A veces lo más sencillo es lo más deseado. Y esto es lo que me pasa con Cervecería Arganzuela en Madrid. De vez en cuando el cuerpo me pide un entorno agradable, desenfadado, unas cañas en una barra y unas raciones de calidad. Aquí lo encuentro todo.

Conocido por muchos en el barrio como "La Rubia", este bar lleva años saciando la sed y ganas de buen comer de vecinos y visitantes. Su dueño José se ha dedicado siempre a la hostelería, y fue en el sur donde aprendió a freír, que es hoy en día una de las grandes especialidades de esta casa.

Ya sea porque estamos paseando por el barrio o que visitamos El Rastro durante un domingo, la visita a Bar Arganzuela para tomar una caña o un vermú acompañados de una buena ración de las muchas que ofrecen es obligatoria.

Cañas y raciones

Las cañas perfectas de Bar Arganzuela

Aunque en el exterior anuncian su vermú de grifo, donde realmente le gusta sacar pecho a José es tirando cañas, ya que presume (y con razón) de ser una de las mejores de Madrid. Es de esas que cuando acabas de beber quedan perfectamente marcados los aros de la espuma a lo largo de todo el vaso, de manual.

Más allá de sus cañas, que por supuesto es en la barra donde más se disfrutan, Bar Arganzuela ofrece una selección de raciones donde destacan principalmente los fritos y las conservas. El frito de este bar es sin duda uno de los mejores que he probado, gracias a la buena selección de la harina y la temperatura del aceite a la hora de llevarlos cabo.

Los rejos fritos de Cervecería Arganzuela

El plato estrella son los rejos fritos. Los rejos son las patas del calamar, aunque pueden ser del pulpo, la sepia o el potón. Benito Pérez Galdós ya hablaba de ellos en El 19 de marzo y el 2 de mayo (1973): "pero no contaban con la multitud de brazos que se ceñían por detrás y por delante, como rejos de un inmenso pulpo". Hoy no recordamos las referencias que el novelista español hacía en sus Episodios Nacionales, pero nos los comemos encantados acompañados de caña bien fría.

Boquerones fritos en Bar Arganzuela

En la carta podemos encontrar boquerones fritos, una riquísima ensalada de bacalao con pimientos, su excelente mojama y una gran selección de marisco fresco que elaboran al momento. Este varía mucho según el día, ya que dependerá de la disponibilidad y temporada en la que visitemos el bar.

Lo más aconsejable es pasarse, coger sitio en la barra o en alguna de sus mesas del fondo, pedir unas cañas y empezar a pedir raciones según nos vaya pidiendo el cuerpo. Conforme la gente pide raciones, José aprovecha para hacer un extra y servir tapas a la gente para que las pruebe, así crea la necesidad de ser nosotros los siguientes en pedir una de esas. El éxito está asegurado.

Bar Arganzuela es uno de los mejores bares de Madrid, un lugar para disfrutar, de esas pocas tabernas de toda la vida que mantienen el nivel y la calidad de lo que hacen, día a día desde hace años. Necesitamos defender y proteger estos sitios que tanto representan nuestra gastronomía.