condado del Jarama.

Ahora, el portavoz socialista en el Ayuntamiento, Daniel Pérez, ha asegurado que los restos de García Morato deben salir de la iglesia de Nuestra Señora del Carmen, al considerar que "no merecen mayores honores". Mientras que el Obispado de Málaga ha declinado valorar la noticia, el Consistorio ha recalcado que no le corresponde al Ayuntamiento sino a la familia decidir el futuro de los restos de Joaquín García Morato.