Una ración de pulpo con pimentón.

Una ración de pulpo con pimentón. iStock

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El 'boom' del pulpo cocido de Mercadona: desvelamos el secreto de su éxito

Los supermercados Mercadona han eliminado los aditivos de la receta de su pulpo cocido y ahora se elabora simplemente con agua y sal.

25 septiembre, 2021 02:15

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Aunque es especialmente apreciado en Galicia, el pulpo es uno de los alimentos típicos de la gastronomía de España más queridos. Muchos de nosotros lo asociamos con una comida especial, pero en realidad podríamos tomarlo más a menudo e, incluso, cuando queremos hacer dieta de adelgazamiento. Además de un bocado delicioso, el pulpo es un alimento muy saludable, fuente de nutrientes importantes y no engorda.

En este sentido, Mercadona ha anunciado esta semana que ha cambiado la receta del pulpo cocido para acercarla al estilo de elaboración más tradicional. A partir de ahora la lista de ingredientes de este alimento no contará con aditivos y su cocción se producirá únicamente en agua con sal. Aunque los aditivos que utiliza la industria alimentaria han demostrado su seguridad antes de ser empleados, se trata de una buena noticia porque se reduce el procesado del producto.

Además, los supermercados también ofrecerán este producto en diferentes formatos: se podrá comprar en paquetes de un kilogramo, de medio kilogramo y, finalmente, patas de pulpo sin cabeza. El pulpo que vende Mercadona es elaborado por el Proveedor Totaler Profand que es líder mundial en cefalópodos y se encuentra establecido en la ciudad gallega de Vigo. El producto se encuentra envasado al vacío con una atmósfera protectora.

Agua, proteína y poca grasa

Al venir cocido, preparar este pulpo es realmente sencillo: con tan sólo algo de aceite de oliva y un poco de pimentón se puede preparar un aperitivo muy saludable y bajo en calorías. Tal y como explica la Fundación Española de Nutrición (FEN), 100 gramos de pulpo tan sólo contienen 51 kilocalorías, pero además el organismo reconoce que la carne de este animal es de una gran calidad.

La razón por la cual aporta un bajo contenido de calorías es porque la gran mayoría de su contenido está formado por agua. Concretamente, el 88,4% de la carne de pulpo está formada por el líquido elemento, según los datos de la FEN. El siguiente nutriente más relevante en su composición son las proteínas, que suponen el 10,6%. Estas proteínas son de alta calidad biológica, lo que significa que contienen todos los aminoácidos esenciales en nuestra dieta diaria.

Pero, además, la ventaja de comer pulpo frente a otras fuentes de proteína como, por ejemplo, la carne roja, es que este cefalópodo no contiene apenas grasas. La FEN establece en un 1% su contenido de lípidos y, de ellos, los ácidos grasos saturados son los menos abundantes. Si bien es cierto que el pulpo contiene colesterol, su proporción es baja y, además, el contenido de colesterol en un alimento no se relaciona con la subida de colesterol en sangre tras su ingesta.

Fuente de selenio

En cuanto a los micronutrientes que contiene, el pulpo destaca por su contenido de selenio. Este mineral tiene función antioxidante y es muy importante en el sistema tiroideo y en el metabolismo de los lípidos. Consumir las cantidades diarias recomendadas de selenio —unos 70 microgramos en el caso de los hombres y 55 en el de las mujeres— es importante para la reproducción y también para las defensas frente a las infecciones.

Comer pulpo es una buena manera de llegar a estas cantidades de selenio recomendadas porque, según recoge la FEN, sólo 100 gramos de esta carne contienen 44,8 microgramos de esta sustancia. Es decir, que el pulpo es un alimento con más selenio que otros que son considerados fuente de este mineral como las nueces o los champiñones. Además, el pulpo también contiene un aporte significativo de yodo, fósforo, calcio y zinc.

Por último, este cefalópodo también aporta varias vitaminas del grupo B —como la B3, la B6 y la B12— y vitamina E, que tiene un potente efecto antioxidante. Es decir, que evita la oxidación de los lípidos y previene de ataque de los radicales libres las membranas celulares. Este efecto se traduce en una prevención de las enfermedades cardiovasculares y del cáncer.