Una imagen de archivo de sardinas para la venta.

Una imagen de archivo de sardinas para la venta. Pixabay

Nutrición

Esto es lo que esconden las sardinas de la pescadería en España que tienen los ojos un poco hundidos

Los ojos del pescado son un buen indicador para saber si está fresco o en mal estado, aunque también se puede comprobar con las branquias.

21 octubre, 2023 02:58

Esta misma semana, la cantante de OT Amaia, sorprendía en el programa Late Xou con su habilidad para identificar la especie de pez a partir de una foto de si ojo. Un inesperado don que según ella misma cuenta, procede de su costumbre de comer los ojos de los peces tal y como hacía su padre. La realidad es que los ojos del pescado esconden mucha más información de la que parece.

Basta un simple vistazo a los ojos de un pescado para saber si se trata de un pescado fresco o en mal estado. De hecho, saber identificar si este alimento no se encuentra en una situación óptima para su consumo es crucial para evitar riesgos para la salud. Algunas señales de deterioro están relacionadas con la textura, el olor o el color del alimento, según explica detalladamente José Luis Rodríguez, tecnólogo de alimentos.

Una de las primeras señales de deterioro en el pescado es la alteración de su textura. Un pescado fresco debería tener una textura firme y elástica, que retorne a su forma original al presionar su carne. Sin embargo, cuando el pescado comienza a descomponerse, esta se vuelve más blanda y mucosa. Un signo particularmente revelador es la presencia de una capa viscosa o mucosa en la superficie del pescado, lo cual indica que el proceso de descomposición ha avanzado considerablemente.

[Soy médico y nunca recomendaría estos tres pescados que se venden en los súper en España]

El olor es otro indicador crítico del estado del alimento. Un pescado fresco debe oler a océano, un aroma que muchos describen como limpio o ligeramente dulce. Sin embargo, a medida que este se descompone, comienza a emitir un olor fuerte y desagradable, característicamente "a pescado". Un olor a pescado fuerte y penetrante, no ligero, como es el habitual. Este cambio es causado por la acción de bacterias y enzimas en los compuestos orgánicos presentes en este tipo de alimento.

Qué indican los ojos

La coloración del pescado también puede ofrecer pistas sobre su frescura. Si está fresco, debe tener un color brillante y uniforme. Por el contrario, cuando está en mal estado puede presentar decoloración, manchas oscuras o un aspecto apagado y sin vida. Es particularmente importante prestar atención a la coloración alrededor de las branquias y el área del vientre, donde los signos de descomposición pueden ser más evidentes.

Los ojos del pescado también son un buen indicador de su frescura. En el caso de estar fresco, los ojos deberían estar claros, brillantes y ligeramente abultados. Sin embargo, en un pescado en mal estado, los ojos pueden estar hundidos, opacos y presentar un aspecto lechoso, es decir, que tenga una capa traslúcida blanquecina, lo que indica que el pescado no es apto para el consumo.

Las branquias pueden suponer otra pista que ayude a determinar la frescura del pescado. Cuando está fresco debería tener branquias de color rojo brillante o rosado, mientras que un color gris o marrón en las branquias puede indicar descomposición y, por ende, un riesgo potencial para la salud si se consume.

Consumir pescado en mal estado puede llevar a una serie de síntomas desagradables. En casos más graves, puede incluso llevar a parálisis, insuficiencia orgánica y muerte. Las toxinas producidas por bacterias, virus o parásitos en el pescado descompuesto también pueden causar enfermedades más graves como el botulismo, la intoxicación por escombroide y la ciguatera.

La intoxicación alimentaria es el riesgo más común asociado con el consumo de pescado en mal estado. Bacterias como Salmonella, Escherichia coli (E. coli), y Vibrio parahaemolyticus pueden multiplicarse en el pescado que no se almacena a la temperatura correcta. Los síntomas de una intoxicación a causa de ingerir pescado en mal estado incluyen náuseas, vómitos, diarrea acuosa, dolor de cabeza, entumecimiento y hormigueo alrededor de la boca y extremidades.

En casos más severos, la persona puede experimentar dolores musculares, mareos y sensaciones de inversión de temperatura, donde las cosas calientes parecen frías y las cosas frías parecen calientes, así como ritmos cardíacos irregulares y baja presión arterial, tal y como señala la Escuela de Medicina de la Universidad Johns Hopkins (Maryland, Estados Unidos).

Algunas prácticas que se pueden llevar a cabo para evitar sustos y problemas mayores al consumir pescado son comprar de fuentes confiables, almacenar el pescado a temperaturas adecuadas para evitar la multiplicación de bacterias, y cocinar el pescado a temperaturas seguras para matar cualquier microorganismo peligroso. Además, es fundamental descartar cualquier pescado que muestre signos de descomposición.