
Representación gráfica de un tumor colorrectal.
Si los tienes, ve al médico: las señales que alertan de un cáncer de colon en España y que muchos jóvenes ignoran
La comunidad científica advierte sobre esta enfermedad, que ha aumentado de forma alarmante en los menores de 50 años.
Más información: Cáncer de colon: este es el primer signo que debe hacerte sospechar en España de uno de los tumores más habituales
El cáncer colorrectal, históricamente considerado una enfermedad predominante en personas mayores, ha comenzado a manifestarse con mayor frecuencia en adultos jóvenes, una tendencia que ha encendido las alarmas en la comunidad médica a nivel global. Sin embargo, en España, las cifras parecen resistir esta tendencia preocupante observada en otros países occidentales, aunque la vigilancia sigue siendo crucial.
Según los últimos informes, mientras que en países como Estados Unidos los casos en personas menores de 50 años han aumentado de forma alarmante, en España no se ha detectado un incremento significativo en este grupo etario. Esta diferencia sugiere que factores ambientales, dietéticos y de estilo de vida pueden desempeñar un papel crucial en la aparición temprana de la enfermedad.
Los pacientes jóvenes no prestan atención a los síntomas
Aun así, los expertos advierten que la falta de síntomas notorios y la baja percepción de riesgo en la población joven contribuyen a un diagnóstico tardío, lo que a menudo resulta en una detección en etapas avanzadas cuando las opciones de tratamiento son más limitadas y la tasa de supervivencia disminuye considerablemente. Un problema central que impide la detección oportuna de esta enfermedad en estos grupos de edades es la falta de conciencia tanto entre la población como entre los profesionales de la salud.
Muchos jóvenes asocian síntomas como el sangrado rectal, el dolor abdominal persistente o los cambios en los hábitos intestinales con afecciones benignas, como las hemorroides o el síndrome de intestino irritable, restándoles importancia hasta que la enfermedad se encuentra en una fase más avanzada.
El retraso de pruebas cruciales como la colonoscopia
Por su parte, los médicos de atención primaria, habituados a diagnosticar cáncer colorrectal en pacientes de edad avanzada, pueden subestimar la posibilidad de un tumor en pacientes jóvenes, retrasando pruebas esenciales como la colonoscopia. De hecho, según un metaanálisis reciente que analizó datos de casi 25 millones de adultos menores de 50 años, el tiempo medio entre la aparición de los síntomas y el diagnóstico puede oscilar entre cuatro y seis meses, una demora crítica que permite que el cáncer progrese y se disemine a otras partes del cuerpo.
Este estudio también destaca que la señal de advertencia más común de la enfermedad es la presencia de sangre en las heces. En concreto, el sangrado rectal se asocia con un riesgo cinco veces mayor de cáncer colorrectal. Otro factor que contribuye a la falta de detección temprana es la ausencia de programas de cribado dirigidos a la población joven.
Actualmente, las principales sociedades médicas, incluida la Sociedad Americana del Cáncer, recomiendan iniciar las pruebas de detección a partir de los 45 años para la población general y antes solo en casos con antecedentes familiares.
Sin embargo, dado el incremento en la incidencia de cáncer colorrectal en jóvenes sin antecedentes familiares, algunos expertos sugieren que estas recomendaciones deberían ser reevaluadas. En España, el programa de detección temprana se centra en personas mayores de 50 años, a través de pruebas de sangre oculta en heces y colonoscopias de seguimiento, lo que deja fuera a un segmento poblacional que podría beneficiarse de un diagnóstico precoz.
El estilo de vida como desencadenante
El estilo de vida moderno ha sido identificado como un posible desencadenante del aumento de casos en adultos jóvenes. La obesidad, la inactividad física, las dietas ricas en carnes procesadas y ultraprocesados, junto con el consumo excesivo de alcohol y tabaco, han sido señalados como factores de riesgo importantes. Sin embargo, estas variables por sí solas no explican completamente la tendencia al alza.
Investigaciones recientes están explorando otros posibles detonantes, como alteraciones en el microbioma intestinal debido al uso prolongado de antibióticos, la exposición a toxinas ambientales presentes en alimentos y productos industriales, e incluso cambios epigenéticos que podrían predisponer a ciertos grupos poblacionales a desarrollar la enfermedad a edades más tempranas.
Un aspecto crucial que subrayan los especialistas es la necesidad de promover campañas de concienciación dirigidas a la población joven. A pesar de los avances en el diagnóstico y tratamiento del cáncer colorrectal, la falta de información adecuada impide que muchos jóvenes reconozcan la importancia de acudir al médico ante síntomas persistentes.
Las iniciativas de salud pública deberían enfocarse en educar a los jóvenes sobre los signos de alerta tempranos, así como en fomentar hábitos de vida más saludables que puedan ayudar a reducir el riesgo.
Además, la promoción de una alimentación equilibrada, basada en la dieta mediterránea, rica en fibra, frutas, verduras y grasas saludables, junto con la incorporación de actividad física regular, puede desempeñar un papel fundamental en la prevención del cáncer colorrectal.