Su hijo llegó con un corazón bajo el brazo para él.

Su hijo llegó con un corazón bajo el brazo para él.

Salud

Antonio, el padre que tuvo que dejar a su mujer en el paritorio para recibir un trasplante de corazón

Con una cardiopatía hipertrófica que le había provocado una insuficiencia cardiaca terminal, el trasplante era la única solución para Antonio.

9 abril, 2021 17:05

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Antonio Salvador, de 39 años, se encontraba a mediados de marzo con su mujer en la sala de dilatación de la Maternidad del Hospital Gregorio Marañón (Madrid, España), su primer hijo estaba a punto de nacer. En ese momento, recibió una llamada de sus cardiólogos del  hospital comunicándole que desde la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) les habían avisado de que había una donación compatible y que él era el candidato indicado a trasplantar.  

“La verdad es que se nos juntaron dos momentos muy especiales que llevábamos tiempo esperando. Me costó unos minutos tomar la decisión porque implicaba perderme el  nacimiento de mi primer hijo. Sin embargo, en menos de una hora me estaban preparando en el edificio de al lado para la intervención. Cuando entré en quirófano todavía no había sido padre, hablé con mi mujer por videollamada y nos deseamos los dos suertes. Cuando desperté tuve una doble satisfacción”, afirma el paciente. 

Antonio Salvador.

Antonio Salvador.

Verónica Hernández, la matrona que atendió el proceso de parto de la mujer de Antonio, asegura que “cuando me comunicaron que el futuro papá tenía que marcharse del paritorio me quedé muy sorprendida, no entendía qué podría motivar una decisión así. Cuando me  enteré del motivo tuve un sentimiento muy grande de alegría y sólo podía pensar en acompañar a la madre y en que saliera todo bien, como así fue”.  

Ana, la mujer de Antonio explica que “cada uno se enfrentó a su momento por separado pero con la alegría de saber que todo iba a ir bien. Yo no podía creer que después de 10 años  fuéramos a recibir lo más maravilloso de nuestra vida al mismo tiempo que Antonio recibía la vida que necesitaba. Nuestro hijo Samuel vino con un corazón debajo del brazo para su  padre” señala Ana.  

“Llamamos al paciente que estaba en el paritorio con su mujer, al principio se quedó  impactado y tuvo sus dudas, lógicas, pero simplemente necesitó unos minutos para asimilar la noticia porque estas llamadas se producen de forma imprevisible. Sus médicos sabíamos  que estaban pendientes del parto, y todo coincidió, finalmente el paciente tomó la decisión correcta”, narra Eduardo Zatarain, médico adjunto del Servicio de Cardiología del hospital. 

Los tres cumpleaños

Cuando en el año 2002 Antonio tuvo una parada cardiaca al salir del metro, una enfermera del Hospital Gregorio Marañón fue quien le reanimó. Desde aquel día, él siempre ha dicho que tenía dos cumpleaños porque “ese día me salvaron la vida”. “Tras recibir el trasplante cardiaco y que ese mismo día naciera mi hijo, vamos a empezar a celebrar tres cumpleaños”, comenta Antonio. 

Según Manuel Ruiz Fernández, médico del Servicio de Cirugía Cardiaca que realizó el  trasplante “Antonio tenía una cardiopatía hipertrófica, una enfermedad hereditaria que  produce un engrosamiento del miocardio y dificulta la salida de la sangre del corazón, lo que  provoca que tenga que trabajar más para poder bombearla. Muchos pacientes con este tipo de cardiopatías acaban en insuficiencia cardiaca terminal y, como en el caso de Antonio, el trasplante cardiaco es la única solución. Ese día él volvió a nacer y nació también su hijo, seguro que lo van a recordar toda la vida”. 

“Afortunadamente ha salido todo muy bien. Antonio tomó la decisión correcta ya que su corazón se estaba deteriorando progresivamente. Ahora podrá llevar una vida  relativamente normal, tendrá que tener cuidado el primer año con las infecciones y le  iremos controlando el posible rechazo del órgano con fármacos de última generación. Estas situaciones no las estudiamos en los libros y todo el equipo multidisciplinar que trata a Antonio pasó momentos de nervios, pero saber que hemos prolongado su supervivencia y mejorado su calidad de vida lo compensa todo”, indica Eduardo Zatarain, médico adjunto del  Servicio de Cardiología del hospital.  

Antonio ha manifestado que su mayor ilusión es “salir del hospital para poder conocer en persona a mi hijo y poder achucharle” y ha agradecido a todo el personal del hospital “su implicación pese a seguir en medio de una pandemia y la colaboración y cariño que hemos  sentido por parte de todos los profesionales”. También ha expresado su agradecimiento a  “la enorme generosidad del donante” que hizo posible su trasplante.  

El Hospital Gregorio Marañón, con 23 trasplantes, lidera los trasplantes cardiacos en la Comunidad de Madrid y se ha convertido en el tercer centro sanitario que más  intervenciones de este tipo ha realizado en el último año en nuestro país. Cabe destacar que  es el segundo hospital español en cuanto a número de trasplantes cardiacos infantiles, con 7 realizados en el último año.