• 1 de 4

    Ni es la comida principal ni adelgaza

    El desayuno es para muchas personas un momento único nada más empezar el día. El instante propicio para coger fuerzas mientras se le da un repaso a los periódicos, por ejemplo. Hay incluso quien considera el desayuno la comida más importante, aunque diversos estudios científicos han demostrado que en realidad no es así —y tampoco ayuda a adelgazar—

    Sea como fuere, lo cierto es que la industria alimentaria ha aprovechado el filón para fabricar todo tipo de productos que en realidad, tal y como han advertido nutricionistas y médicos de distintas especialidades, están muy lejos de beneficiar en algo a nuestro organismo. En otras ocasiones, ha sido el imaginario colectivo el que ha elevado las propiedades de algunos alimentos típicos del desayuno por encima de sus posibilidades. La cruda realidad es que no todos son lo que parecen.

  • 2 de 4

    Cuidado con los cereales

    Los cereales son uno de los grandes clásicos de los desayunos de medio mundo. Cuando uno acude al supermercado puede encontrar infinitas variedades: con chocolate, de maíz tostados, ricos en fibra, rellenos de leche, integrales con cacao, con avellanas, con miel… Lo cierto es que el 90% de ellos son productos ultraprocesados que conviene evitar a toda costa debido a los perjuicios que provocan en nuestro organismo, a las elevadas cantidades de azúcar que incorporan y, por último, a su volumen calórico. 

    ¿Qué cereales son los ideales? ¿No se salva ninguno? Lo cierto es que en el supermercado también podemos encontrar opciones sanas como los copos de avena, por ejemplo. La avena es un alimento que tiene un alto valor energético y que también posee un alto contenido en fibra. De hecho, la Fundación Española de Nutrición (FEN) destaca que la avena es el cereal con más proteína y aporta un gran porcentaje de la cantidad diaria de fósforo magnesio, hierro, manganeso y vitaminas. También los copos de centeno pueden ser una buena opción (siempre y cuando incluyan el grano entero y no hayan sido refinados). 

  • 3 de 4

    El zumo no es lo que parece

    El zumo de naranja natural es otro de los grandes clásicos del desayuno, ya sea acompañado con unas tostadas, con un cruasán o incluso combinándolo con un café. Siempre se ha creído que esta bebida es increíblemente sana debido a la cantidad de vitamina C que aporta a nuestro organismo. De hecho, nuestra infancia está repleta de zumitos que nos daban nuestras madres y que debíamos beber con urgencia bajo el pretexto de "se les van las vitaminas". 

    Lo cierto es que existen cerca de una decena de alimentos que tienen más vitamina C y son más sanos. Además, esta bebida, por muy natural que sea, está cargada de azúcar. "Conviene tomar la fruta entera. Convertir la pieza de fruta en zumo es una mala idea", explica Miguel Ángel Martínez-González, catedrático de Medicina Preventiva de la Universidad de Navarra, en su libro Salud a ciencia cierta (Planeta, 2018).

    Y es que al consumir la fruta exprimida se rompe la matriz y se libera el azúcar que se encuentra intrínseco en la naranja, por lo que estamos consumiendo azúcar libre como el que encontramos en los sobres del café. “En el caso de la naranja, por ejemplo, se debe tener en cuenta que en el albedo (la parte blanca que envuelve los gajos) hay muchos contenidos interesantes, con muchos antioxidantes”, escribe Martínez-González.

  • 4 de 4

    El sándwich mixto, tampoco

    Otro de los habituales en los desayunos y almuerzos de medio mundo es el sándwich mixto. Un emparedado compuesto por jamón de York, queso y pan que alivia el hambre de miles de personas en el mundo cada día y que, pese a lo que suele pensarse, tampoco es un alimento recomendable porque ninguno de los tres ingredientes que lo componen lo son. 

    El jamón de York es un producto que se encuentra elaborado con carne procesada. Así, pese al color rosa que tiene y los reclamos salutíferos que habitualmente se leen en el envase, su consumo habitual está vinculado con un mayor riesgo de cáncer —tal y como también lo están otras carnes procesadas como el chorizo o el salchichón—. El queso que suelen incluir los sándwiches tampoco es el mejor queso que nos podamos echar a la boca. Y el pan de molde que suele incorporar un sándwich en un bar cualquiera de españa suele estar elaborado con harina refinada, un ingrediente que perjudica nuestra salud y que los especialistas recomiendan limitar. 

Silvia Val