El Dr. Robert Waldinger, psiquiatra y director del Estudio de Desarrollo Adulto de Harvard.

El Dr. Robert Waldinger, psiquiatra y director del Estudio de Desarrollo Adulto de Harvard. Javier Ocaña

Ciencia

Robert Waldinger, psiquiatra de Harvard, sobre la felicidad: "Hasta el 40% de lo que te hace feliz solo depende de ti mismo"

Tanto la genética como el ambiente tienen un gran peso en nuestra felicidad, pero menos de lo que se suele creer.

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Las claves

Según Robert Waldinger, el 40% de nuestra felicidad depende de nosotros mismos y no solo de las circunstancias o la genética.

La genética determina aproximadamente el 50% de nuestro nivel de felicidad, mientras que solo un 10% está relacionado con las circunstancias vitales.

Las relaciones personales y el tiempo con seres queridos son los aspectos que más valoran las personas en la vejez, por encima de logros materiales.

Waldinger recomienda meditar o encontrar actividades que generen un estado de "flow" para conectar con el presente y aumentar el bienestar.

Se suele creer que la felicidad depende en gran medida de las circunstancias, es decir, del ambiente. Sin embargo, esto no explicaría totalmente por qué algunas personas mantienen un estado de ánimo positivo incluso frente a la adversidad.

Por el contrario, otras mantienen una negatividad constante incluso en fases de la vida claramente ventajosas para ellas. La realidad es que la felicidad depende de diversos factores, siendo la genética el más determinante.

Así lo explica el psiquiatra e investigador Robert Waldinger, de la Universidad de Harvard, al hablar del conocido estudio de la psicóloga Sonja Lyubomirsky. Este trabajo buscaba estimar en qué medida nuestra felicidad depende de nosotros mismos.

"Recopiló datos de muchos estudios distintos y, según su estimación, el 50% de nuestra felicidad, de nuestro humor, depende de la genética. Es nuestro temperamento innato. Solo el 50% escapa a nuestro control", advertía Waldinger.

Lyubomirsky habla de una predisposición estable a experimentar estados de ánimo positivos o negativos. Respecto al otro 50%, la psicóloga explicaba en su estudio que tan solo el 10% de la felicidad dependería de las circunstancias vitales o el ambiente, y el otro 40% dependería de factores bajo nuestro control.

"Es muy importante, el 40% es una cifra considerable. Es mucho. Sí, podemos hacer de todo para ser más felices en la vida, pero hay una base de carácter, de temperamento, de personalidad con la que nacemos. A veces lo llamamos set point de la felicidad".

Waldinger recuerda uno de sus estudios donde analizaron qué sucedía en la vejez. Según explica, las personas suelen arrepentirse de circunstancias similares. De haber pasado tanto tiempo trabajando en lugar de con sus seres queridos, por ejemplo, o de haber tenido demasiado en cuenta las opiniones ajenas sobre lo que está bien o lo que está mal.

Respecto a aquello sobre lo que se suele enorgullecer la gente en la vejez o en sus momentos finales, la respuesta suele ser unánime: las relaciones. "Decían que habían sido un buen jefe, un buen padre, un buen amigo, un buen mentor. Casi nadie dijo 'he ganado un Nobel' o 'me hice rico'. Y había gente rica y famosa. Pero nadie lo mencionó", apuntaba.

Cuando le preguntan directamente a este investigador sobre qué hace él mismo para sentir plenitud y sentirse más feliz, también tiene la respuesta clara: "Soy prácticamente zen, medito y me ayuda mucho. Me ayuda a sentirme mejor y más conectado".

"Paso mucho tiempo con gente. He tenido que aprender de mi propia investigación lo importante que es pasar tiempo con tu gente. Y ahora me esfuerzo en mantener contacto. Me aseguro de mantener el contacto con mis amigos íntimos, paso tiempo en la naturaleza. Pasar tiempo al aire libre, especialmente cuando medito, me ayuda mucho".

De hecho, Waldinger suele aconsejar, en general, meditar. Sin embargo, es consciente de que no es un consejo factible para todo el mundo, por lo que aconseja encontrar algo que nos haga estar presentes en el momento.

"A veces lo llamamos un estado de flow. Podría ser lanzarse pista abajo con los esquís o cuidar el jardín. Podría ser muchas cosas. Es una experiencia en la que te centras en esa actividad y el tiempo vuela sin que te des cuenta. Es un estado de absorción que se dice que experimenta mucha gente".