Prueba de imagen en el encéfalo.

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Salud

Golpe al glioblastoma: hallan la proteína 'rebelde' tras la altísima letalidad del tumor más temido

Un equipo de científicos de Estados Unidos ha descubierto una posible clave para alargar la esperanza de vida de los pacientes con glioblastoma.

22 diciembre, 2022 02:41

Cada día que pasa conocemos algo más sobre el cáncer, pero todavía existen muchos tumores que son un auténtico misterio. El glioblastoma es, sin duda, uno de estos: es el cáncer cerebral más frecuente de todos, pero, además, el más agresivo y letal. La escasa supervivencia de esta enfermedad se debe a la falta de herramientas que existen para su tratamiento. Sin embargo, en los últimos años el estudio del glioblastoma ha dado algunos resultados que dan la posibilidad de observar el futuro con algo de esperanza.

Uno de estos últimos avances se ha dado a conocer este miércoles en la revista científica Nature. En concreto, un equipo de investigadores en Estados Unidos del Laboratorio de Cold Spring Harbor (CSHL, por sus siglas en inglés) ha dado con un posible punto débil de la enfermedad. Este punto débil es una pequeña proteína, pero los autores del estudio sostienen que centrar el tratamiento en ella puede dar lugar a enormes beneficios en la lucha contra el glioblastoma. En concreto, este método puede reactivar las defensas propias del cuerpo para frenar la expansión de este tumor.

Según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), en el año 2020 fallecieron en total 3.091 personas por tumores malignos en el encéfalo, entre los cuales el glioblastoma es el más frecuente. Las personas afectadas suelen vivir unos dos años tras el diagnóstico de esta enfermedad y pocos superan los cinco, debido a la falta de opciones terapéuticas. 

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El hijo del presidente Joe Biden, de Estados Unidos, murió en 2015 a los 46 años de edad por esta causa habiendo sido diagnosticado de la enfermedad en 2013. En España, el golfista Severiano Ballesteros y el diseñador David Delfín murieron a causa de sendos cánceres cerebrales, pero no se determinó si eran glioblastomas u otros tipos.

Una proteína en contra

Cuando se diagnostica un glioblastoma, los tratamientos actuales suelen consistir en su extirpación quirúrgica y el empleo posterior de radioterapia y quimioterapia —en cuanto a esta última, se suele utilizar temozolomida, que ha demostrado alargar la esperanza de vida de estos pacientes—. Sin embargo, estos nuevos hallazgos pueden cambiar en el futuro el abordaje de esta enfermedad letal. La clave de esta nueva vía de tratamiento se encuentra en la proteína P53, conocida por su capacidad de suprimir o controlar los tumores.

En casi todos los cánceres la proteína P53 presenta una mutación que le impide mantener a raya los tumores, pero, curiosamente, en muchos de los casos de glioblastoma esta proteína se mantiene en perfecto estado. Quien cayó en la cuenta de este detalle fue Xueqin Sun, que era el becario post-doctoral en el CSHL: "¿Por qué este cáncer actúa como si P53 estuviera roto?". Esta pregunta fue la que llevó al equipo de científicos a descubrir que es la proteína BRD8 quien paraliza a la P53 en estos casos. 

De hecho, los autores llegan a decir que esta proteína BRD8 se había vuelto una "rebelde" en favor al avance del glioblastoma. Esta proteína cierra el acceso a los genes en los cromosomas, los deja como si estuvieran dormidos. En este sentido, los científicos observaron que BRD8 estaba activo en el glioblastoma y mantenía en reposo muchas de las defensas críticas contra el cáncer de P53, cuando no debería estar haciéndolo. Al desactivar BRD8 con edición genómica, las herramientas de P53 para el control tumoral despertaron y comenzaron a bloquear el crecimiento del tumor.

Esperanza de vida

"Es como BRD8 estuviera diciendo no entres al poder de prevención de tumores de P53, pero cuando golpeamos a esta proteína de la manera correcta el tumor se aniquila", explica Alea Mills, una de las investigadoras principales. La científica del CSHL explica que esta edición genómica entra como "un bisturí molecular". Este método fue probado en ratones a los que les implantaron células de pacientes con glioblastoma. Tras crecer los tumores en el cerebro de los animales, inactivaron BRD8, se desbloqueó P53 y los tumores dejaron de crecer.

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De esta manera, se observó que los ratones conseguían vivir por más tiempo. Los autores se plantean a partir de este hallazgo que podría ser posible elaborar medicamentos que actúen contra BRD8 que tuvieran efectividad contra el glioblastoma. En este sentido, Mills espera que el descubrimiento de su equipo contribuya a convertir este cáncer cerebral tan letal en una enfermedad tratable y que, por primera vez en una generación, aumente la esperanza de vida en los pacientes a los que se les diagnostica.

El glioblastoma pertenece a los tumores cerebrales de más alto grado y presentan un pronóstico desfavorable de esperanza de vida. Aunque tan sólo supone un 1,4% del total de los tumores diagnosticados, representa el 54% del total de los gliomas y es el más frecuente del sistema nervioso. Los primeros síntomas pueden ser fuertes dolores de cabeza que aparecen de manera brusca, pero al estar situado en el cerebro puede terminar provocando convulsiones, dificultades para hablar o, incluso, una reducción del campo visual.