El doctor Simon Feldhaus.

El doctor Simon Feldhaus.

Salud

Doctor Simon, 58 años, experto antiedad: "Odio las dietas, no hay ninguna sana, la clave está en comer lo que te siente bien"

Según muchos especialistas, para envejecer de forma saludable es necesario combinar una buena alimentación, un nivel moderado de ejercicio físico y mantener activas las relaciones sociales.

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Las claves

El Dr. Simon Feldhaus, experto en longevidad, rechaza las dietas universales y defiende comer lo que siente bien, priorizando la calidad y el origen de los alimentos.

Su enfoque promueve evitar clasificaciones rígidas de alimentos, centrarse en productos de temporada y disfrutar de la comida sin ansiedad ni culpa.

Apuesta por una alimentación basada en proteínas, grasas saludables (especialmente omega-3) y menos azúcares de absorción rápida para mantener energía y salud cerebral.

Su rutina diaria combina ejercicio de fuerza, pausas mentales y vínculos sociales, considerando el disfrute, el bienestar emocional y la conexión social como ejes de una vida longeva y saludable.

En la búsqueda constante de fórmulas para la longevidad abundan listas de prohibiciones, regímenes restrictivos y tendencias efímeras. Por eso, el mensaje del Dr. Simon Feldhaus, uno de los mayores expertos europeos en longevidad, resulta tan provocador. En una entrevista a CNBC, sostiene que ninguna dieta es universalmente saludable y que este enfoque limita más de lo que ayuda.

Con 30 años de experiencia y formación en medicina general, funcional y china, dirige The Balance Rehab Clinic en Suiza y preside la Sociedad Suiza de Medicina Antienvejecimiento. Su trabajo se centra en mejorar el healthspan, período de la vida en el que una persona goza de buena salud y está libre de enfermedades crónicas y discapacidades.

Su primera regla desafía los discursos tradicionales: “Odio las dietas”, afirma. “Personalmente, creo que no existe una dieta saludable”. Defiende que el bienestar no nace de la restricción ni de etiquetas simplistas, sino de la relación emocional con la comida, del placer y de priorizar alimentos de calidad.

El Dr. Feldhaus considera un error dividir los alimentos en “buenos” y “malos”. “¿Quién puede decir qué califica como saludable? No puedo decirte qué es saludable para ti”, señala. Por eso rechaza listas rígidas y sitúa el foco en el origen, la pureza y el procesamiento de lo que llega al plato, más que en su categoría.

Su regla fundamental es clara: “Lo más importante es la calidad de la comida, no realmente qué es la comida”. Cita como ejemplo la carne que consume, siempre de localizaciones suizas muy concretas. A ello suma un principio más: solo comer fruta y verdura de temporada. “Si ahora no crecen fresas, ¿por qué debería comerlas?”, plantea.

Aunque reniega de las “dietas sanas”, su visión coincide con recomendaciones de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) sobre alimentos frescos, locales y poco procesados. Pero para él el elemento diferencial es emocional, subrayando que comer debe generar bienestar, no ansiedad ni culpa.

Feldhaus extiende esa idea a la cocina: “Si cocino con estrés y pensamientos negativos, la comida estará envenenada, metafóricamente hablando. El amor al preparar la comida es casi lo mismo que la calidad del alimento”. Su filosofía reivindica el disfrute como eje central de la salud.

Menos azúcar, más energía para el cerebro

Aunque reniega de las dietas, el médico sí sigue un marco nutricional que modula energía e inflamación. Propone reducir carbohidratos de acción rápida y aumentar proteínas y grasas, en especial los omega-3. Para él, ese equilibrio es la base de su bienestar físico y mental y una defensa ante la inestabilidad energética.

El doctor prioriza estas grasas por su impacto en la salud cerebral y cardiovascular. Además de fomentar el consumo de omega-3, destaca la lecitina de la yema del huevo. “Como una gran cantidad de huevos”, afirma. Los expertos respaldan que los omega-3 reducen triglicéridos, apoyan la elasticidad vascular y disminuyen la inflamación.

Su modelo, centrado en proteínas, grasas de calidad y menos azúcares de absorción rápida, coincide con recomendaciones de la Fundación Española del Corazón (FEC). Para él, ese equilibrio es clave para evitar picos de insulina y mantener la vitalidad diaria sin altibajos pronunciados, lo que considera esencial para pensar con claridad.

El elemento más singular de su rutina nutricional es la galactosa, un carbohidrato terapéutico. “Va al cerebro y proporciona energía a mis células cerebrales. Obtengo energía porque es un carbohidrato, pero no tengo riesgo de un pico de insulina”, explica. Es su forma de alimentar el cerebro sin alterar el metabolismo.

Músculo, pausa mental y vínculo social

Para el Dr. Feldhaus, el bienestar no solo se logra a través de la alimentación. Por eso, sus hábitos estructuran su día en torno a tres ejes: movimiento, descanso mental y conexión social. Todos buscan reforzar la capacidad de reparación del organismo y reducir la carga de estrés, que para él deteriora más la salud que cualquier alimento concreto.

En lo físico, compensa las largas horas sentado con sesiones breves de alta intensidad. Practica HIIT de 10 a 12 minutos, tres veces por semana, sobre una plataforma de vibración que multiplica el estímulo muscular. “No es lo mismo que correr, pero es trabajo muscular. Y creo que los músculos son una de las cosas más importantes”, asegura.

La importancia del músculo está respaldada por instituciones como la FEC, que destaca que el entrenamiento de fuerza limita la pérdida muscular asociada al envejecimiento, mejora el metabolismo de la insulina y favorece una composición corporal saludable. Para él, es un pilar irrenunciable.

En lo mental, prioriza la pausa. Utiliza técnicas de respiración de tres o cuatro minutos varias veces al día para calmar el sistema nervioso y reserva diez minutos diarios para hacer “lo que quiera”, un tiempo destinado a enfocarse en pensamientos positivos y aliviar la presión cotidiana.

La dimensión social ocupa un papel central. “Si no estás conectado con otras personas, no hay posibilidad”, advierte. Propone reír más, reducir las noticias negativas y dedicar entre 15 y 20 minutos diarios a una conversación significativa. “El poder de la risa es algo especial. Reír es muy buena medicina”, resume.

La filosofía del Dr. Feldhaus reduce la longevidad a unos cuantos principios prácticos: comer con placer, cuidar el músculo, nutrir el cerebro, frenar el estrés y mantener vínculos reales. Su enfoque se aleja del control rígido y reivindica la importancia del disfrute, la calidad y el equilibrio emocional.

Cierra su planteamiento con un proverbio tibetano que considera la esencia del envejecimiento saludable: “Come la mitad, camina el doble, ríe el triple y ama sin medida”. Una regla simple y aplicable que, según este especialista, resume la mejor garantía para sumar años plenos y verdaderamente vividos.