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    Una epidemia de sobrepeso y obesidad

    El sobrepeso y la obesidad representan, desde hace algún tiempo, un grave problema de salud pública. Pese al ‘boom’ que vive la nutrición, la cantidad de personas que sufre estos trastornos se ha incrementado sobremanera debido a, entre otros factores, la mala alimentación y el altísimo consumo de ultraprocesados en la dieta. "Ahora mismo, el 70% de la población española adulta tiene sobrepeso u obesidad. Y esto hace que el sistema nacional de salud esté en peligro. No hay sistema sanitario que aguante una proporción tan alta de población con sobrepeso", alertaba el catedrático de Medicina Preventiva y Salud Pública Miguel Ángel Martínez-González en una entrevista a EL ESPAÑOL

    ¿Cómo ponemos freno a esta epidemia? Según cuenta el investigador en su libro Salud a ciencia cierta (Planeta, 2018), "los mensajes sencillos son una buena guía para moverse entre el bombardeo incesante de libros sin base científica sobre dietas, manuales détox, los trucos secretos para adelgazar de las estrellas y las informaciones de prensa sobre estudios que dicen una cosa y otros que afirman la contraria". Es decir, conviene tener claro, por ejemplo, cuáles son los alimentos que más se relacionan con la obesidad y los que menos.

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    Patatas fritas

    En 2011, una investigación realizada por investigadores de la Universidad de Harvard sobre una muestra de más de 120.000 personas encontró que el alimento que más se relaciona con la obesidad son las patatas fritas. "La ingesta de patatas fritas está más vinculada con la ganancia de peso que comer bollería, galletas y pasteles", explica Martínez-González en su libro. De hecho, las patatas fritas que podemos ingerir en un menú tradicional de cualquier hamburguesería aportan alrededor de 330 kilocalorías en apenas unos bocados.

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    Refrescos azucarados

    Los refrescos azucarados se encuentran en la segunda posición del ránking elaborado por la Universidad de Harvard. Una lata de Pepsi de 330 mililitros, por ejemplo, contiene unos 34,9 gramos de azúcar, según la web de divulgación Sinazucar.org. Desde hace años, la OMS ha emprendido una cruzada contra el consumo de estos alimentos azucarados por los perjuicios que su consumo tiene para nuestra salud. 

    "Tienen poco valor nutricional y pueden no proporcionar la sensación de plenitud que ofrece un alimento sólido. Como resultado, puede aumentar el consumo total de energía, lo que a su vez puede llevar a un aumento malsano de peso", dice la Organización Mundial de la Salud. 

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    Zumo con azúcar añadido

    Los zumos industriales que podemos encontrar en los supermercados en España se sitúan en la tercera posición de alimentos que más engordan. ¿Por qué son tan perjudiciales? El motivo no es sólo la cantidad de azúcar añadido que contienen (algunos pueden llegar a tener tanto como los refrescos azucarados), sino que, al contrario de lo que piensa la mayoría de la gente, no equivalen a comer una naranja o una manzana.

    "Convertir una pieza de fruta en un zumo es una mala idea. Aunque el que hacemos en casa sea mejor que el embotellado, al consumir la fruta como zumo en vez de entera se pierde fibra. Si no se quiere la fruta entera, es mejor batirla que exprimirla", dice el propio Martínez-González en Salud a ciencia cierta. Además, el consumo de estos alimentos no sólo ha sido relacionado con el sobrepeso y la obesidad, sino también con un mayor riesgo de cáncer.

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    Comida rápida

    Los perritos calientes, las hamburguesas, las pizzas o los kebabs se encuentran en el cuarto lugar de alimentos que más engordan. Un menú tradicional de hamburguesa, refresco, patatas y helado, por ejemplo, puede elevarse por encima de las 1.300 kilocalorías "En total, por término medio, los seres humanos necesitamos unas 2.200 kilocalorías al día. Esa cena, que no se sale de algo muy estándar, representa por sí sola más del 60% de todas las calorías diarias", denuncia el catedrático de la Universidad de Navarra.

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    Carnes procesadas

    Las carnes procesadas —las hamburguesas, las salchichas, el chorizo, el salchichón, el beicon o la morcilla— aparecen en el quinto lugar de alimentos que más engordan. Sin embargo, las calorías no son el verdadero problema de estos productos. La OMS, en un informe publicado en 2015, las declaró como carcinógenas. Es decir, su consumo está directamente relacionado con un mayor riesgo de desarrollar hasta siete tipos distintos de cáncer, el más habitual de ellos, el cáncer de colon.

    "Un análisis de los datos de 10 estudios estima que cada porción de 50 gramos de carne procesada consumida diariamente aumenta el riesgo de cáncer colorrectal en aproximadamente un 18%", dice la organización.

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    Carne roja

    El sexto lugar de alimentos que más se relacionan con el sobrepeso lo ocupa la carne roja. La carne de cordero, por ejemplo, es un alimento muy graso que contiene un buen puñado de calorías. En 100 gramos, de hecho, podemos encontrar unas 320 calorías. Así, aproximadamente el 22% de esta carne es grasa. La proporción varía, eso sí, en función del tipo de cordero que se consuma. Así, el cochinillo aporta unas 286 kilocalorías, y la carne de vacuno, unos 250 gramos. 

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    Pan blanco y patatas cocidas o puré

    El pan blanco es, en palabras de Martínez-González, uno de los grandes problemas de la alimentación en España, de ahí que ocupe el séptimo lugar en el ránking de los expertos de Harvard. El motivo no es otro que las harinas refinadas que se utilizan para su elaboración, y que no contienen el grano entero del cereal. De hecho, este alimento está compuesto principalmente por almidón, un polisacárido que ha sido a un proceso de fermentación y que nuestro cuerpo transforma rápidamente en azúcar, de ahí que sea uno de los alimentos que más engordan. "Tomar pan blanco es como comer azúcar. De hecho, si lo tienes un poco de tiempo en la boca, comienza a saber dulce", explicaba el experto a EL ESPAÑOL. 

    De la misma manera, las patatas cocidas o el puré también deberían ser elimininadas de nuestra dieta. Una ración de 100 gramos de patatas cocidas suele rondar las 90 kilocalorías. Sin embargo, el principal nutriente que aporta son también los almidones, que se transfora en azúcar simple en la sangre a una gran velocidad. Su alto índice glucémico contribuye a aumentar el riesgo de sobrepeso. 

J. A. Gómez