Byung-Chul Han, filósofo.

Byung-Chul Han, filósofo.

Ciencia

Byung-Chul Han (66 años), filósofo, sobre la felicidad: "Necesitamos una nueva forma de vida, desacelerar no basta"

Este pensador sostiene que la felicidad es ahora mismo un capital emocional que todos ambicionamos y esto genera mucha presión.

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J. Rodríguez
Publicada

Las claves

Byung-Chul Han describe la sociedad actual como la "sociedad del cansancio", marcada por la autoexplotación y la sobreestimulación informativa.

El filósofo surcoreano sostiene que la presión por ser productivos y felices genera una autoagresión, y propone que disfrutar de la inactividad es clave para la felicidad.

Han critica el sistema actual, basado en el consumo y la información constante, donde la felicidad se convierte en una obligación y fuente de presión.

Considera que el sufrimiento es inevitable y necesario para experimentar la felicidad, que solo se alcanza en fragmentos y no como un estado permanente.

El filósofo Byung-Chul Han ha descrito a nuestra sociedad como la sociedad del cansancio. Según este pensador surcoreano y afincado en Alemania, a los occidentales del siglo XXI nos define la sobreproducción autoimpuesta y la sobreestimulación informativa.

Esto, irremediablemente, conduce a personas que sienten falta de energía sin necesidad de hacer un gran esfuerzo físico. El problema, dice Han, es que en este siglo nosotros mismos somos nuestros propios explotadores, queremos ser productivos a todas horas.

Además, el sistema incluye la presión de que todo lo que hacemos debe ser innovador y debe hacernos felices. Por esta razón, Han propone que la nueva revolución debe ser quedarse en casa, disfrutando del tiempo en el que no hacemos nada.

"Un sujeto obligado a rendir compite consigo mismo y cae bajo la destructiva coerción de tener que superarse constantemente a sí mismo. Esta coerción termina siendo mortal", explica Han, que nombró a este fenómeno como la "autoagresión".

Pero, ¿qué podemos hacer para salir de este bucle negativo para nosotros? Este filósofo, premiado con el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades 2025, dice que debe cambiar el sistema: "La desaceleración no basta", ha explicado.

"Necesitamos una nueva forma de vida que nos redima del desenfrenado estancamiento", afirma este prestigioso filósofo. Es decir, nuestro sistema debe replantearse, en su opinión, poniendo en el centro el bienestar de los seres humanos, buscando tiempo de reflexión.

Este experto destaca la importancia que tiene para la felicidad humana el tiempo de contemplación. "La vida sólo adquiere su brillo en la inactividad", considera Han. Cuando dejamos de producir y de competir, incluso con nosotros mismos, es cuando somos felices.

Un sistema infeliz

"Moramos en un orden horizontal del consumo, la comunicación y la información constante donde la sociedad se convierte en una cápsula vacía de contenido, sin aspiraciones elevadas ni orientación", explicó cuando vino a España a los Premios Princesa de Asturias.

En este sistema, Han explica que "pensamos que somos libres, pero pasamos de una adicción a otra" y con estas adicciones se refiere a elementos tan presentes en nuestro día a día como las redes sociales, el juego, el consumo desmedido y la información.

Han considera que en la extrema producción, el consumo y la sobreinformación no se encuentra la felicidad, aunque muchos de nosotros la buscamos allí. Es más, este filósofo sostiene que la propia sociedad ha convertido la felicidad en un bien que ambicionar.

"La nueva forma de dominación es 'sé feliz'", explica. "La obligación de ser feliz genera una presión devastadora". Y es que la felicidad se suele vender como un estado perpetuo en el momento en el que se alcanza y en el que el sufrimiento no existe.

Sin embargo, Han no sólo dice que el sufrimiento es inevitable, sino que el sufrimiento puede ser fundamental para acabar experimentando la felicidad. "La felicidad es sólo posible en fragmentos", asegura este experto. Y no debemos tener expectativas.

"El dolor trae la felicidad y la sostiene", cuenta Han y añade que "en la pasión se fusionan el dolor y la felicidad". Es decir, que buscar la felicidad en el distanciamiento del sufrimiento no es una buena estrategia si lo que queremos es llegar a ser felices.