El doctor William Arias.

El doctor William Arias.

Salud

William Arias, médico: "Mírate el cuello: dice más de tu salud de lo que te imaginas"

El aspecto que tiene nuestro cuello puede indicar la presencia de una enfermedad metabólica o que tenemos resistencia a la insulina.

Más información: Francisco Rosero, endocrino: "¿Manchas oscuras en el cuello? Atención, es un indicador de riesgo de muerte en España"

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Uno de cada diez adultos en todo el mundo vive actualmente con diabetes. Se prevé que la cifra total aumente a 643 millones en 2030 y a 783 millones en 2045, llegando al 12% de la población. Si nos centramos en nuestro país, los datos son alarmantes. Según la Sociedad Española de Diabetes (SED), la prevalencia en España ha alcanzado casi el 15%, la segunda tasa más alta de Europa. Además, en cuanto al gasto sanitario relacionado, se sitúa en la lista de los diez primeros países.

La prevención y el cuidado de nuestro cuerpo es fundamental para evitar o reducir las posibilidades de sufrir esta enfermedad. Por eso, es importante prestar atención a las señales que nos pueden estar avisando de que estamos en riesgo. Una de ellas es la que ha explicado William Arias en su cuenta de Instagram. "Mírate el cuello: dice más de tu salud de lo que te imaginas", advierte.

En su explicación, señala que el aspecto del cuello "nos puede revelar problemas muy serios del metabolismo, como la resistencia a la insulina", algo que puede suponer un mayor riesgo de diabetes. Entre las principales señales a las que debemos prestar atención, encontramos unas verrugas llamadas acrocordones, también conocido como fibromas, pequeños trozos de piel que sobresalen en un tallo delgado.

Otro signo visible que puede estar avisando de la necesidad de cuidarnos son unas manchas oscuras que aparecen en la piel del cuello, como si estuviera sucio. Esta alteración se conoce como acantosis nigricans, una afección dermatológica caracterizada por la hiperpigmentación y el engrosamiento de la piel, que aparece principalmente en zonas del cuerpo con pliegues y arrugas, como el cuello, las axilas o las ingles.

Pero no solo eso, ya que, según el experto, medir el diámetro del cuello también nos puede dar mucha información. Esta medida "no solo predice problemas del metabolismo, sino también el riesgo de infarto y enfermedad coronaria". En su intervención, incluso, se atreve a poner cifras sobre la mesa: superar los 35 centímetros en mujeres y los 38 centímetros en hombres puede ser relacionarse con un "altísimo riesgo de resistencia a la insulina, triglicéridos elevados y enfermedad cardiovascular".

Prevenir con hábitos

Según el Ministerio de Sanidad, la diabetes es una enfermedad metabólica crónica que se caracteriza por un exceso de glucosa en sangre. Esta alteración afecta el control energético del cuerpo y, con el tiempo, puede dañar de forma grave distintos órganos y sistemas. Las complicaciones más habituales afectan a los vasos sanguíneos, tanto pequeños como grandes, y se traducen en un mayor riesgo de infarto, ictus, ceguera, insuficiencia renal, daños neurológicos o úlceras en los pies, entre otras consecuencias.

La forma más frecuente de esta enfermedad es la diabetes tipo 2, estrechamente vinculada al estilo de vida. El sobrepeso, la obesidad y la falta de actividad física son factores determinantes en su aparición. Aunque su desarrollo suele ser lento y muchas veces pasa desapercibido durante años, sus efectos pueden ser muy graves si no se detecta a tiempo. Por eso, los expertos subrayan la importancia de la prevención y el diagnóstico precoz.

Diversos estudios clínicos han demostrado que el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 puede reducirse significativamente con medidas relativamente sencillas: una pérdida de peso moderada y la práctica de ejercicio físico regular -al menos 30 minutos al día, cinco días a la semana- tienen un impacto claro en la prevención. El Ministerio de Sanidad destaca que estas intervenciones son especialmente eficaces en personas con antecedentes familiares, sobrepeso o hábitos sedentarios.

Si se ha desarrollado la enfermedad, el tratamiento, no se limita a los medicamentos, sino que se basa en seis pilares fundamentales: una alimentación adaptada a las necesidades del paciente, la actividad física regular, el uso correcto de la medicación, el abandono del tabaco, el autocontrol de los niveles de glucosa y las revisiones médicas periódicas. Esta combinación permite no solo controlar los niveles de azúcar, sino también prevenir las complicaciones asociadas y mejorar la calidad de vida de las personas afectadas.

En cambio, la diabetes tipo 1, de origen autoinmune, no puede prevenirse con los conocimientos actuales y su abordaje sigue siendo objeto de investigación. En esta forma de diabetes, el sistema inmunológico ataca por error las células del páncreas que producen insulina, lo que obliga a las personas que la padecen a depender de la administración diaria de esta hormona. Aunque se han logrado avances en el tratamiento y control, todavía no existe una forma eficaz de prevenirla.