Ramón Reyes, presidente de la Asociación Española Contra el Cáncer.

Ramón Reyes, presidente de la Asociación Española Contra el Cáncer. AECC.

Salud Presidente de la Asociación Española Contra el Cáncer

Ramón Reyes: "España es el estanco de Europa. Es una vergüenza que el tabaco sea tan barato"

"En España no hay igualdad frente al cáncer" / "En nuestro país se diagnostica un caso de cáncer cada dos minutos" / "El coste del tabaco en el sistema es mucho mayor de lo que se recauda en impuestos".

7 mayo, 2023 02:43

"Todos los ciudadanos merecemos las mismas oportunidades de sobrevivir al cáncer". Esta fue una de las frases más repetidas durante la presentación ante el Parlamento Europeo de la estrategia española para hacer frente a esta devastadora enfermedad. Porque aunque Horacio bien dijera que la muerte nos iguala a todos, la realidad es que el camino para llegar a ella es muy distinto dependiendo de los recursos de cada uno o, sencillamente, de donde se haya nacido

Ramón Reyes, presidente de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), es una de las grandes voces autorizadas en este país para hablar de la enfermedad. Asumió el cargo a mediados de 2020, aunque desde 2016 era ya patrono de su fundación científica. Doctor en Ciencias y licenciado en Bioquímica por la Universidad Complutense de Madrid, ha sido investigador en el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa y profesor adjunto en la Universidad Autónoma de Madrid.

Aunque quedan ya algo lejos los años de trabajo en el laboratorio, ahora dirige con gusto el rumbo de la AECC. "Tenemos 620.000 socios que sufragan nuestros proyectos y 30.000 voluntarios que dan lo más valioso que tienen, que es su tiempo", explica a EL ESPAÑOL. Con estas contribuciones se encargan de proporcionar, por ejemplo, apoyo psicooncológico cientos de pacientes o ayudas económicas para paliar la carga del cáncer.

La primera pregunta es obligada: ¿en España, hay igualdad frente al cáncer?

En España no hay igualdad frente al cáncer por distintas razones. Entre ellas, socioeconómicas, geográficas y culturales, que son inevitables. También porque tenemos 17 comunidades autónomas y cada una tiene una forma de ofrecer los servicios. Desde la Asociación, estamos trabajando en poner solución a esto por dos vías. Una es dar los servicios donde no se están dando, servicios como atención psicológica o atención social. Otra es trabajar con la Administración y con la Oficina Nacional de Salud para que se incorporen estos aspectos a la cartera nacional. Un caso dramático es el de la atención psicooncológica. Más del 90% de las comunidades autónomas no tienen atención psicológica especializada en cáncer o es insuficiente.

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¿Por qué es tan necesaria esta atención especializada? 

Un diagnóstico de cáncer hace 50 años era prácticamente una condena de muerte. De cada cuatro personas diagnosticadas de cáncer, tres morían. El cáncer tiene una connotación de enfermedad maldita y, aunque está cambiando gracias a la investigación y la prevención, todavía influye muchísimo.

Sabemos que el 40% de las personas que tiene un diagnóstico de cáncer necesita apoyo picooncológico, una atención diferente de la psicología habitual. Pero más del 90% de las comunidades no lo ofrece. Para suplir esto, entra en juego la Asociación Española Contra El Cáncer.

Hace unas semanas, exponía en Bruselas cuáles eran los principales retos a los que se enfrenta España respecto al cáncer. Uno de ellos era la carga económica, la conocida como "toxicidad financiera del cáncer". Decía que, aproximadamente, un 45% del coste lo asumen las familias. 

El cáncer tiene unas necesidades terapéuticas que están cubiertas por el Sistema Nacional de Salud y otras que son lo que conocemos como "la cara oculta del cáncer": desplazamientos, bajas laborales, personas que tienen que dejar de trabajar para cuidar a los enfermos, etc. 

A través de los estudios que hemos hecho con el Observatorio del Cáncer, que es nuestra unidad de inteligencia, hemos medido que el cáncer genera a cada persona un coste de más de 10.000 euros. Por otro lado, hemos visto que cada año 30.000 personas son diagnosticadas de cáncer en situación de vulnerabilidad. Esto provoca que miles de personas entren cada año en pobreza absoluta por el cáncer.

Le voy a poner un ejemplo. Imagínese un autónomo, el único que trabaja en una familia y que está cotizando en el mínimo. Tiene un cáncer y se le da una baja que puede durar un año, dos o tres, y pasa a cobrar 450 €. No se puede vivir con 450 € al mes.

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La misma desigualdad se da en el caso de los cuidados paliativos. Según las cifras, por desgracia, no es lo mismo morir en una comunidad que en otra.

Con los paliativos hay una inequidad brutal. Sabemos que hay desigualdades también con la radioterapia, porque todavía quedan lugares donde no tienen ese servicio y estamos en vías de que lo tengan, pero con los paliativos es dramático.

Sabemos, porque tenemos las cifras, que hay 180.000 personas cada año que necesitan paliativos, un recurso que tiene que ver con eso que yo llamo "la hora de Horacio". Horacio dijo que todas las horas hieren y la última te mata. En esa hora, para abordarla de la mejor manera, entran los paliativos. Ahora, casi el 50% de esas 180.000 no los van a tener. 90.000 personas en nuestro país van a morir en circunstancias que no son las adecuadas. 

¿Dónde están esas personas? Va por zonas. La Asociación Europea de Cuidados Paliativos establece que el número óptimo de recursos especializados para cuidados paliativos sea de dos por cada 100.000 habitantes, uno de atención en el domicilio y otro de atención hospitalaria. España está en 0,6. En Murcia, Ceuta, Melilla o País Vasco están en 1,5 por 100.000, pero en La Rioja o en Canarias están muy por debajo, con 0,32 y 0,40, respectivamente. Esto debe regularse desde el punto de vista del Estado, porque nos afecta a todos.

Tampoco se entiende que España haya aumentado el número de días en lo que se tarda en aprobar un fármaco en Europa hasta que lo hace nuestro país. De los 414 de hace siete años, ahora estamos en 517. ¿Cómo valora el problema de la heterogeneidad en el acceso a innovación terapéutica? 

La inequidad en el acceso a los fármacos es realmente manifiesta. También encontramos que, aunque la Agencia Española del Medicamento lo prueba, se regula en una comunidad sí y en otra no. Incluso, dentro de la misma comunidad, se puede encontrar en unos hospitales, pero en otros no.

Primero, hay que actualizarnos lo antes posible para que no haya ese retraso con respecto a Europa y luego garantizar la equidad en el país.  Todo el mundo debe tener las mismas oportunidades frente al cáncer, es nuestra labor.

Aquí se aprueban tarde los fármacos, en cambio, somos una gran potencia investigadora. Como profesional que se ha dedicado durante años a este campo, ¿cómo valora el talento español frente al cáncer?

Tenemos los mejores investigadores. Recientemente, me he reunido con la presidenta del Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer y nos ha felicitado porque tenemos el top de los investigadores mundiales en Cáncer. El top. 

Lo que pasa es que tenemos que invertir más. Tenemos el objetivo de llegar al 70% de supervivencia para 2030 y no vamos mal, pero se siguen diagnosticando 285.000 casos de cáncer cada año. Uno cada dos minutos. Además, 100.000 serán de cánceres que tienen una supervivencia por debajo del 30%: páncreas, hígado, esófago, glioblastoma, etc. Ahí tenemos que trabajar mucho. 

Ahora, todo nuestro esfuerzo está destinado en investigar más estos cánceres de baja supervivencia. Si queremos cumplir el objetivo, tenemos que invertir en ellos. Desde la Asociación Española Contra el Cáncer, hemos lanzado el Reto AECC 70%, con diez millones de euros de dotación para investigar estos tumores. No hay ni una sóla convocatoria así en nuestro país.

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Precisamente, en este periódico denunciamos la falta de fondos públicos en España para estudiar cánceres de baja incidencia pero con alta mortalidad, como el sarcoma de Ewing. 

Sí, es lo mismo que ocurre con el cáncer infantil. Como hay una baja incidencia, con 1.100 casos en España, no se destinan esfuerzos. Hay una inequidad enorme.

Hablando de recursos y aprovechando que esta conversación se celebra en el marco de la Conferencia Europea de Tabaco o Salud, de la que ustedes son organizadores. Qué podemos hacer respecto a las diferencias socioeconómicas en el tabaco. Está comprobado por proyectos sólidos que en los estratos socioeconómicos más bajos se fuma más.

Tenemos que acceder a estas comunidades, a estos grupos sociales que nos necesitan. El problema es que muchos desconocen todos los servicios a los que pueden acceder gratuitamente, cosa que me deja bastante sorprendido. De las 140.000 personas que atendemos al año dentro de la Sociedad Española Contra el Cáncer, solo el 20% son personas que pertenecen a estratos sociales económicamente menos favorecidos.

Ayudarles es parte del Plan Integral de Prevención y Control de Tabaquismo que debía haber entrado en vigor en 2021. Sin embargo, parece que está olvidado en un cajón. ¿Qué razones puede haber detrás de esto?

No te puedo dar una respuesta, porque realmente no hay razones. No hay razones porque sabemos que el coste que genera el tabaco en el sistema sanitario es muy superior a lo que se recauda con sus impuestos. Se recogen nueve mil millones de euros. Las enfermedades cuestan tres veces más.

Sabemos que en otros países funciona la subida de precio, por ejemplo. Tenemos los precios más baratos del tabaco en toda Europa. Somos el estanco de Europa. Es una vergüenza. Sabemos por estudios de la OMS que subir el 50% del precio del tabaco baja en 50 millones los fumadores en todo el mundo. Hay una relación directa entre el precio y el consumo.

Entre otras muchas cosas, también tenemos que apostar por un envasado neutro de todos los paquetes, intervenir en el humo digital, que es la presencia de tabaco en series o películas, y proteger a los más jóvenes. Nueva Zelanda ya ha conseguido que para 2040 haya una generación libre de humo.

Esta es una de las reclamaciones que se hace a España ahora que va a asumir la presidencia Europea. ¿Qué más cosas pediría?

El tabaco es fundamental, pero también tenemos que ver cómo se aborda los problemas de los supervivientes, su derecho al olvido, el acceso a la atención psicológica, la reinserción social y la equidad en los paliativos. Tenemos varios frentes abiertos y tenemos que trabajar en todos ellos.