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    El mito de la comida más importante

    El desayuno es, desde que el mundo es mundo, una de las comidas más importantes del día. Al menos eso es lo que hemos creído durante mucho tiempo. Sin embargo, esta idea carece de evidencias científicas. Distintos estudios y trabajos de investigación han demostrado que desayunar no sólo no es imprescindible para nuestro día a día, sino que, además, tampoco sirve para adelgazar. Es decir, el desayuno no consigue que lleguemos más saciados al resto de comidas y, al final, acabamos ingiriendo una mayor cantidad de calorías. 

    La industria no sólo ha conseguido grabarnos a fuego la importancia de tomar un vaso de leche con Cola Cao, cereales y/o galletas, sino que además nos han llevado a creer que ingerir grandes cantidades de azúcar de buena mañana es necesario para el buen funcionamiento de nuestro cerebro. Es falso. De esta forma, llevamos años tomando toda una serie de alimentos que no sólo favorecen el sobrepeso, sino que además perjudican la salud. 

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    Zumo de naranja

    El zumo de naranja es un must en los desayunos de medio mundo fruto del halo de alimento saludable que siempre ha tenido y que poco tiene que ver con la realidad. Tomar un zumo no es lo mismo que tomar fruta. De hecho, mientras que la fruta es un factor de protección contra el sobrepeso, tomar un vaso diario de zumo casero puede acabar provocando que engordemos hasta siete kilos más al año, según la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos

    ¿Por qué engordan los zumos? La razón no es otra que los azúcares libres que aparecen al exprimir la fruta. Si tomamos una naranja entera en lugar de exprimida, estaremos ingiriendo también una gran cantidad de fibra y el azúcar propio de la fruta (la fructosa) se encontrará dentro de su matriz. El pasado año, un estudio publicado en la revista BMJ vinculó el consumo de zumos no sólo con la obesidad, sino también con el cáncer

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    Cereales azucares

    Los cereales de desayuno que podemos encontrar en los supermercados son, directamente, una bomba de azúcar. Así lo alertaba en 2017 un informe publicado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) en colaboración con la World Action on Salt and Health, una organización vinculada con la London School of Medicine and Dentistry. Tras analizar 19 marcas distintas que se venden en los supermercados de todo el mundo, las conclusiones fueron claras: el 58% de los cereales contienen niveles altos de azúcar y ningún producto tienen un porcentaje inferior al 5% del total. 

    ¿Esto quiere decir que no hay cereales saludables en el supermercado? No, haberlos, haylos. Sin embargo, no llevan azúcares añadidos ni harinas refinadas. Los mejores cereales que podemos tomar para desayunar, los más saludables, incluyen el grano entero y son ricos en fibra. Los copos de avena y los copos de centeno integrales son dos buenos ejemplos que podemos encontrar en los establecimientos. 

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    Magdalenas y galletas

    Las magdalenas y las galletas son dos alimentos que la industria alimentaria ha reinventado una y otra vez. La mayor preocupación existente en la sociedad por llevar a cabo una alimentación saludable ha hecho que las marcas creen variedades ricas en fibra, digestive, sin azúcar, light e incluso galletas para controlar el colesterol. La cruda realidad es que se trata de un alimento ultraprocesado que perjudica nuestra salud y, encima, engorda. 

    Así lo advertía la farmacéutica y dietista-nutricionista Marián García (Boticaria García) en una entrevista con este mismo periódico: "No hay ni una galleta industrial que sea buena porque la definición de galleta es harina refinada con azúcar. Eso es lo que es una galleta. ¿Qué les hacen? Les ponen harina integral a algunas, pero siguen llevando azúcar. Y si no llevan azúcar, a las 0% les ponen polialcoholes. Los polialcoholes no dejan de ser edulcorantes que favorecen la apetencia del dulce. Hay magdalenas que llevan hasta un 30% de polialcoholes. Esto es: de cada tres magdalenas que te comes, una estaría compuesta íntegramente por edulcorantes". 

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    Chocolate en polvo

    La vida se divide entre aquellos que veneran el Cola Cao y los que viven rendidos antes los encantos del Nesquik. Ambos chocolates en polvo han formado parte de los desayunos y meriendas de muchos niños durante mucho tiempo. En teoría, se trataba de alimentos muy energéticos. Y lo son, pero debido a la gran cantidad de azúcar que contienen, que en muchos casos es superior al 70% del producto

    En el mercado podemos encontrar ya algunas variedades que tienen una cantidad muy reducida de azúcar y que, tal y como ocurre con el chocolate, poseen un porcentaje elevado de cacao. De la misma forma que pasa con el chocolate, los especialistas recomiendan que, en el caso de consumir chocolate en polvo, éste tenga al menos un 85% de cacao. El polvo que se extrae de esta semilla es una sustancia cuyos beneficios cardiovasculares han sido probados en distintas ocasiones.

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    Pan blanco

    España tiene un problema con el pan blanco porque lo consumimos por encima de nuestras posibilidades. Comemos con pan, cenamos con pan y, por supuesto, en un montón de hogares se utiliza el pan para dar lustre a los desayunos. Las tostadas con tomate o con mermelada son un clásico de las mañanas. Sin embargo, los especialistas recomiendan prescindir de este alimento otrora básico en la dieta de muchos españoles debido a los altos niveles de almidón que contiene y a los perjuicios que éste trae aparejados. Distintos estudios han demostrado que tomar dos o más porciones de pan blanco al día se relaciona con un mayor sobrepeso/obesidad. 

    La alternativa al pan blanco es consumir pan integral. Es decir, un pan que esté elaborado con harina integral al menos en un 75%, según recomiendan los especialistas.