Un niño con varicela.

Un niño con varicela. Wikimedia

Salud

La varicela repunta en España por primera vez desde la generalización de la vacuna

Tras reducirse al mínimo a partir de 2016, este año la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica ha constatado un cambio de tendencia.

15 diciembre, 2023 02:48

"En mi casa la pasamos los cuatro hermanos a la vez. Era algo natural". Belén Aguirrezabalaga recuerda lo habitual que era la varicela hace unas décadas. Hoy en día, en el centro de salud de Gijón donde ejerce de pediatra "hace no sé cuánto que no vemos una varicela". La vacuna redujo la incidencia de forma estratosférica. Este año, sin embargo, la enfermedad ha comenzado a crecer de nuevo.

Los datos de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica revelan que, ya a mediados de noviembre, el número de casos registrados —es una enfermedad de declaración obligatoria— excedía en un 16,4% el de notificados el último año con datos.

La última semana con información completa es la que finalizó el 19 de noviembre y contabilizaban 8.113 casos. En 2021, el año en que la varicela llegó a su mínimo histórico, fueron 6.972.

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En contraste con estos datos, a finales de los 80 y principios de los 90 podían registrarse más de medio millón de casos en un año. La enfermedad, causada por el virus de la varicela-zóster, es altamente contagiosa y se desarrolla en ciclos de varios años.

El último de ellos comenzó en 2013 y alcanzó su pico en 2015: se notificaron 179.255 casos, la cifra más alta desde 2004. Pero al año siguiente la vacuna entró en el calendario común de vacunación: se daría una primera dosis a los niños y niñas a los 15 meses, y una segunda dosis entre los 3 y los 4 años.

El efecto fue impactante: en 2017 se registraron, por primera vez, menos de 100.000 casos anuales y en 2019 no se alcanzaron los 50.000. Los años posteriores, con ayuda de las acciones para mitigar la pandemia de Covid-19, la incidencia siguió reduciéndose.

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¿Se ha bajado el ritmo de vacunación? Los datos del Sistema de Información de Vacunaciones del Ministerio de Sanidad revelan que las coberturas vacunales crecieron rápidamente hasta alcanzar un pico un 2020: el 95,4% de los infantes de 15 meses recibieron su primera dosis. En 2022 la cifra se había reducido hasta el 93,77%.

Aguirrezabalaga recuerda que la enfermedad "es muy contagiosa". Al igual que el sarampión, necesitan de coberturas superiores al 90% —e incluso al 95%— para lograr ese efecto protector para aquellos individuos no vacunados.

Frente al éxito de la primera dosis, a la segunda dosis, la que se ofrece a los niños de 3 y 4 años, le costó más arrancar pero en 2022 ya cubría al 89,99% de dicha franja de edad. Eso sí, con diferencias entre comunidades: Navarra y Cantabria superaban el 95% de niños vacunados, mientras que en País Vasco eran el 82,51%, en Cataluña el 85,9% o en Extremadura el 86,85%.

La cifra más baja se da en la ciudad autónoma de Ceuta: solo el 43,06% de los niños de 3 y 4 años tenían inoculada la segunda dosis de la vacuna de la varicela.

Riesgo de neumonía

Hace décadas, cuando no había vacuna, pasar la enfermedad de niños era casi beneficioso: era la forma de garantizar que, de adulto, no generar un problema importante de salud.

Sin embargo, está lejos de ser una infección benigna. "Los riesgos en niños van, por orden de frecuencia, desde la sobreinfección de la piel hasta la afectación del sistema nervioso central", explica Aguirrezabalaga.

"La mayoría de los casos se resuelven sin problemas graves", pero "hay casos graves, incluso de ingreso en Unidades de Cuidados Intensivos Pediátricas por sepsis a partir de sobreinfecciones cutáneas, o encefalitis. Los más graves son los más pequeños".

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Eso sí, en franjas de edad superiores los riesgos se multiplican. "En adultos, hay más riesgo de neumonía" y en las personas con el sistema inmune comprometido "puede ser grave". Por eso "se insiste mucho en que el adulto no vacunado lo haga".

La vacuna también se recomienda en adolescentes que no hayan pasado la enfermedad ni hayan sido inoculados, administrándose dos dosis con un intervalo mínimo de cuatro semanas. En adultos se debe realizar primero una determinación serológica y administrarla en caso de que sea negativa.

A pesar de llevar poco tiempo implantada y recomendarse en adolescentes, las coberturas vacunales en esta población son mucho menores que en los niños: en 2022 solo la recibieron el 15,15% de las personas de este grupo.

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La varicela tiene un corolario en el herpes zóster, que no es sino el mismo virus que ha permanecido latente durante años (o décadas) y se manifiesta en edades avanzadas con la famosa —y muy dolorosa— 'culebrilla', llamada así por aparecer una irritación de la piel en forma alargada en zonas como el abdomen o el cuello.

Aguirrezabalaga, que es vicepresidenta de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y de Atención Primaria, apunta además que la vacuna es positiva en una enfermedad que, por lo general, no es de gran gravedad porque "hay que contar con el gasto que supone una enfermedad tan contagiosa: pasar una semana en casa, el gasto sanitario, la ausencia laboral de los padres, etc. Todo eso suma".