
Imagen de archivo de un grupo de jóvenes consumiendo alcohol en la calle.
Los expertos alertan: dos de cada diez jóvenes que toman alcohol tienen enfermedades de transmisión sexual en España
La encuesta, realizada a 1.200 personas de entre 16 y 29 años, también revela que la percepción general de riesgo es baja pese a la exposición significativa.
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Cerca de la mitad de los jóvenes en España cree que el consumo de alcohol empeora las relaciones sexuales. Aun así, no es extraño que esta sustancia esté presente en este contexto, pues casi el 70% ha mantenido relaciones bajo los efectos del alcohol en alguna ocasión.
Así se desprende de un informe elaborado por el Centro Reina Sofía de Fad Juventud, en colaboración con la Delegación de Gobierno del Plan Nacional sobre Drogas, tras encuestar a 1.200 personas de entre 16 y 29 años en todo el territorio nacional.
Esta investigación surge con la necesidad de analizar los "datos recientes que alertan del incremento de riesgos asociados a prácticas sexuales entre adolescentes y jóvenes, como el aumento de infecciones de transmisión sexual (ITS)".
El incremento se produce "especialmente entre los 20 y 24 años". En este grupo de edad se registran las tasas más elevadas de infección gonocócica y clamidia, según el último informe del Centro Nacional de Epidemiología del Instituto de Salud Carlos III.
Pese a esta incidencia, la percepción de riesgo entre los jóvenes españoles es baja, como desvela la citada encuesta. Y es que el 73,8% considera que sus relaciones no suponen ningún riesgo de ITS.
"Cada vez hay menos sensación de miedo", señala a EL ESPAÑOL Gema Fernández, portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), que no ha participado en el estudio.
Un claro ejemplo de esta "pérdida del miedo" es que las relaciones se mantienen sin la protección adecuada: el 51,5% no utiliza métodos anticonceptivos de forma constante. Pese a ello, la mayoría declara no haber tenido nunca una ITS.
La contundencia de la respuesta se reduce entre quienes han consumido algún tipo de sustancia antes de mantener una relación sexual.
El 18,7% de los que han mantenido sexo bajo los efectos del alcohol en muchas ocasiones ha contraído "varias veces" una ITS, mientras que el porcentaje asciende al 30,2% cuando han tomado otras drogas.
Este consumo de alcohol u otras sustancias psicoactivas provoca que los jóvenes se desinhiban, como apunta Fernández, quien también observa este comportamiento entre quienes practican el fenómeno conocido como chemsex (basado en el consumo de drogas con fines sexuales).
La portavoz de SEIMC considera que, aunque en los colegios se imparte educación sexual (y en ella se hable de las ITS), los jóvenes a día de hoy se informan más en redes sociales. Y es ahí donde "quizás no quieren oír" los riesgos a los que se pueden exponer.
Y es que que entre los jóvenes existe "una idea común", que se ha mantenido "durante las últimas décadas", de que las ITS se detectan en grupos a los que ellos creen que no pertenecen. Por ello "tienen la sensación de que no les va a pasar nada".
La ministra de Sanidad, Mónica García, también comparte esta visión. En la presentación de la nueva campaña para la prevención de las ITS entre jóvenes reconoció que "entre la percepción del riesgo y la realidad epidemiológica existe una disonancia donde las ITS encuentran el terreno perfecto para seguir propagándose".
Y más de arrepentimiento
Anna Sanmartín, directora de investigación de Fad Juventud y coordinadora del citado informe, reconoce que están en contacto con el ministerio por el incremento de las ITS. A su juicio, los jóvenes son conscientes de los riesgos "hasta cierto punto".
Y aun sabiéndolos, "se exponen a ellos". Cree que "es difícil hacerles entender que es perfectamente factible que los riesgos les afecten". Les preocupa más incluso el hecho de poder arrepentirse.
Y es que pese a la extendida presencia del alcohol y de otras drogas (un 28,6% ha mantenido relaciones tras consumir cannabis, cocaína MDMA o popper), la experiencia no siempre resulta satisfactoria.
Uno de cada cinco jóvenes se arrepiente de haber mantenido relaciones sexuales bajo los efectos de sustancias. Los argumentos que esgrimen van desde no recordar bien lo ocurrido hasta haber sentido presión o haberlo hecho con alguien que realmente no deseaban.
Otra de las consecuencias del consumo de alcohol entre los jóvenes en España es que hay quienes dicen haberse aprovechado de que otra persona había consumido alcohol o drogas para intentar tener relaciones con ella.
El porcentaje en el caso de los chicos es mayor con respecto al conjunto de los jóvenes: un 41,7% frente a un 33,8%.
A Sanmartín le preocupa que estos datos puedan "crear alarma" si se sacan de contexto. Aclara que los jóvenes respondían a si habían aprovechado que una persona había consumido alcohol u otra sustancia para intentar tener relaciones sexuales o liarse.
Entiende que tras una respuesta afirmativa "cabe un espectro de posibilidades muy amplio", "desde que han aprovechado que otra persona estaba más desinhibida para ligar" hasta "cuestiones más preocupantes".
Aun así, la directora de investigación de Fad Juventud reconoce que "tenemos un grave problema con el consentimiento". Ester Barrios, vocal del Comité de Bioética de la Asociación Española de Pediatría y autora de un estudio sobre el consentimiento sexual en la adolescencia, coincide con ella.
Ambas consideran que la educación sexual debería ser integral: "Que no sólo se mencionen los riesgos derivados de las relaciones sexuales, sino que también se hable del consentimiento y de las relaciones basadas en el diálogo".