Una molécula podría activar la quema de grasas.

Una molécula podría activar la quema de grasas. Gtres

Salud Adelgazamiento

Así es la nueva "píldora quemagrasas" que ha permitido comer de todo sin engordar en pruebas

Los individuos con menor actividad de una molécula relacionada con la quema de grasas para obtener energía tienden a ser más delgados.

11 julio, 2022 02:18

La búsqueda de la legendaria píldora quema-grasas no es nueva. Hace años que los investigadores intendan dar con una fórmula que palíe la epidemia de obesidad que sufre la humanidad, así como las enfermedades crónicas asociadas. Lo que se sabe es que existen dos tipos de grasa, la grasa blanca y la grasa parda. Esta última en especial se dedica a gastar energía y no a almacenarla.

Ahora, un nuevo estudio llevado a cabo por los investigadores de la Universidad de Bonn y publicado recientemente en Nature apunta que existe una molécula capaz de aumentar más si cabe la capacidad de quema de energía por parte de la grasa marrón. O lo que es lo mismo: una potencial píldora quema-grasas.

Antiguamente, se consideraba que las células grasas o adipocitos solo almacenaban energía en forma de grasa. Sin embargo, las células de grasa parda tienen como función disipar la energía en forma de calor, como un calefactor biológico. Los bebés humanos poseen una gran cantidad de grasa parda que ayuda a mantener la temperatura corporal, pero en los adultos tiende a descender. Cuanta mayor cantidad de grasa parda se conserve, mejor salud cardiometabólica se tendrá.

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El problema, explica el Dr. Alexander Pfeifer del Instituto de Farmacología y Toxicología de la Universidad de Bonn, es que hoy en día poseemos mecanismos externos para mantener el calor corporal incluso en invierno. Nuestras "estufas biológicas" no son apenas necesarias. A esto hay que añadir que cada vez comemos peor, tomando dietas demasiado ricas en energía para un estilo de vida sedentario. Estos tres factores son un "veneno" para las células de grasa parda, según Pfeifer, dado que dan lugar a una muerte progresiva de las mismas.

En este estudio, los investigadores de Bonn han identificado una molécula llamada inosina, la cual es capaz de quemar grasa. Se sabe que las células grasas moribundas liberan una mezcla de partículas mensajeras que influyen en las funciones de sus células vecinas. Sabiendo esto, el grupo de investigadores quiso saber si también ocurriría en la grasa parda.

Para ello, se estudió el comportamiento de células de grasa parda sometidas a un estrés severo, llevándolas a un estado que rozaba la muerte celular. En dicho estado, los investigadores descubrieron que estas células secretan inosina en grandes cantidades. Pero lo más llamativo fue cómo reaccionaban las células de grasa parda intactas: respondieron a la llamada de ayuda molecular y se activaron. La inosina avivó estos pequeños hornos celulares, y logró que las células de grasa blanca también se convirtiesen en células de grasa parda.

Los ratones alimentados con una dieta alta en energía pero tratados con inosina se mantuvieron más delgados incluso en comparación con los ratones control, y también se encontraban protegidos frente al riesgo de sufrir diabetes. También se ha comprobado que el transportador de inosina, una proteína de membrana celular, juega un papel clave en este contexto. Esta proteína transporta la inosina hacia el interior de la célula y reduce su concentración extracelular, reduciendo el efecto de la inosina como activador energético.

Actualmente existe un fármaco cuyo objetivo original era tratar trastornos de la coagulación, pero que también inactiva el transportador de inosina. Este fármaco habría logrado que los ratones quemasen más energía. Esta situación también podría darse en humanos, dado que también poseemos un transportador de inosina. Es menos activo de lo normal en un 2-4% de la población a raíz de una variación genética. Estas personas tienden a ser más delgados que el resto de la población.

Los autores del estudio sugieren que la inosina también regula la termogénesis de las células de grasa parda en humanos. Por tanto, las sustancias que interfieren con la actividad del transportador podrían ser adecuadas también para el tratamiento de la obesidad,. Aún así, es algo que se debe seguir analizando y estudiando, con el objetivo de evitar cualquier efecto adverso y perjudicial.