
El neurólogo Adel Aziz.
Adel Aziz, neurólogo, advierte a España: "La apatía se pasa por alto, pero es uno de los primeros síntomas de demencia"
Aunque puede confundirse con cansancio o desgana, la apatía podría ser la primera señal de un deterioro neurológico que avanza en silencio.
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Muchas personas atribuyen ciertos cambios en su comportamiento o en el de sus seres queridos al envejecimiento natural. Pero según el Dr. Adel Aziz, neurólogo del JFK University Medical Center, este tipo de señales no deberían ignorarse.
En declaraciones recogidas por Parade, ha señalado que la apatía, entendida como la pérdida de motivación e iniciativa, es uno de los primeros signos de algunas demencias, como la frontotemporal, y suele pasar desapercibida.
“La apatía, o la pérdida del pensamiento y comportamiento orientados a objetivos, es uno de los primeros signos en algunos tipos de demencia, especialmente la frontotemporal, pero a menudo se pasa por alto porque no se manifiesta como un malestar activo”, explica el doctor.
A diferencia de otros síntomas más evidentes, como los problemas de memoria o la desorientación, la apatía puede camuflarse fácilmente en el día a día. Según el neurólogo, muchas personas interpretan este cambio como cansancio, timidez o simplemente una etapa de la vida en la que se prefiere estar solo.
“Una persona que antes organizaba salidas o hacía llamadas sociales puede simplemente dejar de involucrarse”, advierte. Este cambio, aunque sutil, puede tener un impacto profundo tanto en quien lo sufre como en su entorno más cercano.
Por ejemplo, la familia puede llegar a pensar que la persona ha perdido el interés por todo o que está deprimida, cuando en realidad podría tratarse de un síntoma neurológico temprano.
Más común de lo que pensamos
Aunque durante años ha sido infravalorada, la apatía es uno de los síntomas conductuales más frecuentes en enfermedades como el Alzheimer. La Fundación Pasqual Maragall advierte que afecta a cerca del 65% de los pacientes, y suele anticipar un deterioro cognitivo y funcional más rápido.
El Dr. Luis Agüera Ortiz, psiquiatra y uno de los mayores expertos en apatía y demencia en España, afirma que la apatía es el síntoma neuropsiquiátrico más frecuente en la enfermedad de Alzheimer, y puede aparecer incluso en fases muy iniciales, cuando los olvidos o la desorientación aún no se han hecho evidentes. Según el especialista, esta falta de motivación complica gravemente su autocuidado y su capacidad para seguir tratamientos.
En esta línea, un estudio publicado en la revista Neurology concluye que los adultos mayores con apatía severa presentan un riesgo significativamente mayor de desarrollar demencia en los años siguientes, en comparación con personas del mismo perfil sin este síntoma. La falta de interés, la desconexión emocional o el abandono de actividades que antes generaban placer podrían ser señales de alerta precoz.
Por todo ello, el mensaje que se desprende del testimonio del Dr. Aziz es claro: no hay que subestimar la apatía ni considerarla una consecuencia normal de la edad. Si se detecta a tiempo, puede ser la clave para acceder a un diagnóstico precoz y ralentizar el avance de la enfermedad.
¿Se puede prevenir la apatía relacionada con la demencia?
Aunque no existe una fórmula infalible, detectar la apatía de forma temprana y actuar sobre ella puede marcar una gran diferencia. El Dr. Aziz insiste en que muchas personas ignoran estos cambios hasta que ya son demasiado evidentes. Pero si se identifican a tiempo, se pueden poner en marcha medidas que ralenticen el deterioro cognitivo y mejoren la calidad de vida.
Desde la Fundación Pasqual Maragall proponen un enfoque centrado en la estimulación y el acompañamiento afectivo, evitando tanto la sobreprotección como el aislamiento. Es clave ofrecer a la persona oportunidades de participar, sentirse útil y mantenerse conectada con su entorno. Entre las principales recomendaciones, destacan las siguientes:
- Mantener una vida activa: caminar, bailar, salir a la calle o realizar tareas cotidianas.
- Fomentar la interacción social y emocional con visitas, conversaciones, contacto físico y relaciones afectivas.
- Seguir una dieta equilibrada, como la mediterránea, y cuidar el sueño.
- Estimular la mente con juegos, lectura o música personalizada.
- Tratar a tiempo problemas de visión, audición o estado emocional que puedan favorecer el retraimiento.
- Evitar el trato infantilizante, que puede generar frustración y desconexión.
Además, los expertos coinciden en que la apatía no siempre implica demencia, pero sí debe ser atendida. Puede estar relacionada con otras condiciones, como la depresión o efectos secundarios de fármacos, por lo que consultar con el médico de atención primaria es siempre el primer paso.