Isabel Pantoja durante su debut como jurado en 'Idol Kids'.

Isabel Pantoja durante su debut como jurado en 'Idol Kids'. Mediaset

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Isabel Pantoja eclipsa con su show a Edurne y Carlos Jean en Idol Kids: ¡demasiados focos hacia su persona!

Yo no voy a decir que me encantan los niños. Seré sincero: tenía ganas de Idol porque tenía ganas de Isabel Pantoja. 

8 septiembre, 2020 00:45

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No sabría decir por qué, pero este lunes el cuerpo me pedía estrenos en televisión. Jarana en vena. Tenía ganas de volver a estos blogs por la noche y cuando vi que hoy Telecinco arrancaba con su Idol Kids, me ilusioné. Ese talent musical que por culpa de la Covid tuvo que guardarse en un cajón. Tanto tiempo esperando. ¡El concurso más influyente e importante del mundo! Yo no voy a decir que me encantan los niños, que me apasiona la música y los concursos, no. Seré sincero: tenía ganas de Idol porque tenía ganas de Isabel Pantoja (64 años). Es más, es que este programa no debería llamarse Idol Kids, sino Idol Pantoja. Es SU programa y SU momento. 

Porque intuía lo que este lunes he podido corroborar, para mi gozo, sin ningún atisbo de duda: el concurso es de Isabel Pantoja. Todo ha girado en torno a ella: Isabel lo ha hecho suyo, en el significado más amplio y literal de la palabra. De nada ha servido que, aparte de Isabel, en el jurado hubiera dos personas más, Edurne (34) y Carlos Jean (47). Simple atrezzo. Los coristas de la reina de la música, los acompañantes del show de Isabel. Pantoja ríe, Pantoja llora, Pantoja baila, Pantoja canta. Por favor, que nadie vea esto como una crítica mala porque no lo es. 

Isabel Pantoja emocionada tras la actuación de Antonio y su 'Marinero de luces'.

Isabel Pantoja emocionada tras la actuación de Antonio y su 'Marinero de luces'. Mediaset

Creo que ella simplemente cumple con el papel que se le pide. Sin ella, Idol no sería Idol. Es más, diré que Idol Kids es un programón. El que necesitábamos en estos momentos. Un concurso fantástico que, aunque parezca más de lo mismo, tiene sello e identidad propia. Me parece un producto cuidado, bien hecho, de calidad. Con mimo. Un formato de altura, con un jurado brillante -Edurne, la más cerebral- y un presentador, Jesús Vázquez (54), para quitarse el sombrero. Ahora bien, dicho esto, creo que puede casar con el hecho de que Isabel Pantoja es la estrella y que, por momentos, eclipsa a Edurne y Carlos Jean. ¡Esos focos que tanto le gustan hacia su persona! A mí Pantoja no me cansa, me hipnotiza. Es una mujer que gusta a la cámara. Y ella lo sabe, claro que lo sabe.

Las redes, siempre tan ácidas, se le han echado encima a la pobre Isabel por querer captar siempre la atención, por sus lágrimas desgañitás. Especialmente dura para ella ha sido la actuación de Antonio, un chico sevillano que ha cantado Marinero de luces. Isabel se ha roto. No ha parado de llorar y apenas si podía hablar. Las redes berreando que aquello no es un plató de Sábado Deluxe, el público enmudecido y Pantoja abriéndose como nunca: "Gracias, mi vida, por cantar esa canción. Yo tuve que dejar de cantarla. Es mi vida plasmada en un disco. Nunca haré otro disco igual". 

Y se deshace, rota, en pequeñas convulsiones. Fue la canción que sacó con José Luis Perales (75) allá por el 84 cuando murió Paquirri. Lo explica al mundo, entregada, como para sí: "Cuando crías a un niño sola, un niño de siete meses... Dios me lo dejó poco tiempo (a su marido), pero fui la mujer más feliz del mundo. Menos mal que yo quería tener un hijo. Y él también, me quedé en estado el primer mes. Si no, no hubiese tenido a mi hijo. Fue tremendo, no sé ni cómo estoy viva". Pantoja en estado puro, Pantoja es lo que hay. Lo que pocos conocen es que Idol Kids se grabó antes de la pandemia y su madre, por aquellos días, estaba muy mala de salud. Se conoce que Pantoja estaba floja. Y todo se desbordó. 

Le digo desde estas líneas a Pantoja que no lea los comentarios maledicientes de las redes. Que la gente es mala, malísima. Que ella no es esa que dibujan; que no le ha querido restar protagonismo a sus compañeros, que lo que le pasa, jolín -¡tan difícil es de entender!-, es que ella lleva el artisteo por dentro, que no se quita la bata de cola ni en Cantora y que, claro, la consecuencia es esta. También dicen, Isabel, que la cámara siempre te enfoca a ti primero después de cada actuación, y durante. Comentan los malos que tenías una cámara para ti sola, para satisfacer tu ego. ¡Mentira! Tú ni los leas ni los escuches. Eres grande. Y sí, tus compañeros también. 

Hablemos un poquito del programa, ¿les parece? Como decía, a mí me ha encantado. Cuánto arte tenemos en este país. Dicen en las redes que se parece mucho el Idol al Got Talent. ¡No tienen ni idea! Quien no sepa ver las diferencias, peor para él. Estamos ahora en proceso de casting. La mecánica es sencilla. Botón verde, rojo y ticket dorado, cuando le ha encantado la actuación al jurado y manda al niño o niña directamente a las galas en directo.

Actuaciones que me han chiflado y emocionado hasta la lágrima: la de Anne -hija de la exmodelo Raquel Rodríguez-; la de Alfonso y su Por debajo de la mesa; y, por supuesto, Marta, la gran Marta de Córdoba y su La llorona. Qué voz, qué portento, qué maravilla. De hecho, el jurado ha sido la que ha elegido como primera para ir directamente a las galas con el ticket dorado. Ah, se me olvidaba la segunda de ticket dorado: Noelia. SUBLIME. ¿Y qué me dicen de la actuación de Laura con su Jealous? Puff, ¡cómo he llorado! No puedo irme sin hablar de Lennon Jon, el chaval, vasco y escocés, que vive en El Escorial que se ha atrevido con AC/DC. Gracias, Telecinco, por tanto talento. Por tanta calidad. 

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