El cardiólogo John Pezzuto.

El cardiólogo John Pezzuto.

Salud

Un prestigioso oncólogo habla alto y claro: "Este superalimento olvidado previene el cáncer en la dieta mediterránea"

El investigador John M. Pezzuto defiende las potentes propiedades antiinflamatorias y protectoras de las células de este alimento tradicional.

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P. Fava
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Los 'superalimentos' existen, y un ingrediente olvidado de la dieta Mediterránea merece entrar en la clasificación. Esto es lo que sostiene John M. Pezzuto, decano del College of Pharmacy and Health Sciences en Western New England University y especializado en la investigación de antioxidantes como el resveratrol y el cáncer, en un nuevo artículo de la revista revisada Journal of Agriculture and Food Chemistry. El alimento no es otro que las uvas frescas.

Pezzuto argumenta que el término “superalimento” es, efectivamente, un término coloquial sin una definición oficial ni criterios establecidos. Sin embargo, suelen formar parte de la Dieta Mediterránea se caracterizan por ser ricos en compuestos vegetales naturales beneficiosos para la salud. A continuación expone el valor científico de las uvas, señalando que han sido subestimadas en este ámbito.

Así, el investigador se sorprende de no ver incluidas estas frutas cuando se destacan alimentos similares, como las bayas, por su poder preventivo contra el cáncer. Las uvas son una fuente natural de más de 1.600 compuestos, incluidos antioxidantes y otros polifenoles como flavonoides, antocianidinas, catequinas, ácidos fenólicos, resveratrol y más, todos compuestos relacionados con la protección de la carcinogénesis en las células.

Los beneficios más marcados para la salud de las uvas se atribuyen a los polifenoles, tanto por su actividad antioxidante como por su influencia en los procesos celulares. Pezzuto subraya que es la uva entera como matriz única de estos compuestos lo que tiene estos efectos biológicos y funcionales en el organismo. Descomponerlas en sus elementos, así, no tendría la misma efectividad.

Se han publicado más de 60 estudios revisados por expertos en la literatura científica sobre las uvas y la salud, recuerda el investigador. El papel protector de esta fruta en la salud cardiovascular está bien establecido, y abarca desde la distensión de los vasos sanguíneos para favorecer la circulación saludable, a la regulación de los niveles de colesterol.

Los ensayos clínicos también demuestran que las uvas favorecen la salud cerebral -ayudan a mantener el metabolismo cerebral saludable y tienen efectos beneficiosos en la cognición-, la salud de la piel -mayor resistencia a la radiación ultravioleta y al daño en el ADN-, la salud intestinal -modulación del microbioma intestinal y aumento de la diversidad en el intestino- y la salud ocular -incrementando la densidad óptica del pigmento macular.

Por último, en el ámbito de la nutrigenómica —el estudio de los efectos de los alimentos en la expresión génica del cuerpo— se ha demostrado que el consumo de uvas altera positivamente la expresión genética. Pezzuto sugiere que es precisamente esta activación de genes lo que probablemente impulse los beneficios para la salud de las uvas.

"El Dr. Pezzuto demuestra que, basándonos en la ciencia, las uvas son en efecto un superalimento, y deberían ser reconocidas como tal", ha valorado en un comentario asociado al artículo Ian LeMay, presidente de la California Table Grape Commission, "y esperamos que el uso de esta nomenclatura en asociación con las uvas se convierta en una práctica común".