Previsión de la temperatura superficial marina para los próximos días.

Previsión de la temperatura superficial marina para los próximos días. Meteored

Meteorología

El Mediterráneo registra niveles de "calentamiento extremo" en junio: así está influyendo en la virulencia de las tormentas

Un mar especialmente cálido a estas alturas del año no adelantará las lluvias torrenciales pero sí avivará las que puedan darse a finales del verano. 

Más información: José Miguel Viñas, meteorólogo: "No pensemos que, por haber llovido este año, vamos a tener más frescor este verano"

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La temperatura superficial en el mar Mediterráneo está marcando niveles de récord antes incluso de comenzar el verano, con mediciones de hasta 3 y 4 ºC por encima de lo habitual en esta época algunas regiones occidentales.

Esto ha alertado a los meteorólogos. Se trata de "niveles de calentamiento extremo", en palabras de Juan Jesús González Alemán, profesional de la Agencia Española de Meteorología (Aemet), en la red social X.

Esto marcará un verano con más noches tropicales —aquellas que no bajan de los 20 ºC— y, aunque no adelantará las habituales tormentas de finales del verano, sí que vendrán más cargadas y caerán con más intensidad.

Este domingo, el mar en los entornos de Menorca e Ibiza marcaba unos 25 ºC. Puede parecer una temperatura agradable comparada con los alrededor de 30 ºC que dichas aguas están registrando últimamente a finales del verano, pero se trata de una anomalía.

"Ahora mismo, las aguas del Mediterráneo occidental tienen una temperatura del orden de 3 ºC por encima de lo normal, en algunas zonas casi 4 ºC", explica José Miguel Viñas, meteorólogo de Meteored y consultor de la Organzación Meteorológica Mundial.

Esto se debe a que, a pesar de las lluvias torrenciales registradas en los últimos días, la temperatura de las últimas semanas ha sido alta, sin la presencia de nubes que hubieran permitido suavizar su efecto.

"Los meses de mayo y junio de otros años tenían más nubosidad y el mecanismo de calentamiento del agua no era tan eficaz", apunta Viñas.

Con todo, el meteorólogo reconoce que este panorama sigue la tendencia de los últimos años de un Mediterráneo con temperaturas por encima de la media.

El pasado 12 de junio, la media registrada en toda la cuenca mediterránea se situaba en 23,45 ºC, un incremento de 2,26 ºC respecto a la temperatura media estimada para la misma fecha durante el periodo 1982-2015.

En algunos puntos de las costas españolas la diferencia fue mayor, superando en más de 3 ºC la media, mientras que en zonas del sur de Francia y la costa occidental italiana la anomalía se situaba hasta lo casi 5 ºC.

Noches tropicales y granizo

Viñas explica que el efecto meteorológico de este (cada vez menos) inusual calor impactará de dos formas distintas.

Primero, la mayor presencia de vapor de agua en el ambiente incrementará el número de noches tropicales en la Península. "Este puede ser un año destacado en este aspecto".

En segundo lugar, esta mayor humedad cargará las famosas tormentas de verano, volviéndolas aún más intensas.

En este punto, el experto señala que el hecho de tener un Mediterráneo sobrecalentado a principios del verano no implica que las lluvias torrenciales y granizadas, más características de finales de agosto y principios de septiembre, vayan a adelantarse.

"La génesis de una situación tormentosa va de la mano de la atmósfera. A finales del verano se producen los chubascos más fuertes porque es cuando empieza a haber un descuelgue de aire frío y el Mediterráneo suele alcanzar su máxima temperatura".

Se trata de una situación de mayor inestabilidad atmosférica que favorece la formación de tormentas. En cambio, en junio, "si tenemos estabilidad atmosférica, el aire estará cargado de humedad pero no habrá tormentas fuertes".

No solo serán lluvias de más intensidad, sino que el granizo también adquirirá un mayor protagonismo. "La frecuencia de tormentas con granizo de gran tamaño están aumentando", apunta.

De hecho, un estudio publicado en 2024 mostraba cómo el aumento de las temperaturas marinas consecuencia del cambio climático influyó en la histórica granizada en Girona el 30 de agosto de 2022, con piedras de hasta 12 centímetros de diámetro.

Esta previsión de un verano marcado por más noches tropicales y tormentas de mayor intensidad es aplicable a toda la Península.

El Mare Nostrum lleva protagonizando las principales anomalías de temperatura de los últimos años debido a su especial localización, encajonado entre el sur de Europa, el norte de África y Oriente Próximo.

De hecho, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) lo señala como uno de los puntos de relativamente alta vulnerabilidad a los efectos del calentamiento global por esta misma razón.

Pero el fenómeno del incremento de la temperatura marina superficial está siendo generalizado. Las aguas atlánticas que bañan la Península están entre 2 y 3 ºC por encima de lo habitual en esta época.

Incluso en las Islas Canarias, más cercanas al corazón oceánico, están viviendo temperaturas inusualmente altas.

El Instituto para el Cambio Climático de la Universidad de Maine (Estados Unidos) hace una estimación de la temperatura media mundial (excluyendo los polos) de las aguas marinas. El 14 de junio fue de 20,78 ºC.

Esta cifra fue inferior a la registrada en 2024, cuando marcó una temperatura récord de 20,93 ºC, pero se sitúa 0,61 ºC por encima de la media calculada para el periodo 1982-2010 y 0,46 ºC por encima de la del periodo 1991-2020.

Volviendo a nuestro país, Viñas da cuenta de que, en este aumento generalizado del calor en la superficie marina, sigue destacando el Mediterráneo. "En la zona atlántica será más difícil ver las lluvias torrenciales que podemos ver aquí".

Pero no hay que descuidarse. "Aun alejados del Mediterráneo, veremos intensidades muy importantes".